Los días pasaron lentos después de que las personas más importantes en mi vida desaparecieran, mis dos mejores amigas estaban muertas y Joseph solo vino a cumplir con su misión pues aunque sabía que él estaba a mi lado aunque no le pudiera ver o tocar, me sentía terrible en la soledad de mi departamento. Tuve que conseguir otro empleo después de que mi jefe me despidiera por faltar varias semanas sin avisar y pues ahora soy abogada personal en una compañía de seguros humanos, nada emocionante pero el suelo es mejor y no debo proteger criminales.Me encontraba en la oficina organizando para cerrar e irme a casa, saque un par de cosas y camine por el pasillo sin la menor preocupación.
-Hasta mañana Lesley -. Me despedí de la chica de recepción quien hablaba por teléfono en ese momento.
-un segundo amor. oye! -. Llamo mi atención haciendo que me detuviera y volteara a verle -alguien vino preguntando por ti pero como estabas ocupada se fue -.
-te dijo su nombre? -. Cuestione observándole negar lentamente, a qué clase de recepcionista se le ocurre no preguntar el nombre de los clientes que vienen aquí?. -bueno, lo más seguro es que vuelve mañana -. Decidí restarle importancia retornando el camino directo hasta mi auto, el cual fue obsequio de la compañía ya que el mío lo perdí, ajuste el espejo retrovisor el cual me permitió observar de reojo las cicatrices en mi cuello las cuales acaricie lentamente llenando mi cabeza de malos recuerdos pero entre ellos estaba el mejor y peor de todos "Joseph", debía olvidarme de él y continuar con mi vida al igual que antes solía hacerlo así que aleje su nombre de mi cabeza y di marcha por la carretera.
Las personas caminaban por la cuidad sin preocupación alguna al igual como solía hacerlo yo. Me he encontrado con algunas personas la cuales vivieron aquel mal recuerdo junto a mí, sin embargo, ellos actuaban como si nada había pasado todo seguía igual para todos incluso, excepto para mí quien ahora le temo a la soledad a pesar de vivir con ella.
Estacione el auto frente a mi departamento encontrándome con un hombre sentado al pie de la entrada, traía unos jeans oscuros, zapatos y un suéter el cual acomodo más abajo de los codos dejando ver unos tatuajes que me fueron familiares. Baje observando con atención cuando aquel hombre volteo a verme poniéndose de pie mientras curveaba sus labios en una sonrisa, dejé caer mi bolso sorprendida.
-Hola -. Sonrío y camine hasta el aún en Shock
-Joseph? -. Cuestione queriendo sonreír pero la sorpresa me dejo algo atónita
-si, soy yo -. Me acerqué lentamente examinando su rostro con cuidado, sus ojos brillaban con la intensidad del sol, su piel terciopelo estaba totalmente limpia sin un solo rastro de haber sufrido los golpes que sufrió hace semanas atrás bueno, considerando que sus heridas eran superficiales. No pude evitar abalanzarme sobre el rodeando su cuerpo con mis brazos, como era posible que estuviera aquí?, será que estoy en más problemas?
-te extrañe -. Susurro cerca de mi oído mientras me acorralaba entra sus brazos pero me aleje buscando su mirada
-por qué estás aquí? -. Cuestione sin querer hacerle pensar que no estaba feliz de verlo.
-Dios y yo hicimos un trato, él me dejaba salvarte y a cambio yo renunciaría a mi puesto en el cielo -. Tape mi boca con una de mis manos para luego pasarla por mi cabello y seguir confundida
-yo creí que te había perdonado -. Reflexione y el asintió sonriente
-y lo hizo, solo que ahora debo ganarme mi lugar en el cielo desde aquí -. Se encogió de hombros mostrando una sonrisa tímida -soy humano ahora -. aunque sus palabras me tocaban el alma no podía ignorar el hecho de que todo eso fue mi culpa
-como lo siento -. Baje la mirada sintiéndome un poco apenada y mal por el, perder un puesto tan importante, perder sus poderes, sus alas, su majestuosidad aunque para mí aún la tiene, debe ser duro.
-oye! no quiero que te arrepientas de lo que pasó entre nosotros -. Tomo mi rostro levantándolo para que le observara -eres lo mejor que me ha pasado -. Mi corazón saltaba de alegría, el aún conservaba ese toque angelical que me atrajo en primer lugar y continúa siendo la tentación que me hizo llevarlo a pecar.
-quieres entrar? -. Cuestione dándole una pequeña sonrisa la cual este correspondió con una de su parte.
Pensé en todo lo que el había hecho por mí, arriesgar su vida y la de los suyos aunque esa fuera su misión se mostró más valiente de lo que pudiera imaginar sin importar las caídas que le provoque. Y a pesar de todo el me miró a los ojos y me hizo sentir que cada error y cada golpe que la vida le dio fue lo mejor que le ha pasado si de dar la vida por mí se trata, me tomo en brazos y me dijo cuan importante soy para el, eso me hizo sonreír como nunca. Poso su mano sobre mi rostro acariciando con suavidad para luego acercar sus labios con la libertad que antes no tenía.
Quizás ambos nos extrañábamos más de lo que pensamos pues nuestros cuerpos pedían a gritos estar juntos, piel con piel, sus besos eran mucho mejor de lo que recordaba y mientras entrelazábamos los dedos y sincronizábamos nuestros cuerpo en aquel pequeño y perfecto instante a solas, supe que por primera vez me sentía feliz de estar con alguien.
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Joseph tuvo que adaptarse a su nueva vida como humano pues aunque para nosotros sea fácil para el no lo es pues es un ser del cielo que por un pequeño deslice termino siendo un mortal mas en la tierra dejando a un lado todos los beneficios que tenía siendo Arcangel.
Yo por otra parte crecí mentalmente pues en mi corto tiempo viviendo esta terrible y alocada aventura aprendí más de lo que cualquiera podría en toda su vida teniendo en cuenta que las apariencias engañan y la vida no es solo lo que se ve. La vida me enseño a creer y luchar por mi y por los demás pues aunque existan cosas inexplicables ante nuestros ojos no significa que no lo podemos ver y Joseph me enseñó eso y mucho más. Me enseñó que aveces luchar no es una obligación si no un deber, me enseñó a cuidar de las personas que quiero y demostrarles cada día lo importantes que son en mi vida.
Él podrá haberle fallado a quien más confió en él pero aún así fue perdonado; después de todo no somos perfectos.
Excepto el, él es una mezcla de emociones que crece con el tiempo, su encanto, su fuerza, su lugar como un ser en esta tierra simplemente no podría pedir más por qué para mí sea un Ángel o no el siempre será mi guerrero, mi "Arcángel".
Fin
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Arcángel
FantasyEn un mundo donde lo místico es irreal y lo paranormal se convierte en locura, Katherine Felming una joven mujer quien recién empieza su nueva vida en Cambridge descubre que nada es lo que parece y las personas no son quienes pensó que eran. Tras co...