CAPITULO 31.
Estaba en mi antigua habitación, en la casa de Harry era un de tantas noches en las que me desperté entre pesadillas y aún quedaban lágrimas en mis mejillas, pero no estaba triste, de hecho, estaba con una gran sonrisa en la cara. James estaba conmigo y ambos estábamos riendo tumbados abrazados en mi cama, por aquel entonces ambos éramos muy pequeños, pero como siempre James más alto que yo me tenía abrazada y me acariciaba el pelo, para que me terminará de calmar. Cuando ya estuve calmada me dijo:
-Jenny no debes tener miedo, porque siempre voy a estar a tu lado para cuidarte hermanita, te lo prometo. Siempre que me necesites estaré a tu lado, no te voy a dejar sola. – entonces yo me giré y le abrace muy fuerte con mis pequeños bracitos.
-Eres el mejor hermano del mundo. –luego me separé de él y ambos seguimos abrazados hasta que nos quedamos dormidos. Alargué mi mano para tocar a mi yo infantil, pero me di cuenta de que no podía puesto que solo era una imagen, un recuerdo proyectado que todo el mundo estaba pudiendo ver.
De repente la imagen volvió a cambiar, en esta ocasión no estaba en mi antigua casa, sino en la madriguera jugando con todos mis primos al pilla-pilla, corríamos, saltábamos, reíamos... Todo era felicidad y diversión, pero aquella imagen duró poco y enseguida volvió a cambiar.
En esta ocasión estaba con Harry paseando por mi barrio muggle – ya sabía lo que se acercaba- iba agarrada de su mano y ambos íbamos hablando sobre el posible regalo para Ginny:
-Bueno pequeña, ¿qué crees que deberíamos comprarle a mami? –preguntó Harry.
-Algo muy bonito, porque mami es guapa. –dijo mi mini yo con una gran sonrisa. Entonces un hombre alto vestido negro, dijo algo que yo no entendí y de repente todo se volvió negro a mí alrededor. Cuando recuperé la consciencia ví como Harry se alejaba y mini yo gritaba:
-¡Papa! ¿A dónde vas? ¡Papi, no me dejes porfi! –Seguí gritando mientras todo a mí alrededor daba vueltas.
Al final llegó otro cambio de imagen, este era de mi primer día en el orfanato, estaba sentada en mi cama sola, cuando de repente alguien se puso delante de mí.
-Hola –saludó la voz de un chico, al levantar la mirada ví que se trataba de mi tío George y me lance abrazarle
-Tío George no se qué pasa, ¿Por qué papa no ha vuelto?
-Cariño, yo no soy George.
-Sí, claro que lo eres. No me engañes, se como es la cara de mi tío.
-Eso es porque tenemos la misma cara, yo soy Fred.
-Eso es imposible. –dije yo muy seria – El tío Fred murió durante la gran guerra de Howarts.
-Es que yo estoy muerto. – contestó en sentándose en la cama.
- ¿Entonces yo también? –dije a la vez que me sentaba a su lado -¿Por qué si no como puedo verte?
-No, cariño no estás muerta. Pero me puedes ver, porque has estado muy cerca.
-Aaaa... Pues que chachi. Oye, tío Fred. ¿Me llevas a casa?
-Lo siento cariño, no puedo. –Pero antes de que pudiera contestar un chico alto y moreno me interrumpió.
-Vaya, vaya... Resulta que la nueva habla sola.
-No habló sola, habló con mi tío.
-Asúmelo, tu familia te ha abandonado, no les importas una mierda.
-Eso no es verdad. –dije levantándome de un salto y encarándolo, a pesar de ser mucho más bajita que él.
-Sí, que lo es y ya va siendo hora de que lo superes. Tus padres no te querían y se deshicieron de ti.
-Eso es mentira, mi hermano vendrá a por mí. Él me prometió, que no me dejaría sola.
-A tu hermano no le importas una mierda.
-¡Mientes! –dije empujándole con toda mi fuerza, pero el apenas se tambaleó.
-¡No me toques! –gritó él a la vez que me agarraba de los pelos y me lanzaba contra el suelo. Hay me quedé llorando.
En la siguiente imagen estaba en la casa de Marcus, mi primer padre de acogida. Yo estaba llorando encerrada en un armario, mientras el gritaba. Cuando me encontró me cogió del brazo y me pego una fuerte torta en la cara haciéndome caer al suelo mientras gritaba:
-¡Cuando te llamo vienes!
-Perdón. –susurre yo desde el suelo.
-No has limpiado, como te dije. –entonces comenzó a dar patadas a mi pequeño cuerpo de seis años, mientras yo lloraba y le suplicaba que parará.
En la siguiente escena se me veía en el sofá de la casa, sentada mientras Marcus apagaba un cigarrillo tras otro en mi antebrazo, y cada vez que me quejaba o hacía el mínimo sonido me pagaba, bien con la botella que se estuviera bebiendo en ese momento o bien con la mano abierta. Por lo que cada vez que el cigarrillo tocaba mi piel yo solo cerraba los ojos y respiraba intentando ignorar el dolor. Esta escena duro un buen rato, pues estuvo muy seguida de otra en la que se veían muchos más golpes, mientras las imágenes pasaban las miraba sin una pizca de sentimiento en la mirada, pero podía oír como todos los que estaban en el comedor las comentaban. Sus voces eran un murmullo lejano y apenas podía diferenciarlas.
Finalmente la escena volvió a cambiar, en esta ocasión se veía como Marcus me abandonaba a la puerta del orfanato : "Virgen de la caridad" El cual era dirigido por monjas, cuando me abrieron la puerta, la monja que me vio ahogo un grito al ver a una niña de siete años escasos llena de moratones y magulladuras. Al principio ese orfanato pareció agradable, hasta que un día una monja me castigó, por blasfemar. En realidad solo había estado tomando otra de mis clases de magia con Fred, las cuales también se vieron, pero en estas era feliz.
-Jennifer Lily, no hablaras de magia negra en la casa del señor. –decía mientras me litigaba la espalda con un rosario y mis manos se removían en las fuertes cuerdas que las mantenían prisionera. Después se me vio sujetando biblias en mis manos mientras me golpeaba con una larga regla, y me gritaba que debía rezar más a menudo.
En la siguiente imagen estaba en casa de Kyle mi segundo padre de acogida. Este fue el peor de todos, y cuando le ví la cara un escalofrió me recorrió la columna. Estaba tirada en el suelo recibiendo patadas en las costillas, mientras gritaba a una yo de ocho años:
-Ya te lo he dicho Jennifer, cuanto más llores más golpes. Debes aprender a ser fuerte, no te quejes, no llores y no te dolerá. Ya me he aburrido, hora del baño.
-No, eso no por favor. –suplicó mi yo de ocho años entres moratones. Pero no sirvió de nada, antes de que me pudiera dar tiempo a reaccionar ya estaba metida en una helada bañera de agua, con la ropa puesta. Mientras él me mantenía bajo el agua y yo notaba como me ardían los pulmones por la falta de oxigeno y como el agua entraba en ellos. Después de casi media hora mi cabeza daba más vueltas que una noria y mi consciencia estaba a punto de ceder ante la insistencia de la oscuridad. De repente, estaba fuera de la bañera tirada en el suelo y cuando estuve a punto de levantarme aquella horrible sensación me atravesó. Aquel capullo me estaba volviendo a electrocutar mientras gritaba entre risas que no debía llorar.
--------------------------------- ------------------------------
Solo quería deciros un par de coas:
Lo primero la verdad es que me ha quedado muy largo y por eso he decidido hacerlos en dos partes.
Y lo segundo, quería daros las gracias por el todo apoyo que me estáis dando con esta novela, pues nunca pensé que iba a gustar, así que lo dicho: Muchas gracias.
Besos,
Janire.
ESTÁS LEYENDO
Jennifer Lily Potter
Fanfiction#PremiosWatty #FinalistaPremiosWatty 2014 Jennifer siempre fue la típica niña de los suburbios de Londres, donde vivió todo tipo de abusos después de que su padre Harry Potter, la abandonara a su suerte. Este año ha vuelto a Howarts a sus quince año...