[ vi ]. C h r i s t m a s

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Al día siguiente empezó el castigo. Consistía en ir a vigilar a las criaturas del bosque prohibido por la noche con el guardabosques. A veces él hacía sonidos o daba golpes para que los chicos se asustaran o se sobresaltaran, pero por lo demás no era aburrido. Hagrid resultó ser un hombre bonachón y súper simpático, y le cogieron cariño y confianza pasados tres días de castigo. Incluso el tres de noviembre, el cumpleaños de Sirius, Hagrid le montó una fiesta.

El mes de castigo no se hizo para nada tedioso. De vez en cuando intentaban entablar una conversación con los centauros (sin éxito) o perseguir unicornios (también sin éxito) cuando no estaba el gigante para matar el tiempo.

Cuando finalizó el castigo, tuvieron que volver a casa por Navidad. Sirius deseó quedarse en Hogwarts, pero se ve que su madre tenía una razón para que esas navidades las pasara en familia.

Cuando llegó a casa nadie le dirigió la palabra durante toda la mañana. A la hora de la cena, fue su hermano quien rompió el hielo.

-¿Que tal el primer año en Hogwarts, Sirius?

-Bastante bien.

-¿Has hecho amigos?

-Sí...

-Seguro que todos son sangre sucia y traidores... ¡Como tú! -interrumpió su madre con la cara roja de la cólera retenida- Eres una vergüenza para la família Black. Oh Merlín, ¿Qué he hecho yo para engendrar un traidor? Mira que no ser seleccionado en Slytherin... ¡Pero no sólo eso! ¡Además en Gryffindor! Nunca se me había ni siquiera ocurrido... ¡Una vergüenza, Sirius! Y dime, ¿cuáles son los apellidos de tus amigos?

-No importa -lo cierto es que al muchacho toda aquella bronca le había pillado desprevenido. Decidió mantener la calma y guardar silencio.

Después de la amena y tranquila charla familiar, Sirius subió a su habitación preguntándose cuanto tardarían en tacharle del árbol genealógico como habían hecho antes con varios miembros que se casaron con muggles o pensaban que no eran inferiores.

A la mañana siguiente, le despertó el ruido de los nudillos de su padre golpeando la puerta de su habitación. La vajilla chocando sonaba en la planta baja, y eso sólo le trajo un pensamiento: había comida familiar.

Las comidas familiares eran lo que más odiaba Sirius en el mundo. No había cosa peor para él que aguantar durante todo el día a sus primas y tíos.

Sobre mediodía la cocina ya estaba llena. Un plato flotante repartía raciones de arroz a todos los presentes y una jarra automática de whisky de fuego racionaba el líquido entre todas las copas, incluidas las de los menores. A su derecha estaba Regulus y a la izquierda Andrómeda. Al lado de ella se encontraba Bellatrix y enfrente de ella Narcisa con un chico apuesto de facciones afiladas y aire altivo, rubio claro de ojos grises y pálido.

El muchacho se hacía llamar Lucius Malfoy (que a Sirius le sonaba por ser el prefecto de Slytherin) y todos sentían un increíble aprecio por él por ser de una família de magos respetados que tenían los mismos ideales que ellos.

El tema de conversación siempre era el mismo: los planes de un tal Señor Tenebroso, los proyectos para el futuro que tenía y esas cosas.

-Su objetivo es asegurar un mundo mejor, donde sólo haya magia. Para eso, evidentemente, habría que matar a todos los muggles. Pero total, personalmente creo que un mundo donde sólo vivan magos sería una pasada. -comentaba Lucius con la voz típica de un político.

Sirius le dio un trago a la copa e intentó encontrar diversión en Kreacher, el viejo elfo doméstico. La criatura estaba fregando los platos ya usados con ayuda de Regulus.

Ninguno de los primos habló en toda la reunión. Y Sirius lo agradeció.

Los días para llegar a Hogwarts se le hacían cada vez más eternos, pero después de una larga semana de espera secuestrado en aquella casa llegó la hora de volver a Hogwarts. Se reencontró en King's Cross con James y Remus (Peter se había quedado en Hogwarts porque sus padres se habían ido de viaje) y partieron de nuevo hacia la escuela de magia. En el tren también viajaban Quejicus Snape y Lily Evans. James, al verlos, soltó un suspiro profundo.

-No entiendo, ¿cómo una chica tan guapa puede ir con... éso? No tiene sentido. Si me dijeras que el tipo tiene por lo menos el pelo limpio o la nariz más corta, no se, lo entendería.

Aprovecharon el viaje de ida a Hogwarts para usar la magia. Practicaron todos los hechizos que habían dado en las clases de defensa contra las artes oscuras y encantamientos en los últimos meses. Remus ya dominaba el encantamiento escudo y el levitatorio a la perfección; sin embargo, James tenía dificultad para hacer el encantamiento repelente de arañas.

-¡He estado todas las vacaciones intentando hacerlo, pero es imposible! ¡No lo entiendo, mira!-del bolsillo del pantalón se sacó un cofre, donde dentro habia una pequeña araña- ¡Arania Exumai! -exclamó apuntando al insecto con la varita. No pasó nada. -¿Veis?

-¿Quien lleva un cofre con una araña en el bolsillo del pantalón? -preguntó Sirius ignorando a su amigo.

-Ahora eso no viene al cuento. Necesito saber como hacerlo.

-Lo que pasa es que tienes que destensar un poco el agarre. -añadió Remus- Parece que estés dispuesto a matar a alguien así. -el chico rió.

-¡Estoy dispuesto a matar a la araña!

-¡OH POR ZEUS! ¡UNOS BLIBBERS MARAVILLOSOS!

Los tres amigos callaron y salieron del compartimento para ver quién había gritado eso. Justo en ese momento, un chico rubio con ojos exageradamente abiertos (que le daban un aire de sorpresa permanente) que Sirius sabía que pertenecía a la casa Ravenclaw pasó corriendo por delante de los chicos.

-¿Qué es un Blibber Maravilloso? -preguntó James, que veía como el chico se alejaba cada vez más.

-No tengo ni idea. -respondieron Remus y Sirius casi al unísono.

-Venga ya Rem, pero si tú eres el listo.

-Y Sirius el de la familia de magos sangre limpia locos. -respondió el aludido.

-Ya, pero en mi casa no se suele hablar de los Blibbers maravillosos. No se, no es un tema muy concurrido para hablar en la cena. A propósito, ¿cómo se llama?

-Xenophilius Lovegood. -el chico de las cicatrices se fue poniendo la túnica, pues ya se veía Hogwarts a la lejanía- Alguna vez le he oído hablar de unos Nargles o Burgles o algo así en Cuidado de Criaturas Mágicas.

-¿Nargles? - dijeron al unísono James y Sirius también poniéndose las túnicas.

-No tengo ni idea.

En ese momento el tren se paró. Por fin habían vuelto a Hogwarts.

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¡Hola! Siento no haber subido el viernes, tenía cosas que hacer :v

Espero que os haya gustado mucho❤

UNDER PRESSURE ● Marauders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora