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—En pocas palabras, si— suspiró— pero estoy segura de que no lo soy, en mi pasado hay suficientes cosas para hacerme dudar—

—¿Tu pasado?, nunca me lo has contado, pero supongo que esperare—ella asintió— ¿harás algo especial en navidad? ¿la pasaras con Juzou?, ¿te quedaras en tu casa? —

—Me invitaron a una fiesta el 23, Juzou me dijo que no hiciera planes el 24, el 25 no estoy muy segura, probablemente durante la mañana este resolviendo cosas relacionadas con Dominik—.

—¿Una fiesta? —ella asintió —¡tienes que ir!, supongo que vas a ir con Juzou— Nagisa asintió, sabiendo como reaccionaria— entonces tienes que verte lo más linda que puedas — Nagisa se empezó a sonrojar.

Suspiró— Alice y Nukumi se encargarán de todo, antes de venir llegaron con un montón de bolsas, diciendo que eran los preparativos— Haru solo atino a reírse— no tengo idea alguna de como funcionan esas cosas, pero se ve problemático—.

La hora de la cena había llegado por lo que ambos bajaron para cenar con los padres de Haru, la comida era simple, pero deliciosa, los padres se encargaron de hacer incluso ese tiempo, platicando, en cuanto terminaron cada uno se despidió y ambos regresaron a la habitación.

—¿Qué deberíamos hacer?, ¿videojuegos?, ¿dormir? — una idea cruzo por su mente— ayúdame a mover el sillón, necesitamos hacer espacio— una sonrisa apareció, Haru empezó a sentirse nervioso, la ayudó.

El espació que había hecho moviendo los muebles era grande, lo suficiente para poder caminar y acostarse sin chocar con nada.

—Descuida, no te matare, te enseñaré a pelear o al menos a defenderte—le pareció divertido ver la expresión de Haru— no permitiré que pase lo mismo que la última vez, pero podría serte útil alguna vez—

—¿Debo recordarte que nunca he peleado en mi vida? — estaba asustado.

—No seas llorón, empieza a calentar, sería contraproducente que te lastimaras— dijo riendo

Nagisa empezó a guiarlo, a enseñarle lo más básico que sabía, tras caer incontables veces, ser vencido y ganar moretones, después de casi una hora Haru ya se encontraba tirado en piso, muerto de cansancio.

—Yo no vuelvo a hacer esto contigo— reclamó entre jadeos — no sabia que tenía tan mala condición física hasta hoy— intento levantarse, pero fue inútil, no le quedaban fuerzas.

—Bien, en lo que te recuperas iré a darme una ducha—

Nagisa se dirigió al baño y al cabo de 10 minutos estaba fuera, Haru aun estaba tirado sobre el suelo, ni siquiera había cambiado de posición. Camino hasta donde él estaba y le dio una suave patada en la pierna para que abriera los ojos.

—Eres un exagerado, ya deberías de poder ponerte de pie—le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse, el aceptó y aun entre quejidos logró levantarse—deberías ir a bañarte también, apestas— comentó burlona.

Admitió el comentario, se sentía asquerosa, tras varios minutos él también se había bañado.

Estaban cansados y empezaban a sentir sueño, Nagisa se dirigió hasta la cama, donde vio a Haru prepararse para ocupar el sillón.

—Solo ven a la cama, no es como si te fuera a hacer algo o tu a mí, además estas cansado después de la paliza de hace rato, por más cómodo que sea ese sillón no será lo mismo—.

Dudó en aceptar, pero en ese momento su cama se veía tan tentadora que no pudo rechazar la propuesta.

Al día siguiente Nagisa fue la primera en despertarse, Haru se encontraba a su lado, acorralándola entre sus brazos, era una costumbre que tenía, por eso tenia una almohada siempre con él, pero al parecer era fácil confundirse.

Elegidos  *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora