Una historia sobre seis estudiantes que se ven obligados a dejar sus vidas normales al ser elegidos en un proyecto del gobierno en donde se someteran a un entrenamiento arduo y continuo con el proposito de conformar un grupo elite. Pero antes de lo...
Desde que no notó que estaban rodeados y Juzou recibió la bala, Nagisa había arreglado sus pensamientos, tendría que hacer el trabajo por sí misma, la situación ya no era lo que hubiera querido.
A la mañana siguiente, Nagisa aguantando el dolor que le producía la herida en su brazo, tenía que irse, seguramente la buscarían ahí y no debía poner en peligro a más personas, con pasos silenciosos se acercó a la ventana, no podía arriesgarse a ser vista, se preparó para saltar. Su nombre fue llamado.
—Puede que no nos veamos en un tiempo— sonrió—estaré bien—.
La expresión que tenía a pesar de que intento sonreír, no se veía bien, la observó saltar, sujetarse de una rama y finalmente aterrizar en el suelo, corría a través de los primeros rayos de luz solar. Pasaron varias horas hasta que recibió una llamada.
—Haru, ¿Esta Nagisa contigo? — una voz que reconoció como la de Nukumi se escucho en la otra línea. Recordó que su amiga le pidió no decir nada de ella, por lo que negó la pregunta — si sabes algo de ella, avísanos— pidió antes de colgar.
Estaba confundido, pero al mismo tiempo preocupado por su amiga, estaba herida y parecía estar huyendo de algo, era desalentador no poder ayudarla, intentó llamar a Juzou un par de veces, no respondía.
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Las cosas que hizo durante 4 años prefería no decirlas, las cicatrices que ganó prefería no mostrarlas, fue un tiempo largo escondiéndose, realizando trabajos del lado incorrecto, había hecho lo que tenia que hacer para sobrevivir.
Durante cuatro años Nagisa se dedicó a acabar con todo aquel que alguna vez la lastimo cuando era niña, estaba casi hecho, pero se encontraba aun sin poder descubrir el escondite del líder y su asistente.
Hacía meses que no tenia un día libre, por lo que paseaba por las calles, su cuerpo estaba cubierto por la ropa, usaba una gorra y un cubrebocas, con un par de bolsas en su mano, comida, unos pasos que parecían seguirla la pusieron alerta.
—Nagisa— escuchar su nombre proveniente de una voz extrañamente familiar, hizo que su sangre se detuviera— ¿Nagisa?, ¿eres tú, cierto? — volteo a ver al dueño de la voz, Yukio, a pesar de que ocultaba la mitad de su cara, debajo del cubrebocas sobresalían un par de curitas— ¿Por qué? — Nagisa se dio la vuelta dispuesta a irse, pero el chico corrió a detenerla tomando su brazo, una expresión de dolor se proyecto en sus ojos— lo siento, ¿estas bien? — la soltó, ella seguía caminando— ¡Juzou despertó hace un par de semanas! — gritó llamar su atención.
Nagisa volvió a detenerse— eso es bueno— murmuro antes de seguir caminando.
Por su mente se entremezclaban demasiados pensamientos, llegó al pequeño departamento donde se encontraba viviendo temporalmente, dejo sus compras en el suelo y decidió meterse a la ducha, su mente era un desastre.
