Eres Lo Que Necesito | Aguslina

22- Buenos días

Carolina entró silenciosamente y subió a su habitación, para su suerte su padre aún dormía. Se puso su pijama y se acostó, suspiró dejando una sonrisa enorme en su rostro. Recordaba cada momento y se sonrojaba. Agustín era tan lindo con ella y eso le encantaba.
Entre recuerdos y recuerdos se quedó dormida.

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De lo cansada que estaba ni siquiera pudo soñar, pero no necesitaba soñar, había pasado la mejor noche de su vida.

-Niña Caro- escuchó su nombre- Despierte señorita- abrió los ojos pesadamente encontrándose con Marta- Buen dia niña, su padre la espera en el comedor- le sonrió amorosamente. Le sorprendió verla un domingo en la casa, lo general eran sus días libres.

-Buenos dias Tita, ahora bajo- habló ronca, todavía moría de sueño pero no podía hacer esperar a su padre. Miró el reloj y se lamentó al ver que eran las diez de la mañana.

Carolina bajo las escaleras luego de haberse lavado los dientes y peinado un poco.

-¿Me hablaste papá?- le preguntó sentándose en la mesa dónde él estaba desayunando.

-Si hija- soltó el diario para mirarla -No te escuche llegar anoche- ahora le reclamaba, quién lo entiende.

-Eh... No llegué tan tarde, no quise despertarte- bajo la mirada, seguía mintiendole.

-Bien...- tomó un sorbo de su café- Quiero que canceles cualquier plan que tengas para hoy- instantáneamente pensó en Agustín, no habían arreglado nada pero quieria verlo- Necesito que me acompañes a un almuerzo con amigos en las afueras de la ciudad- no quería ir, las pocas veces que acompañó a su padre a esos lugares sintió que no encajaba- No es algo formal, pero tenemos que ir... prensentables- asentía a cada palabra.

-Eh... ¿y cuánto nos quedaremos? Mañana tengo colegio- no podían irse y ella ya quería regresar.

-No tardaremos mucho Carolina, ahora alistate que a las once nos iremos- no podía contradecirlo en cierto punto estaba en falta con él.

Tomó una ducha para terminar de despertarse. Comenzó a buscar el atuendo "adecuado" para la ocasión.

Una hora más tarde bajaba por las escaleras lista. Subió al auto con su padre y el chófer partió al lugar indicado.

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-Ya despierta- Karol le gritaba a su primo quien al parecer estaba en coma. Decidió tirarse encima, quizás así reaccionaría- Despierta Agustin- comenzaba a enojarse.

-¿Podes dejarme?- la empujó tirandola al piso. Se sentó en su cama y miró la hora - Son las once Karol, estás loca- se quejó mientras se resfregaba los ojos.

-No es bueno dormir tanto- le dijo mientras se sentaba en su cama, se quedaron en silencio y la curiosidad no la dejó en paz- Y... ¿Cómo te fue anoche?- le preguntó pícara. Agustín sólo sonrió de sólo acordarse- ¡Uy esa risita! Te fue de maravilla eh- le dio un golpecito amistoso en el hombro.

-Bueno... estuvo bien- no quería mostrar interés frente a su prima, no quería que supiera que Carolina lo traía loco, es que simplemente no era su estilo.

-¿Bien? ¿Sólo eso vas a decir?- Karol lo miró sorprendida- Neta Agustín ¿Sólo bien?- sabía que estuvo más que bien.

-Bueno... eh- dudo si decirle la verdad- Estuvo increíble, Caro es... es preciosa- al fin lo dijo.

-¡Ah!- los gritos de Karol no eran buenos para la humanidad- Mis niños están enamorados- cantaba y saltaba.

-Ya cállate loca- la calmó él -Nadie dijo nada de estar enamorado- todavía no estaba seguro si era amor o otra cosa. No quería confundirse más.

-Eso dices ahora... ¡Ay mi Caro! Ella merece lo mejor- suspiró- Portate bien con ella eh- lo señaló- Si no voy a tener que dejarte sin fábrica de bebes-  lo miro intimidante.

-¡Auch!- sonrió él -Menos mal que yo soy tu primo-

-Bueno como sea... ¿ya le diste los buenos días?- Agustín negó- Me lo imaginaba si duermes como una morsa primito- se levantó y le pasó el teléfono -Toma, escribele algo lindo- le sonrió.

-No tengo su número- recordó él.

- Neta si te pasas Agustín ¿Cómo no vas a pedirle su número?- gesticulaba enfadada Karol- Te lo voy a pasar pero no te olvides esos detalles- rodó los ojos y comenzó a buscar el número de Carolina en sus contactos.

-Estaba concentrado en otra cosa- le sonrió pícaro Agustín- ¿Mi Caro?- le preguntó cuando recibió el contacto.

-Si quieres ponerle Mi amor o mi osito, mi cielo- rió Karol- Como a ti te guste- por eso recibió un golpe de almohadon.

"Buenos días bonita, ¿soñaste conmigo?"

No es lo más romántico pero le pareció bien. Era lo máximo que podía hacer, nunca le dio los buenos días a una chica.

-Seguramente todavía está dormida- Agustín se acostó nuevamente- Su prima no es un perro suelto- Karol explotó con una carcajada contagiosa. Y ya no había forma de detenerla, cuando se tentaba no había fuerza humana que la detuviera.