Me levanté enfadado de la banca y empeze a caminar rumbo a mi casa, mejor dicho a la estación del metro. Esa noche hacía frío y estaba a la intemperie con una camiseta de manga corta, unos short y mis Converse negros de botín, algo era seguro terminaría enfermo y agonizando en cama por tres días mínimo, sonará exagerado (y lo es mejor dicho), pero así es como suelo pasar mis enfermedades y alergias, no soy de las personas que suelen asistir al médico. Mi filosofía: "Esperar a sanar o morir lo que pase primero".
Llegando a la estación me di cuenta de que el próximo tren llegará en media hora, ¿que se supone que haría en treinta minutos mientras esperaba el tren?
Moria de frio, y no dejaba de mover mi pie derecho, tenía cara de pocos amigos y me encontraba de brazos cruzados— ¿Debías ponerte un short?—me pregunté a mi mismo— No crei que haria frio, ademas no sabia que esto iba a suceder—un niño me veía detenidamente cuando estaba hablando solo. Finji no haberlo notado, pero por dentro la vergüenza me carcomía, por poco y salía corriendo de ahí.
Narra Anahi:
Alondra y su loca super mejor amiga (osease yo) salíamos del centro comercial con una bolsa de sabritas, pasamos prácticamente todo el día sentadas en una banca en silencio (excepto cuando los padres de Alondra llamaron para saber donde estaba), solo mirando pasar a extraños, ahora caminábamos por la calle rumbo a la estación del metro para regresar a mi casa.
A mitad de camino me detuve, para tomar aire.
— Fue una pérdida de tiempo—dije agotada.
— Te dije que podías ir a comprar tú—contestó ella de la misma manera.
Hice un puchero— no traje mucho dinero, y lo que traje lo gaste en esto—comí otra sabrita. Entramos a la estación de metro y escuche una voz familiar cantando una canción familiar, pero no de la forma correcta. Busque al responsable de cometer tal ofensa y lo encontre ahi parado.
— ¡ES RAMONA!—grite mientras me le colgaba por la espalda para ahorcarlo.
Narra Mateo:
Ahí estaba yo aun en la espera del tren que no llegaba, moria de frio y hambre
«De haber ido caminando ya habría llegado a mi casa»—pensé, determinado a largarme de ahí.
Entonces recordé una canción que hace tiempo que no escuchaba, Oh Cecilia (Breaking my heart) del grupo The Vamps, como la espera se había prolongado comencé a tararear dicha canción, después canturree una estrofa... y por último cante en voz alta (feo, pero con sentimiento) en mi mente se la dedicaba a Samantha.
— Cecilia, you're breaking my heart. You're shaking my confidence daily (Cecilia, estás rompiendo mi corazón. Estás sacudiendo mi confianza todos los días.)—después de eso, oí un grito a mis espaldas y antes de poder reaccionar caí al suelo y el aire comenzó a carecer.
— Te he dicho miles de veces que es Ramona. ¿Entiendes? Ra-mo-na, no Ce-ci-li-a—Dijo Anahi que no soltaba mi cuello. Comencé a producir ruidos de asfixia y fue entonces que me libero.
— ¡ESTAS LOCA!—alce la mano, pero no la golpee— , la canción claramente dice Cecilia, deberias dejar Wattpad por un tiempo.—argumente, pero ella solo me imito de forma infantil dando a entender que le importa un bledo.
— Ya madura—dije levantándome del suelo.
Ella torció los ojos.
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Vida En La Preparatoria.
Novela JuvenilVida En La Preparatoria. Esta historia cuenta la vida de un joven adolescente de tan solo 16 años que recién está comenzando sus estudios a nivel bachillerato, justo en el momento en el que todo adolescente se siente sólo e ignorado por sus padres...