43. Día de chicas, chicas al rescate y chicas en problemas.

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Narra Anahi:

Desperté con un gran dolor de cabeza, producto de un posible embriagamiento (Algo que suele pasar cuando asisto a fiestas de mis amigos cercanos), no recuerdo a ciencia exacta como fue que regrese a mi casa, pero lo importante es que estoy en mi recamara y sin ninguna herida visible.

Alondra se encuentra dormida en el suelo plácidamente, talvez debería, no, no debería, pero esta es una oportunidad unica, NO resistiré el impulso...

— ¡ALONDRA! —comencé a gritar a todo pulmón. Mi amiga despierta de golpe, al intentar ponerse de pie tira varios perfumes que tenía en la cómoda.

— ¿Que sucede? —cuestiono aun adormilada— Ana; maldita amiga, realmente comienzas a cansarme con tus jueguitos repetitivos —amenazo señalando con su dedo índice.

Sonreía​ con inocencia y carisma, algo típico de mi persona, para luego levantarme de la cama e ir directo a la cocina para amansar el hambre con el que había despertado. Alondra me siguió solo para arrojarme un cojín y regresar corriendo a mi habitación. Niñita.

Tome el cojín y lo lleve conmigo hasta el comedor donde decidí dejarlo sobre la mesa de caoba que mi madre había heredado cuando mi bisabuela falleció. Termine de llegar a la cocina, busque entre los estantes mi cereal preferido, los cuales son Chococrispis.

— ALONDRA, POR MERA CASUALIDAD NO HABRÁS VISTO MI CAJA DE CEREAL —grite esperanzada, pero la respuesta me rompió el kokoro.

— ¿ACASO YO VIVO AQUÍ? —respondió mientras baja las escaleras, con toda la tranquilidad del mundo.

— Mala amiga —dije entre dientes y a voz muy baja, casi inaudible para oidos mortales.

— Te escuche —y refunfuño ella — y así esperas que te diga donde guardas esos cereales, de los cuales por cierto también quiero comer.

— ¡ÑOOOOOOOO! —me deje caer sobre mis rodillas— ¡SON MI YOOOOSS! —si Mateo estuviera aquí ya me estaría diciendo "infantil", pero su opinión me importa un carajo.

Entonces cuando estaba por seguir con mi infante actuación, sonaron unos golpes a la puerta, seguido por un par de voces masculinas, mire atentamente preocupada hacia donde Alondra se encontraba.

Narra Dane:

Marcos, el mejor amigo de mi primo, y yo habíamos dejado de buscar a la ex novia de Mateo, Samantha, en las calles de Hollywood para comenzar con la fase dos de mi plan maestro aprueba de tontos (en realidad el plan es de Marcos, pero Tiffany no tiene porque enterarse de ello), el cual consiste en preguntar a sus amistades mas frecuentadas sobre su posible paradero.

Una verdadera perdida de tiempo.

Pareciera que se la hubiera tragado la tierra y después la escupió en China por saber a promiscuidad, porque digo esto, porque donde sea que preguntamos por ella, nadie, absolutamente NADIE tenía la mas mínima idea de donde podría estar. Así que llegamos a casa de los padres de Anahi y procedí a golpear la puerta con los nudillos, tal como suelo hacerlo en New York, entonces Marcos me golpea en la cabeza a mano abierta.

— ¡¿QUE RAYOS TE PASA?! —pregunte sobando el área golpeada.

El chico me miro con escepticismo​ por unos segundos— Te pedi que tocaras la puerta. ¿Por que pierdo mi tiempo contigo? —coloco su mano derecha en la frente.

— Me pediste que tocara la puerta, y eso fue lo que hice —conteste a lo obvio.

— Si, pero no me refería a eso —acto seguido señalo el timbre de la casa— , no puedes ir por alli tocando las puertas. No al menos que trabajes con la policía. Justo estaba por preguntarle el porque ellos si tocan la puerta físicamente.

Vida En La Preparatoria.Where stories live. Discover now