Capitulo 28 "emboscada"

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-como lo haces? -. Cuestione

-como hago que? -. Cuestionó el

-mantener la calma -. Meterte en mi cabeza y ya no salir jamás!, Joseph sonrío recostando su cuerpo contra la silla

-es un don -. Alardeó y luego se relajó riendo en voz alta -no lo sé, creo que no me tomo en serio los problemas -. Se encogió de hombros.

-tú por qué lo haces?, tomarte tan en serio los problemas, digo! si vieras lo hermosa que eres cuando sonríes quizás no tendrías ganas de preocuparte por nada jamás -. Sentí mis mejillas ardiendo tras su tierno comentario

-es que tú no vez la vida desde mi perspectiva, no puedes saber lo que siento con solo verme a los ojos, ni sentir mi dolor con solo ver mis lagrimas, o saber si realmente estoy feliz con solo verme sonreír -. Mire sus ojos celestiales y me perdí en ellos. -eres un ángel y vives en el cielo, yo soy humana y vivo en este infierno -.

-tú al menos estas viva -. Fue lo último que respondió antes de ponerse de pie y darme la espalda

-tú también estás vivo -. Le asegure haciendo que se detuviera

-lo sé -. me observó por sobre un hombro, sonrío y volteo para caminar una vez más dejándome a su espalda, ahí fue cuando entendí que al decir aquella frase no se refería a él en sí. Aunque no entendí a quien sería.

__

La noche había llegado, era hora de ir a donde sea que Joseph quería ir, los chicos estaban listos mientras yo me debatía sobre volver a los brazos de él o no pero al final tuve que hacerlo pues de otra forma no iba a llegar. El sonido del aleteo no era molesto, no obstante hacía que mis oídos se taparan y eso era realmente incomodo, Joseph volaba por lo alto mientras Liam y Alexander más abajo dejándome apreciar sus alas las cuales eran más pequeñas que la de el.

Al fin tocamos tierra cerca de un callejón en un pueblo el cual no pude reconocer, los chicos ocultaron sus alas y caminaron obligándome a seguirles un par de cuadras más hasta llegar a una especie de lugar subterráneo, bajamos las escaleras y Joseph toco.
La puerta se abrió; los cuatro nos adentramos a paso lento yo por mi parte estaba asustada pues este lugar era extraño, parecía un santuario o algo así, habían velas encendidas por todas partes, cuadros con figuras extrañas y una estantería repleta de libros viejos, escuche unos pasos provenientes de algún lugar, recordé las veces que me sentía perseguida así que sostuve el brazo de uno de los chicos con fuerza.

-Bienvenidos -. Una mujer alta, apareció desde una habitación sonriendo hasta llegar a nosotros, lucia un vestido negro que daba a sus rodillas y una banda roja al rededor de su cabello.

-Lady Querza -. Joseph tomó su mano y plantó un beso sobre ella mostrando el caballero que es, no voy a negar que sentí celos en ese momento pero los nervios de estar aquí abajo no me dejaron darme cuenta. Lo mismo hicieron Alex y Liam.

-tú debes ser Katherine Felming -. Estiró su mano frente a mi cara, por un instante me cuestione si en serio debía besar su mano pero al observarlos a todos esperando mi reacción la tome y plante un beso en ella. Fue lo más raro que he hecho hasta ahora. -Markeza, vengan por aquí -. Sonrío y camino entrando por la puerta de la que salió, hasta ahora note que la puerta se había abierto sola pues escuche el sonido de esta a mi espalda al cerrarse.

-díganme, a que se debe esta visita? -. Cuestionó una vez que estuvimos sentados en aquella habitación aunque más reconfortante que la anterior, seguía dándome escalofríos.

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