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Casi dos años habían pasado desde ese día.

Juzou había obedecido con la rehabilitación, tenía poco menos de un año desde que había vuelto a entrenar y un par de meses desde que había vuelto a trabajar, si bien se mantuvo deprimido por un tiempo, sus compañeros habían estado apoyándolo de alguna manera, aunque sabían que aun seguía pensando constantemente en ese día.

Esa noche tal fue la sorpresa de Nagisa que, al subir al auto, un par de calles adelante las esposas se le fueran quitadas, soltó una risa burlona, tomando una posición más relajada, "Yo creía que el hecho de que me ofrecieran tiempo sonaba ridículo, a ustedes perros del gobierno realmente les encanta tener las cosas en secreto" comentó con una sonrisa.

"También eres un perro del gobierno, ¿lo olvidaste después de estos años?" comentó uno de los agentes a quien tardó en reconocerlo, uno de sus antiguos jefes.

"No me compares con ustedes" Su expresión cambio. Fue demasiado tonta por pensar que por fin tendría unas vacaciones, se burló en su mente.

La tenían trabajando sin descanso, siempre cuidando que su paradero y existencia se mantuviera en secreto, razón por la que no podía comunicarse siquiera con su mejor amigo, todo ese tiempo solo esperaba se terminara lo que debía cumplir para que la dejaran irse. Si bien, había calculado que tardaría alrededor de tres años, logro terminarlo en poco menos de dos.

Finalmente había logrado conseguirse unas vacaciones, sabía que no durarían mucho pues otra vez la mandarían a trabajar a quien sabe dónde, al menos intentaría aprovechar el tiempo, tendría que conseguir una nueva casa.

Se acercó a un teléfono publico y marcó el numero de su amigo, espero uno, dos, tres tonos hasta que finalmente contestó —¿Es demasiado tarde para comunicarme contigo? — habló primero — han pasado dos años, no me extrañaría si lo fuera—.

—¿Nagisa? — pregunto con clara emoción— ¿en serio eres tú?, ¿Dónde estás?, ¿has estado bien? —

Una sonrisa se asomó, parecía que seguía siendo el mismo— ¿Aun soy admitida en tu casa? No estoy muy lejos—.

La conversación duró un par de minutos hasta que finalmente terminaron la llamada para que Nagisa pudiera seguir su camino a la casa de su amigo. Por alguna razón mientras más se acercaba, los nervios aumentaban, culpó al tiempo.

En cuanto toco el timbre, no tardo más de un par de segundos en aparecer su amigo corriendo hacia ella, para abrazarla y segundos después arrastrarla dentro de la casa hasta su habitación. Reviso sus brazos y cara quedándose tranquilo al ver que no tenía heridas nuevas.

—Te ves diferente, no solo porque cortaste tu cabello— Nagisa no lograba entender lo que quería decir— no me refiero en mal sentido, al contrario, te ves bien— aclaró— la ultima vez que viniste fue para decir que te irías de nuevo, no te veías feliz ni siquiera enojada o triste, era un poco deprimente verte en ese estado de agotamiento—.

—¿Lo notaste? — sí, estaba agotada tanto física como mentalmente— pero ya estoy mejor, a pesar de que no he tenido un descanso desde entonces, no me quejo, pude estar un tiempo sin tener que preocuparme por algunas cosas—.

Tenían que ponerse al día, duraron horas conversando que solo se detuvieron cuando Nagisa que ya había empezado a oscurecer y aun no había conseguido un hotel para pasar la noche, si bien Haru le ofreció quedarse, tuvo que rechazarlo. "Al menos te ayudare a conseguir un hotel" se ofreció, tardaron, pero lograron encontrar uno que tuviera habitaciones libres a esa hora.

Nagisa tuvo que despedirse, prometiéndole regresar al día siguiente. Tomo un taxi hasta el hotel, terminó el tramite para su reservación y se dirigió a su habitación, no pasó más de una hora cuando alguien llamó a su puerta.

—¿Qué es esto, un deja vú? — sonrió al ver a Juzou fuera de su puerta— pasa— se adentro a la habitación— ¿has estado bien? — tras no recibir ninguna respuesta su posición y expresión cambiaron— solo habla o haz algo, no me hagas perder el tiempo—.

Juzou, aunque algo dudoso, se acercó un par de pasos logrando que ella subiera la guardia, pero aun así se acercó más hasta abrazarla— es bueno que estés bien— susurró.

Nagisa se había congelado, había esperado muchas cosas cuando se lo encontrara, pero lo que estaba sucediendo, no estaba entre ellas —Juzou— él finalmente la soltó— lo siento— ¿Por qué se disculpaba? Ni siquiera ella lo sabía, tal vez por irse sin decir nada de nuevo, por ni siquiera haber terminado su relación formalmente — ¿has estado bien? — preguntó intentando que el ambiente no fuera tan incomodo, lo observó, parecía estar bien, al menos físicamente, con lo terco que solía ser a veces no le sorprendió.

—Logre sobrevivir hasta ahora, así que creo que si, ¿Dónde has estado? Te he buscado por todos lados, pero nadie sabía nada de ti ni de tu paradero— una sonrisa apareció en ella, él se volvió a acercar— menos mal no parece que hayas estado en lugar peligroso— observo que no tenía cicatrices recientes, suspiro aliviado.

—Por supuesto que nadie te iba a decir o siquiera saber, se encargaron de que nadie supiera de mí, incluso ahora, no se realmente donde me encontraba— comentó sin quitar la sonrisa de su cara— realmente no puedo contar mucho de lo que paso en ese tiempo— notó que aun quería saber algo más y sabía exactamente que— regresar con ustedes no depende de mí, pero si te hace sentir mejor sigo siendo un peón más del gobierno, incluso si no estamos en el mismo grupo, nos encontraremos seguido—.

—Nagisa— se notaba nervioso—¿sobre nosotros? — sus orejas empezaban a tornarse rojas— ¿realmente quieres que acabe así? —.


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Elegidos  *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora