Capitulo 37 "el ira por mi"

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Al fin llegamos devuelta a la ciudad, Joseph me dejo frente a mi departamento desapareciendo así como si nada una vez más, me preocupaba su actitud pues hace poco no se quería apartar de mí y ahora parecía querer distancia lo cual no entendía y la verdad me sentía mal por ese hecho.

Saque la mochila que estaba en mi espalda dándome cuenta que traía la de comida y para que esta no terminara de dañarse la metí en el refrigerador, camine hasta mi habitación para al fin cerrar los ojos y descansar. Todo permanecía intacto al igual que la última vez que estuve aquí aunque al recordarlo veía a James y al saber que él podría entrar en cualquier momento y encontrarme realmente me preocupaba sin embargo decidí no darle importancia pues de todas forma iba a morir así que me relaje y caí sumida en un sueño profundo.

Desperté tras escuchar el sonido de mi teléfono, jure que estaba apagado por falta de batería pero aún así le busque para contestar a pesar de que mis ojos estaban pesados. Me detuve en seco tras ver la llamada que recibía y créanme que hubiera preferido la de James en lugar de esta pues alguien llamaba desde el número telefónico de Cher lo cual no me sentó muy bien.

Sentí como mi piel erizaba mientras me cosquilleaba el estomago, recordé cuando encontré el teléfono de Cher hecho pedazos en el suelo así que no existía forma de que alguien pudiese llamarme de ese número, mi corazón aceleró su ritmo y pronto la llamada cesó, no sé que o quien habría sido pero el terror aumento en cada respiración que daba. Lentamente lo deje a un lado de la cama mientras observaba la nada y me cuestionaba a mí misma sobre <quien> podría ser el responsable y solo un nombre llegaba a mi mente. "Lordanem".

Pronto el teléfono del departamento se hizo presente dando esa entonada que ya conocemos cuando alguien llama a nuestras casas, fui en busca de el pero camine despacio pues la llamada del número de Cher me había dejado un poco ansiosa.

Dude mucho en levantar la llamada pero al final pensé en mi familia y en Bea así que solo lo levante.

-hola? -. Al fin conteste, espere en línea la respuesta del otro lado, sin embargo, nadie contestó -hola? -. Secunde el saludo sin recibir respuesta alguna, tan solo escuchaba la forzada respiración de alguien más en la otra línea, cosa que no ayudaba a mis nervios disminuir -sé que estás escuchando... -. Hable para hacerle saber a quién sea que me hacía esta broma que no me agradaba para nada lo que hacía.

Al no recibir respuesta estuve decidida a colgar la llamada y ahorrarme tiempo valioso -escucha no tengo tiempo para esto... -. Tome la delantera lista para colgar cuando esa voz me hizo estremecer.

-voy por ti! -. Le escuche en un susurro audible, no era ella, no podía ser ella.

La sangre en mis venas se enfrió cual cadaver logrando paralizarme al instante. Mi respiración se agitó y el pánico me impulsó a cerrar la llamada y alejarme del teléfono, mientras retrocedía recordé a Joseph y corrí por mi teléfono; definitivamente lo necesitaba.

Le di al botón de encender para darme cuenta de que éste estaba apagado una vez más, negué en voz alta recordando la llamada que recibí hace unos instantes, esto realmente no me estaba pasando. Escuche un sonido provenir desde la sala de estar justo detrás de mí, mire por mi hombro lentamente sin poder ver nada pero eso no me fue suficiente; necesitaba ir a ver así que solo camine con cuidado cruzando el marco de la puerta encontrándome con la imagen que no deseaba ver, me paralicé por completo.

Ella estaba aquí, Cher estaba de pie en medio de mi departamento observándome. Recordé su muerte y como había sido consumida por el fuego y luego recordé el día en la morgue cuando su cadaver parecía intacto y justo aquí estaba ella frente a mí, esto era imposible de creer. Negué con la cabeza sin poder entender lo que pasaba; dejé caer el teléfono sin darme cuenta y retrocedí un paso por instinto.

-Cherley -. Mi voz salió como un susurro audible cuestionándome lo que ante mi parecía ser incierto, sus ojos lentamente fueron oscureciendo mientras daba un paso al frente formando una sonrisa en su rostro.

-te extrañe mucho Katherine -. Su sonrisa hacía que mi cuerpo temblara, esa no era mi amiga, esa no era Cher. -he venido por ti -. Su voz fue transformándose en una voz más gruesa y aterradora mientras se convertía en una persona totalmente diferente y entonces caí en cuenta de que el otro demonio que me buscaba era ella .

Para ser específicos ahí fue cuando reaccione y corrí devuelta a mi habitación cerrando la puerta con llave, sabía que eso no la detendría pero solo pude pensar eso en ese instante.
El calor se apoderó de la habitación y la puerta envuelta en llamas cayó al suelo dejándome ver aquella criatura con la mano estrechada en esta dirección, respire hondo intentando regular los latidos de mi corazón y una vez más corrí esta vez a la venta; la abrí y sin perder el tiempo asome la cabeza, no me importa estar cuatro pisos arriba, si tenía que lanzarme y morir lo haría antes que quedarme aquí y morir en manos de ellos.

Levante mi pie derecho pasándolo por el marco mientras me ayudaba de ambas manos, casi tenía el cuerpo fuera cuando sus manos ardientes tomaron de mi pierna izquierda tirándome nuevamente dentro de la habitación, grite pidiendo ayuda o más bien grite esperando que Joseph atravesará aquella puerta listo para salvarme.

Pero ya me tenía acorralada entre sus garras suspendida en el aire mientras apretaba mi cuello con fuerza sacando el aire que había en mis pulmones.
-pobrecita, débil e indefensa -. Dijo ella. Su voz hacía que cuerpo temblara, intente soltarme de sus garras sin tener éxito. -nadie va a salvarte -.

-él irá por mi -. Exclamé forzando la voz, desperdiciando aire que me pudo ser valioso al menos unos segundos más.

-a si?, crees que va a morir por ti? -. Cuestionó volviendo a su forma humana sin soltarme -donde está ahora? -. Se burlo apretando aún más.

Mi cuerpo no resistía un segundo más pues me quedaba sin aire y poco a poco mi vista perdía tenuidad, sentía mis ojos virarse ligeramente hacia arriba y mi cuello ardía hasta más no poder, sentía mi cuerpo bajar de temperatura y su voz ya no me era audible, fui desapareciendo poco a poco hasta que una nube negra se hizo presente y ya no volví a saber más de mi.

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