[xxx] B a d S u m m

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Encima de la cama, mirando al techo, yacía un chico. Pelo medio, negro y rizado, ojos grises y la mandíbula bien marcada. Desprendía un aura de aristocracia que le hacía aparentar tener clase y elegancia, aunque probablemente fuese un gen que heredaban todos los Black. Parecía mentira que ese niño tuviese solo quince años. Ese verano había pegado el estirón y los rasgos de su cara se habían afilado. Era una persona objetivamente muy bella.

Yacía tumbado en la cama con semblante aburrido. Escuchaba música en la radio muggle que había comprado y encantado aquel invierno. Fue un acierto total. Sin ella estaría muerto del asco. Sonaba Perfect Day de Lou Reed. Le gustaba que pusieran esa canción, era su favorita.

Hacía muchas semanas que los deberes se le habían acabado y procuraba pasar el mayor tiempo posible encerrado en su habitación para no pasarlo con su familia. Los odiaba a todos. Desde que se enteraron de que él y su amigo habían visitado Londres muggle en navidad, el ambiente empeoró. (Sí, aún más)

Su madre volvió a utilizar los castigos físicos para reprocharle las cosas, y cuando no le abofeteaba, le lanzaba un hechizo y le gritaba. A pesar de que él y su hermano tenían el detector activado, el ministerio ignoraba completamente los hechizos que hacían por ser una familia con prestigio y dinero. Sirius no podía estar callado, siempre tenia la necesidad de responder cualquier cosa, de tener la última palabra.

Por eso, en una ocasión, cuando Sirius tachó a toda su familia de enfermos mentales por casarse entre primos, su madre le lanzó la maldición cruciatus.

Nunca en su vida había sentido tanto dolor. Ni siquiera que Snape le rompiese la nariz fue tan doloroso. Similar a cómo si mil cuchillos recorrieran su piel. Gritó mucho, como nunca antes. Tanto que sintió que sus cuerdas vocales se iban a desgarrar. En aquel momento sintió que iba a caer inconsciente. Además, empezó a perder el control de su magia. Nunca, ni cuando era niño, había perdido el control de sus poderes. De hecho, cuando tenía ocho años, manifestó sus primeros signos de magia haciendo levitar cosas a voluntad.

Hizo sin querer que toda la vajilla cayera al suelo cuando intentaba resistirse. Fue Regulus, su hermano, quien, al escuchar los desgarradores gritos de su hermano lo mayor y el estruendo de toda la vajilla contra el suelo, le suplicó a su madre que parase.

Desde aquel momento, Sirius no bajó a comer ningún día. Cogía comida a escondidas de las cocinas y solo bajaba si era estrictamente necesario. Una vez que su hermano fue a traerle la cena, Sirius habló después de dos semanas.

–¿Por qué les sigues haciendo caso? –se encogió de hombros. Se estaba dejando manipular, quería ser el hijo perfecto. Sintió una rabia inexplicable.

–Pídeme algo si necesitas. –dijo el niño, cortante mientras se apresuraba a cerrar la puerta. Los odiaba tanto...

Decidió que tenía que hablar con el Director o con la jefa de su casa cuando llegase a Hogwarts sobre su situación, puesto que no aguantaba más aquel sinvivir. Seguro que le entendían y le daban algún consejo o alguna solución. Aún quedaban dos semanas para empezar las clases y aún le faltaba comprar todas sus cosas en el callejón Diagon.

Desde Junio que no recibía noticias de James o de cualquiera de sus amigos. Estaba enfadado con ellos. No se había dignado ninguno a escribirle, aún sabiendo que Sirius no tenía acceso a lechuzas y aun prometiéndoselo. Después de esa basura de verano, ni siquiera sus amigos le brindaban su ayuda.

"Ellos no saben que lo estás pasando mal, además sus motivos tendrán para no hablarte en todo el verano" le decía la parte buena de su cabeza. Pero el odio acumulado era tal que no podía creerlo.

Perfect day seguía sonando. La verdad es que aquel no era para nada un día perfecto.

Justo cuando ese pensamiento cruzó su mente, una lechuza parda con enormes ojos ambarinos picoteó el cristal de la ventana de su habitación. Su corazón de pronto se alegró mucho cuando vio el nombre de James Potter escrito en el sobre.

UNDER PRESSURE ● Marauders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora