Capitulo 48. Nochevieja.

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CAPITULO 48.

HARRY P.O.V.

La mañana de Nochevieja fuimos al mundo muggle en busca de los niños a los que tanto aprecio tiene Jennifer. El día anterior habíamos discutido, aunque más bien ella gritó y yo me cabreé, pero en el fondo la comprendo. Ella tiene todo el derecho a odiarme, pero cuando me dijo que ya ni siquiera me odiaba… que ya no le causaba nada, me dolió más que cualquiera de sus gritos o reproches y fue en ese momento cuando me dí cuenta de todo lo que esta mujer que en su día fue mi niñita había madurado.

Por las calles de ese horrible barrio que yo también recordaba, por haberla perdido allí, me lamenté porque ella se hubiera criado en un lugar como aquel; pues aunque yo no estuve rodeado de amor nunca me faltó todo lo que a ella le faltó. Cuando Jennifer se encontró con ese hombre no lo reconocí y cuando empezó a pegarla me quede estúpidamente quieto. Pero finalmente me lance contra él y descargue en él todo el odio que le tenía por haberla tratado así durante tanto tiempo, pero sobre todo el odio que me tenía a mí mismo, por no haberla protegido como debía. Finalmente fue Ginny quien al dejarlo inconsciente logró que me separará de él. Pero lo que más me impresiono fue lo que Jennifer me preguntó:

-No te entiendo. –La miré enarcando una ceja –No entiendo porque si me abandonaste, ahora me defiendes con tanto ahínco. Lo haces como si te fuera la vida en ella- dijo suavemente.

Pero eso no era lo que más me impresionó, sino el hecho de que ella sola se recolocará un brazo dislocado. Eso duele mucho y yo lo sé bien. De todas formas su forma de preguntarlo me hizo darme cuenta de que lo que la impresionaba no fuera que yo la defendiera, sino el hecho de que alguien la defendiera en general y aquello me partió el corazón. Luego me contó mucho sobre su pasado el cual yo había visto en sus recuerdos el día de la prueba, pero contados desde ella eran aun más horribles si cabe. Y cuando finalmente me confesó que no me odiaba, pero que tampoco sentía apatía hacia mí me alegre tanto que estuve a punto de abrazarla pero me contuve, porque sabía que aquello la incomodaría.

Más tarde nos encontramos con otra persona de su pasado, pero este no era más que un niño algo mayor que James. Este a diferencia del otro bastardo no la intentó hacer daño, más aun así Jennifer discutió con él y una vez más acabe encima de él. Pero en esta ocasión no fue Ginny sino la misma Jennifer. Ella me llamo papa… Aquello me hizo el hombre más feliz del mundo.

Al ir hacia el orfanato Jennifer nos hizo parar frente a una pastelería y con una gran sonrisa traviesa me dijo que ya sabía la forma perfecta de ganarse el amor de esos dos pequeñajos. ¡Comprando pasteles!

Al llegar al orfanato la primera en entrar fue Jennifer, seguida por James, Ginny y en último lugar yo que iba cargado de cajas de aquella pastelería. Las dejé en el descansillo y entré.

-Hola enanos. –dijo alegremente Jennifer, haciendo que todos los niños del lugar corrieran hasta donde ella estaba. Pero cuando nos vieron, se pusieron detrás de ella a excepción de los dos pequeñajos con los que la había visto tantas veces: Jack y Nick.

-Hola James- dijo el más pequeñín.

-¿Qué hace él aquí?- dijo Jack poniéndose delante de Jennifer en un intento de protegerla, aquello me hizo sonreír pues aquel pequeñajo la intentaba proteger.

-Tranquilo mi caballero de brillante armadura –dijo Jennifer dándole un beso en la mejilla. –Lo mejor será que me escuches antes de lanzarte a su cuello.

-Está bien, pero después me lanzó – dijo muy seguro.

-Y yo contigo –añadió Nick haciendo reír a Jenny.

Jennifer Lily PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora