Desperté a causa del sonido del teléfono retumbando en toda la casa, se escuchaba tan cerca que me producía dolor de cabeza, talle mis ojos y llevé mi mano a mi frente acariciando con suavidad mientras intentaba recuperar las fuerzas.Llegue a la sala y levante el teléfono articulando como pude un simple hola, espere en línea a que alguien respondiera pero nadie habló por lo contrario cerraron la llamada lo cual fue algo extraño, es raro que mi teléfono suene y aún más que alguien llame y ni siquiera tenga la descendía de responder. Suspiré para ir al tocador y darme un vistazo en el espejo, mi cabello estaba desecho, el maquillaje estarcido por todo el rostro y aún traía la ropa puesta, ¿habría llegado tan ebria?.
Recordé cuando Liam me trajo a casa y luego se fue lo que me pareció curioso, considerando que viajó 7 minutos de carretera hasta aquí sin yo darle indicación alguna porque estaba casi dormida o al menos eso recordé, aunque pensándolo mejor, estaba ebria así que no puedo dar ese argumento por ahora.
Me metí a la ducha una vez que me quité el maquillaje y deje la ropa en el cesto, me di un baño de agua tibia y amarre mi cabello en una coleta alta dejando mi melena caer en mis hombros, cuando salí me seque y camine sin prisa a la habitación percatándome de un detalle, las 2:15 PM.
-Mierda! -.
Había faltado al trabajo y ni siquiera me acordaba, corrí lo más rápido que pude buscando mi traje y el teléfono para llamarle a mi jefe y explicarle el por qué de mi falta, no obstante mire el calendario y vi que era domingo por lo que un aire de alivio recorrió todo mi cuerpo haciéndome debilitar y casi caer sobre mis rodillas. Joder, si continúo de esta forma me van a despedir algún día.
Respire un par de veces levantando la mirada contra la ventana de mi habitación la cual estaba abierta pero el detalle está en que hace un rato estaba cerrada, fruncí el ceño y sin despegarle el ojo me acerque a paso lento, coloqué ambas manos a cada lado del marco y me asomé observando nada más que el callejón que separaba mi departamento del otro sin ver nada fuera de lo común, así que solo volví a cerrarla para luego recostarme sobre la cama, apenas di dos pasos cuando escuche el chillido del pestillo detrás de mí, me detuve al presenciar aquel momento, gire lentamente pero la ventana estaba cerrada, quise creer que era producto de mi imaginación por lo que negué con la cabeza y me dirigí a mi escritorio.
voltee mi rostro al espejo y di un pequeño respingo al notar una figura frente a la ventana pero le vi con tan poca claridad que gire con velocidad pero no había nada. ¿Era una forma humana?. Esta se abrió de golpe por lo que decidí correr a ella, lo único que pude ver fueron las alas de alguna ave alejándose a toda prisa por el tejado del departamento.
-¡malditas aves! -.
Me queje debido al susto que me había pegado y procedí a cerrar la ventana. Decidí salir un rato a observar el lugar, dejé el auto y fui caminando pues a donde tenía pensado ir no era muy lejos como para tener que sacarlo, caminé un par de minutos mientras el sol se metía. La tarde había transcurrido de forma lenta, nadie llamaba y yo no quería molestar a nadie, espere en todo el día alguna llamada de James, sin embargo este nunca dio señal de vida. Pero así es él, se enoja un día y desaparece toda una semana.
Llegué a un viejo café donde solía venir cuando comencé la universidad, camine directamente al mostrador y pedí un capuchino, hace mucho tiempo que no vengo aquí a despejar la mente.
Entre tragos y personas entrando o saliendo del lugar, me llamó la atención uno en particular, traía un libro en manos mientras degústaba una taza de lo que a mi parecer era Chocolate caliente, su cabello castaño estaba perfectamente peinado, sus labios pequeños pero carnosos y sus ojos que se encontraban observándome eran de un tono verde claro, algo de que admirar. Al notar que también le observe sonrío y sonreí devuelta quitándole la mirada. Jamás había visto tanta belleza en una sola persona y cuidado si estoy exagerando. Para cuando decidí irme, el chico de ojos verdes ya se había ido, y como despedida me otorgó otra hermosa sonrisa, ya estaba oscuro así que no podía demorarme en volver pues en este lugar no es buena idea para hacer una caminata nocturna, menos si eres mujer y andas sola.Ya podía sentir el frío de la noche lo cual producía que mi cuerpo temblara buscando su propio calor, la calle que iba al residencial en donde vivo estaba desierta, salvo por unos cuantos caballeros que caminaban por las aceras observándome detenidamente.
__¡Hola hermosa! __.
Gritó uno de ellos a mi espalda pero pase de esto y continúe mi camino pensando qué ignorarlos iba a ser la mejor idea.
__no seas tan cruel bonita, solo quiero charlar __.
Su voz resonó una vez más pero continúe firme en mi caminata, de pronto aparecieron dos hombres más caminando en mi dirección por lo que presentí que algo pasaría si no me apresuraba, voltee a ver y aún estaban detrás de mí mientras gritaban cosas a las cuales intente no prestarle atención.
De pronto salió un hombre de un callejón colocando su mano sobre mi pecho acto que hizo que dejara de caminar.
-Mis amigos hablan contigo -.
Habló en forma de regaño pero no hice más que observarle en silencio, podía sentir la presencia de los otros tres a mi espalda y eso empezaba a incomodar al punto de sentirme pequeñita en medio idea toda la situación.
-¿a donde vas con tanta prisa preciosa? -.
Uno de ellos se acercó tomando un mechón de mi cabello en sus manos la cual rápidamente saque para intentar caminar lejos, sin embargo me acorraló. Mis palabras simplemente no salían de mi boca, estaba asustada. Aquellos cuatro hombres aprovechando el momento y el lugar comenzaron a invadir mi espacio acercándose cada vez más, me tocaban mientras hacían comentarios grotescos y me digne a implorar e intentar sacarme a mí misma de este lío.
Uno de ellos el que salió del Callejón rasgo mi camisa logrando romper varios botones y que mi ropa interior fuera lo único que me cubriera sacando un chillido de mis labios, cosa que al parecer no les agradó.
Mi desespero creció y comencé a pelear por mi libertad sin tener éxito alguno, ellos reían disfrutando de toda esta tortura
-¡Suéltenme! -.
Grite quizás esperando que alguien percatara la escena e hiciera algo, sin embargo ya me encontraba sumergida en un mar de deseos carnales con personas que abusan de su fuerza. Me di por vencida y deje caer las lagrimas implorando poder vivir para contarlo al menos y que si iba a ser volada que al menos no saliera con un hijo de esto... por que me mato.
No estaba dispuesta a luchar, sin embargo alguien más sí. Unas nuevas manos se adentraban al montón, esta vez en lugar de sostenerme a mi sostenían a uno de los cuatro hombres halando fuerte de el logrando derribarlo, los otros tres se percataron de la acción y se lanzaron contra aquel hombre, sin embargo él pudo con los cuatro. Eso me dejo sin palabras.
-¡Sal de aquí! -.
Grita aquel hombre mientras evadía los golpes, fue cuando finalmente reaccioné sintiendo la libertad sobre mi cuerpo, estaba asustada por lo que mis pies no corrieron cuando pude sin embargo al escucharle gritar aquellas palabras corrí lo más rápido doblando la esquina que estaba antes de llegar a mi departamento, pero luego pensé en aquel pobre hombre que arriesgaba su vida por salvar la mía, así que saque el telefono dispuesta a llamar a la policia, marque el número casi tan rápido como mi pecho subía y bajaba adentro los nervios dejando que finalmente suene la línea, retrocedí para reencontrarme con la escena pero para mi sorpresa, no había nadie en la calle.
-seguridad nacional, ¿cuál es su emergencia? -.
Se escucha detrás del teléfono, sin embargo este lentamente se deslizó por mi oreja bajando poco a poco hasta quedar totalmente fuera de mi alcance. ¿Como esto es posible? ¿A donde fueron?, hace solo segundos habían cinco hombres peleándose justo aquí y ahora no había nada más que las calles vacías.
Mi corazón se aceleró, no pude haberlo imaginado, observe mi camisa rota para confirmarlo y una operadora en línea que seguía preguntando si estaba ahí aún así corrí lo más rápido que pude para llegar y encerrarme en mi departamento.
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Arcángel
FantasíaEn un mundo donde lo místico es irreal y lo paranormal se convierte en locura, Katherine Felming una joven mujer quien recién empieza su nueva vida en Cambridge descubre que nada es lo que parece y las personas no son quienes pensó que eran. Tras co...