capitulo 15. Hemos pasado la prueba!!

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      CAPITULO 15.

-¡Ey! ¡Has pasado la prueba! Enhorabuena. –dije mientras le daba una corto abrazo.

-¿Yo? ¡Pero si aquí la niñita que ha dejado impresionados a todos has sido tú! –dijo mientras me despeinaba haciéndome picar como si fuera una cría.

-No hagas eso sabes que me molesta – dije fingiendo un puchero.

-¿Por qué te crees que lo hago? –dijo a la vez que pasaba un brazo por mis hombros.

-¡Oye! –dije a la vez que le daba un suave codazo en las costillas sin sepárame de sus brazos. Me encantaba cuando lo hacía, pero eso era algo que jamás admitiría. Primero estaba mi orgullo. En ese momento me fije que hizo un gesto de dolor ante mi golpe, por lo que lo arrastre al castillo a un lugar solitario. Allí le levanté la camiseta, dejando ver su impresionante pecho bien musculado. Creí que me desmayaría ante su cuerpo, pero el corto mi deleite diciendo:

-Si querías quitarme la camisa solo tenias que pedirlo –dijo en un tono seductor, mientras yo me fijaba en el tremendo moratón que tenía en las costillas, por eso se había quejado.

-No seas estúpido. –dije disimulando que en verdad su cuerpo si me había llamado la atención- ¿Cómo te has hecho esto?

-¡Ah! Eso me lo he hecho en la segunda prueba uno de los palos salió disparado y me dio de lleno.

-Nos vamos a la enfermería ahora mismo. –dije intentando volver a arrastrarlo, pero esta vez él no me dejo y tiro de mi hacia el pegándome a su cuerpo.

-Jen, estoy bien. No necesito ir a la enfermería. –Dijo mirándome directamente a los ojos, demasiado cerca de mi cara. Por un momento me perdí en esos preciosos ojos suyos, pero conseguí reunir toda mi fuerza de voluntad y me aparté ligeramente de él.

- Ah, ¿no? –dije a la vez que le tocaba el moratón y el soltaba un quejido -¿entonces por qué te quejas? Nos vamos ahora mismo a que te vea la enfermera. –Y esta vez si me dejo llevarlo conmigo.

  Max P.O.V.

Le habría partido la cara al estúpido Potter, si Jennifer no nos hubiera separado. ¿Cómo se atrevía a hablarla así? Ella no se lo merece. Pero la verdad, es que cuando me abrazo y su pelo quedo a la altura de mi cabeza, casi me vuelvo loco oliendo su delicioso perfume y el olor a frutas del bosque que emana su precioso cabello. Es muy bajita, pero tiene carácter y la verdad a todos nos ha dejado impresionados con su actuación en las pruebas físicas, ha estado espléndida. Jamás había visto a nadie en tan buena forma como ella, pero lo raro era que estaba de los nervios por si se hacía daño, a pesar de estar viendo que era espectacular. Esta chica me vuelve loco y hace que me pasé el día pensando en ella, cosa que nunca me había pasado son ellas las que se vuelven locas por mí, no yo por ellas. Pero Jennifer es diferente.

Cuando he acabado la prueba ha venido corriendo a felicitarme y después de chincharla revolviéndola el pelo (lo odia) a sacado esa faceta de niña pequeña que me enternece tanto. Pero al abrazarla y volver a chincharla me ha escuchado soltar un pequeño quejido por lo que me ha arrastrado a un lugar solitario del castillo. Donde no se cómo puesto que soy mucho más alto que ella me ha quitado la camisa, al poner sus manos sobre mi piel he sentido un escalofrío el cual he pasado por alto y me he fijado en que se ha quedado un poco embobada mirándome por lo que la he dicho:

- Si querías quitarme la camisa solo tenias que pedirlo.

-No seas estúpido –entonces ha dirigido sus ojos a donde me he llevado el golpe y ha dicho algo preocupada -¿y esto?

-¡Ah! Eso me lo he hecho en la segunda prueba uno de los palos salió disparado y me dio de lleno.- la he contestado relajadamente.

-Nos vamos a la enfermería.-ha vuelto a agarrarme del brazo para llevarme pero en su lugar la he atraído hacía mí haciendo que se chocara con mi pecho.

-Jen, estoy bien. No necesito ir a la enfermería.-la he dicho mientras miraba esos preciosos ojos marrones suyos, estaba tan cerca de su cara que podía notar su respiración en mis labios y mis ganas de besarla se han multiplicado. Por suerte ella se ha apartado para decirme:

- Ah, ¿no? – a la vez que me daba un suave golpe en las costillas y yo dejaba escapar un gemido de dolor. -¿entonces por qué te quejas? Nos vamos ahora mismo a que te vea la enfermera. –dicho eso me ha vuelto a arrastrar, pero esta vez la he dejado, pues si volvía a tenerla tan cerca no podría aguantar las ganas de besarla.

Al llegar a la enfermería, la señora Pomfrey me ha atendido rápidamente, haciendo desaparecer todo dolor de mi cuerpo. Al acabar me he girado hacía Jen y la he dicho:

-¿Contenta? Ya estoy como nuevo.

-Contentísima. –ha dicho con una de esas sonrisas que matan a cualquiera, dicho eso nos hemos ido.

Jennifer Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora