10. Te voy a extrañar.

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Para este punto de la historia ya ha pasado medio mes desde que llegue al D.F. no podía creer que solo faltaban dos semanas para volver a California sin la compañía de mi hermano gemelo me provoca un poco de angustia. La razón por la cual Tadeo no volverá conmigo es porque él es más aplicado que yo, por lo que mis padres le dieron a elegir entre estudiar junto a mi o tomarse su año sabático y retomar sus estudios para el próximo siclo, eligió la segunda. Por otro lado yo debía escoger entre estudiar o... estudiar.

Los días pasaban más rápido de lo habitual Joy y Tadeo ya se habían aguantado durante dos semanas (en realidad ellos me soportaron a mi), Isabela se encariñaba con Mounstro-rita a medida que la llamaba madre y mi tía le decía hija (Dato curioso, antes de que ella se divorciara tuvo una hija que debería tener la misma edad que Isabela), por otro lado estaba yo; esperando el momento de volver, nadie se me acercaba a excepción de los malditos mosquitos.

Dos semanas después...

Paso el mes de vacaciones para Joy y para mí, la madre de mi amiga no pudo regresar debido a que sus problemas de trabajo eran mucho más complicadas de lo ella había creído. Margarita y mi copia chafa nos llevaron al aeropuerto donde tomaríamos el vuelo de regreso a EE.UU.

Por si se preguntan ¿Qué le paso a Isabela?, o ¿Por qué no nos acompañó?, No se preocupen por ella, a lo largo de su estadía con nosotros Margarita logro convencerla de levantar un acta en contra de su padre y él le pidió disculpas, días después volvió a vivir con él, su única familia.

Yo siempre he pensado que el perdón es para uno mismo, porque al afectado que le cambia el perdonar. El daño está hecho, por ello el perdón es para uno mismo, para cuando esa persona no puede seguir sintiendo remordimiento, para cuando la culpa es más de lo que se puede soportar.

(***)

Detesto viajar en avión, pero esta es la única forma de llegar a mi casa a tiempo para el inicio de las clases, a pesar de que sea la segunda ocasión en la viajo este cosa del diablo tengo mis nervios como la primera vez, sentía que el avión podría caer en cualquier instante, no quería saber nada del mundo hasta que estuviera a bajo, en tierra firme y a salvo de mi muerte.

El avión tenía unos minutos desde que había despegado y la señal para desabrochar los cinturones de seguridad apenas había sonado, pero tome la decisión de mantener mi cinturón puesto.

Joy me ve sostener el cinturón fuertemente entre mis manos y ríe levemente debido a que algunas personas se hallaban dormidas —Mateo, ¿cómo crees que este tu hermano?— pregunto observando por la ventanilla.

—Querida Joy... por séptima vez, ¡NO SE Y NO ME IMPORTA!— una aeromoza se acerca y me pide guardar silencio.

—Entiendo, pero no me grites chamaco— dijo Joy indignada.

—¡NO TE GRITARIA SI ENTENDIERAS A LA PRIMERA!— voltee para asegurarme de que la aeromoza no vinera.

—¡A MI, NADIE ME GRITA CHAMACO!— la aeromoza se acerca nuevamente y me advierte que si gritamos o alzamos la voz una vez más nos tendrán que drogar para que durmamos el resto del vuelo. Trague saliva al oír eso.

Cuando la mujer se alejó continúe en lo que nos habíamos quedado —Jajaja, muuuuy tarde ya te grite yo.

—Ya verás cuando bajemos de este avión— dijo Joy colocándose los audífonos.

Por el resto del viaje mi cuñada me estuvo ignorando, intente dormir, pero en lo único que podía pensar era el día en que me despedí de Tadeo, eso fue algo que no esperaba.

Vida En La Preparatoria.Where stories live. Discover now