[xliii] i n t i m a c y

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Lupin no le dijo absolutamente nada. No tuvieron ninguna ocasión para hablar a solas, ya que echaron a Sirius de la biblioteca y después ya estaban todos juntos, por lo tanto ni Remus conocía el motivo por el cual Sirius quería hablarle ni Sirius sabía por qué Remus no quería llevar a cabo la transformación.

Las semanas siguientes, James descubrió un hechizo que servía exactamente para lo que estaban buscando en el mapa: localizar a las personas en tiempo y momento real. Se llamaba "homunculous", y era extremadamente complicado de llevar a cabo. Por suerte, James, Sirius y Remus eran lo suficientemente buenos como para, los tres juntos hacer algo, pero Peter les sorprendió. Los cuatro juntos habían hecho un mapa del interior del colegio completo completamente funcional y útil. Para celebrarlo, los chicos y chicas de quinto de Gryffindor (y amigos de otras casas) organizaron una pequeña fiesta concertada. Realmente fue una excusa mala para hacer algo diferente con los amigos. Y tanto que fue diferente.

La noche se descontroló. James estuvo toda la noche besándose con una muchacha pelirroja (extrañamente parecida a Lily Evans) de Ravenclaw, mientras que Sirius, que en teoría estaba con Marlene, acabó con Eileen Andrews, la rubia de Ravenclaw. La chica era preciosa, por lo tanto para Sirius no hubo problema, y en cierto modo se notaba que ella sentía también atracción por él, así que fue bastante natural. Tanto que perdió su virginidad con ella aquella misma noche.

Ambos, James y Sirius, culparon al alcohol por todo aquello, pero Sirius, por alguna razón extraña, no se sintió mal. Fue la primera vez de muchas que "engañó" a Marlene con otras personas.

"Ni siquiera es una relación formal" pensó para tranquilizarse y autoconvencerse. "Si le molesta algo ya me lo dirá."

Por otro lado, Marlene o era muy buena actriz o realmente no le importaba en absoluto lo que había pasado con Eileen. Sirius se lo guardó en su cabeza como "charla pendiente", tanto con ella o con su cabeza.

Por otro lado, empezaron los procedimientos para la animagia unos pocos días más tarde, inaugurándolo con la hoja de mandrágora. Tenía que permanecer en sus bocas un mes entero, sin tragar, escupir o retirar de cualquier manera.

Habían apostado que Peter iba a ser el primero en cometer un error, pero no fue así. Contra todo pronóstico, fue James quien se tragó la primera hoja en el desayuno sin querer. Todos tuvieron que empezar de nuevo, pero después de aquella ocasión no hubo ningún otro problema.

Tenían que recitar todas las noches y todas las mañanas un conjuro apuntando con sus varitas al corazón. Amato animo animato animagus. Todos los días hasta la tormenta eléctrica, y justo en ese momento debían elaborar la poción, beberla y recitar una última vez el conjuro.

Aquella noche antes de la tormenta, no supo bien porqué, no pudo conciliar el sueño. Se quedó completamente despierto por horas, solo pensando en cosas bastante aleatorias. Se le pasaron por la cabeza mil cosas, entre ellas la charla que había quedado pendiente con Remus.

Le pareció extraño no oir las respiraciones profundas que solía escuchar a su izquierda, en el lugar del susodicho. ¿Estaria despierto también?

–¿Rem? –susurró. Las cortinas de la cama de al lado se corrieron, dejando ver su cabeza asomada–. Tampoco puedes dormir, ¿no?

–No, pero no hace falta que te preocupes. Todo en orden. –pero no sonó para nada así. Sirius se levantó, cogió el mapa del merodeador (incompleto pero funcional) y fue al montón de ropa que tenía James al lado de su cama y empezó a buscar la capa invisible–. Sirius, de verdad, no hace falta.

–Claro que sí. ¿Tienes idea de dónde...? ¡Ah! Aquí. –por fin encontró lo que buscaba entre todo el caos y desorden–. Ya podrías ser un poco más ordenado, Potter. Vamos a dar una vuelta. No rechistes.

UNDER PRESSURE ● Marauders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora