Mi cumpleaños en Hollywood

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Terminé mi lectura y me levanté de la cama para apagar las luces y acostarme e intentar dormir, pero antes de que apagara las luces me asomé por la ventana en dirección a la casa de Aura.

—¿ME ESTABAS BUSCANDO?— salte del susto —,O SOLO OBSERVAS— grito Aura.

Le hago señas para que sepa que voy a marcarle por teléfono —Hola, solo veía al cielo— dije entre risas mal fingidas.

—¿El cielo?... ¿estás bromeando?— dice en tono de burla.

—Está Bien, al principio si miraba el cielo— confesé —, pero después me desvíe un poco hacia tu casa.

—No te preocupes, te creo— desde la lejanía veo como acomoda su peló tras su oreja —quieres salir conmigo mañana.

—S-sí, yo voy a buscarte— mi nerviosismo y emoción no me dejaban hablar —, estaré allá como a las 8 de la noche.

Nos despedimos, cierro la ventana y las cortinas, después de haber pagado la luz me acuesto y sin que me diera cuenta dure una hora pensando en Aura hasta quedarme dormido.

A la mañana siguiente despierto y me pierdo observando el infinito del techo de la habitación, respiro hondo varías veces hasta que decidí levantarme y vestirme salgo al pasillo y desde el cuarto de Tadeo sale Dane con una sonrisa.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRIMITO!— corre a abrazarme.

—Gr-gracias Dane— dije entre bostezos —, si me lo permites iré por un café.

Bajo a la cocina la cual se encontraba sola y limpia, sirvo un poco de café de la cafetera y busco la leche, en el refrigerador estaba pegado una nota de mi madre dirigida a mi.

Feliz cumpleaños número 16 hijo, espero que me perdones por no poder estar contigo, pero sabes que si no trabajo no habría para comer (y tu comes mucho), en fin el motivo de esta nota no era el de ofenderte sino más bien el de recordarte lo mucho que te queremos tu padre y yo.

Feliz día.

Atte. Sara Sampere.

Terminé de leer el pedazo de papel y tenía una ligera sonrisa en mi rostro, mis padres nunca estaban para nuestros cumpleaños y si estaban, no necesariamente la pasaban con nosotros, pero a Tadeo y mi nunca nos molestó eso siempre estábamos juntos, peleando pero juntos, excepto por este año que el ha decidido quedarse en México al menos Dane está aquí, jamás pensé que me alegraría que estuviera cerca mío.

Tiffany entra corriendo a la cocina, y empieza a batir todos los cajones en busca de sartenes y cuchillos —Perdón se me hizo tardé— dice apresurada. Salgo de la cocina con la tasa de café y entro a la biblioteca a buscar un libro de suspenso que compre para mi gemelo el año pasado, en realidad compre el libro más para mí que para él. Después de haber buscado el maldito libro y no encontrarlo salí al patio trasero para sentarme bajo un árbol, Kirby corría por todo el patio jugando con su pelota de tenis, sonreía de ver como es que un animal no piensa más que en el momento que vive y no en los problemas que lo acosan o las elecciones imposibles de las vida o en algo tan estúpido como lo es el amor.

—¿Me puede sentar?— pregunta Dane.

Asiento con con la cabeza una vez —¿por que insistes en querer hablarme?— lo veo con indiferencia —, quiero decir te trato mal, te golpeó cada que tengo la oportunidad y aún así sigues hablándome— Dane sonríe y voltea a ver a mi perro —cualquier otra persona ya estaría planeando como librarse de mi.

—Te dejaré en paz, pero te tengo que decir una cosa— voltee ingenuo —Aura me pidió de favor que te diga que no podrá salir hoy contigo, porque su hermano sale hoy de la cárcel y ella y sus padres irán por el— Dijo cabizbajo.

Vida En La Preparatoria.Where stories live. Discover now