Capitulo 47. Papa, para de una puñetera vez.

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CAPITULO 47.

 -Creo en lo que dices –dije sorprendiéndonos a ambos –Te creo cuando dices que tú me viste morir. Creo que no mientes, pero de la misma manera también sé que yo te grité y supliqué que no te fueres y no me hiciste caso.

-No estabas, no te oí en ningún momento.

-No digo lo contrario, pero yo te estoy contando mi verdad. Yo sentí que tú me abandonabas allí después de que aquel hombre me atacará. – él bajo la mirada, pero cuando volví a hablar me miró a los ojos. –Yo recuerdo, como él gritó el Avada Kedabra y yo me desmayaba, también recuerdo que cuando me desperté tú te ibas y me dejabas allí. Te grité y me intenté levantar para seguirte pero no era capaz, porque sangraba de la cabeza y estaba tremendamente mareada.

<<Cuando perdí tu contorno volví a desmayarme y lo siguiente fue despertarme en una cama de un orfanato ya curada. Pasaron los días y ni tú, ni nadie venia a buscarme, discutí con los chicos mayores porque yo me negaba a admitir que mi familia, las personas a las que más quería, me hubieran abandonado. Ellos solo me repetían una y otra vez que nadie me quería y que por eso estaba allí.

Llegue a creérmelo, llegue a creerme que yo había hecho algo lo suficientemente horrible como para merecerme aquello, que tú me abandonaras, que mi padre de acogida me maltratará. Pensaba que todo era culpa mía, pero conforme el tiempo pasaba, todo se volvía más borroso y en lugar de odiarme a mí misma todo el odio, el rencor y sobre todo el dolor que llevaba acumulando paliza tras paliza, insulto tras insulto lo canalicé en un gran odio dirigido a ti, a mama, a James…. Os odiaba a todos. Os odiaba por dejarme sola a merced del mundo, a merced de aquel monstruo y os culpaba de todo lo que me estaba pasando.

Cuando volví a un orfanato tras una paliza que casi me mata, la monjas del orfanato me latigaban por según ellas, aliarme con Satán y practicar magia negra; mientras yo solo hablaba con Fred. Cuando salí de allí entre en un infierno aun peor infringido por Kyle, nadie me había hecho tanto daño como él. Nadia me ha hecho tanto daño como él. Cuando él intentó abusar sexualmente de mí escapé, por fin era libre. Conocí a Daniel y todo iba bien, ni siquiera pensaba tanto en vosotros. De repente la vida me sonreía, pero Kyle volvió a mi vida y me quitó a Daniel. Le sostuve en mis brazos mientras moría, ví como se desangraba y quede manchada de su sangre caliente… Él me suplicó volver a buscaros y eso hice, pero no porque quisiera, sino porque se lo prometí a él. Fue entonces cuando conocí a Nick y a Jack, ellos consiguieron que mi pena fuera menor…

Pero el día que os ví en el callejón Diagon comprando los libros, todo el dolor volvió a mí, todo lo que había retirado a una parte lejana de mí, volvía a atacarme. Todo lo que quería era lanzarme a tu cuello e infringirte una mínima parte de todo lo que yo había padecido por tú abandono, pero en su lugar me escondí, no estaba segura de no acabar llorando. Luego, discutí con James por haberte insultado, por decir todo lo que pensaba de ti, él solo te defendía. Más tarde cuando os enterasteis de quien era me gritasteis y me acusasteis de ser un impostora, eso me cabreó porque todo el mundo me tachaba de culpable cuando supuestamente yo no era más que la victima…

Pero ayer te mentí, no es verdad que ya no me causes ningún sentimiento. Sigo sintiendo algo por ti y por todos vosotros, una parte de mí sigue siendo esa niña que solo quiere recuperar a sus padres. Pero luego está la adolescente que no olvida todo lo que ha sufrido, no te odio, pero tampoco te quiero y no me eres indiferente. Es solo que… estoy confundida. Te creo cuando me dices, que tú no me abandonarías, pero no puedo olvidar todo lo que he vivido. Simplemente no puedo. –y en ese momento me di cuenta de que aunque mientras hablaba mi vista estaba puesta en sus ojos, mi cabeza estaba en otra parte. Su cara demostraba haberme escuchado atentamente, al igual que la de James y Ginny quienes estaban detrás muy quietos. –Lo siento si te ha molestado, pero es la verdad. –dije intentando levantarme, pero cuando empecé a incorporarme me mareé y al tocarme la cabeza, ví que tenía sangre. Debía habérmela hecho al golpearme contra la pared.

Jennifer Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora