Los cuatro amigos no eran conocidos precisamente por ser la gente más pacífica de todo Hogwarts. De hecho, se podría decir que a sus escasos casi trece años ya tenían su fama ganada como alborotadores.
Esto se había manifestado en otras ocasiones, como por ejemplo cuando Rob Wazosky, alumno de Gryffindor de quinto año, le jugó una broma a Sirius calentándole el agua de la ducha hasta su punto de ebullición. Sirius se vengó echando a su botella de champú un conjuro que había leído por ahí.
Rob, al dia siguiente, apareció con el pelo largo hasta la cintura y de color rosa chillón a la sala común de Gryffindor.
Pero no siempre era por venganza. A veces hacían cualquier cosa por divertirse, como la otra vez que pusieron un pequeño agujero invisible en uno de los pasillos del quinto piso para que la gente bajara al cuarto piso sin saber como.
Pero aquella vez no fue el caso.
Nada más terminar la clase y después de comentar la idea de ser animago a Peter y Remus (al último no le agradó nada que sus amigos hicieran ese tipo de sacrificio por él) Sirius y Remus fueron a la biblioteca a buscar algún libro con información básica sobre la animagia mientras Peter y James espiaban a la profesora McGonagall con la capa invisible.
Después de quince largos minutos, encontraron el libro que buscaban. Justo cuando Sirius lo fue a coger, el libro desapareció.
Anonado, miró a Remus y luego a su alrededor.
-¿Qué diablos ha sido eso?
-Me parece que ahí tienes la respuesta.
Sirius siguió el dedo acusador de su amigo con la mirada hasta encontrarse con un grupo mixto de Slytherin de tercer año riendo a carcajadas. Uno rubio, que no llevaba puesta la bufanda que el resto de gente del grupo sí, tenía el libro en la mano y levantaba la mano triunfante. Sirius rodó los ojos e hizo la intención de ir caminando, pero Remus lo sujetó de la manga.
-Espera, allá va la señora Pince. Espero que les diga algo.
Aguardaron en su sitio, pero vieron que la bibliotecaria no devolvia el libro a su sitio de origen. Decidieron usar un hechizo convocador, aunque estuviera prohibido.
El libro llegó a sus manos en un santiamén y los Slytherin se le quedaron mirando raro.
-No te irás a vengar, ¿no?
-Para nada. -respondió sin quitar la vista del libro, que ahora estaba hojeando.
Remus suspiró.
(...)
-James, necesito tu capa invisible para esta noche. ¿Me la prestas? -preguntó Sirius a su mejor amigo mientras tomaba la navaja que compró en el callejón Knokturn
-Por supuesto -dijo extrañado- Te acompañaré, pero no volvamos demasiado tarde, mañana tengo entrenamiento de Quidditch.
Sirius no se negó. La compañía de James siempre era bienvenida.
Lo prometido es deuda, así que aquella noche, ambos amigos fueron a la sala común de Slytherin tras un muchacho que entraba.
-Vale, ¿que plan tienes?
-He leído sobre un conjuro. Crea arenas movedizas según donde quieras colocarlas. ¡Pero sube el escalón pedazo tonto! -exclamó Sirius en susurro. Se había golpeado el dedo pequeño del pie con la esquina de un escalón porque James había dejado la capa enganchada dos escalones más abajo.
-¡Disculpa señor perfecto! ¿Donde pretendes colocarlo?
-En ambos lados de la cama, creo.
-¿Y si se lo pones en las zapatillas?
-¡Gran idea, la verdad!
Una vez arriba se encontraron con el inconveniente de no saber en que cama dormía.
Sirius intentó acordarse de algún accesorio personal del muchacho, pero nada. Sólo le vino a la mente que no llevaba bufanda.
Se le ocurrió algo. No habían bufandas en esa sala. O al menos a la vista. Se puso a buscar bajo los cojines de todas las camas hasta dar con una sólo en toda la habitación. Dio por hecho que aquella era la cama del chico.
-Pondré las arenas movedizas en las dos cosas, sólo espero que no se trague las zapatillas... ¡Motricium arenam!
Una superficie de arena fina se hizo visible en el suelo por un momento antes de desaparecer. Los dos amigos se quedaron atónitos.
-No tiene pinta de haber funcionado.
-No. Mete algo, a ver si se cae. ¡Pero tu pie no, retrasado! -intentó exclamar James sin llamar la atención. - Que si ha funcionado te vas a quedar ahi dentro. Mete este llavero.
El miope le tendió un llavero con un colgante de una bandera de un equipo de fútbol muggle y Sirius lo tiró.
Se tragó la bandera al instante.
Ambos se miraron sonriendo. ¡Lo habían logrado! Estuvieron a punto de empezar a saltar, pero recordaron que aún no habían abandonado la misión y no podían festejarlo.
Hechizaron las dos partes de al lado de la cama y sus zapatillas. Salieron de la habitación con la mala suerte de tropezar con un chico que salía de otro dormitorio.
El afectado se quedó quieto. Parecía estar investigando el pasillo, ya que se había quedado un tiempo quieto. Ninguno de los dos amigos se atrevió a mirar al chico. Ni siquiera emitían ningún ruido. Casi no respiraban.
De repente el chico pegó un tirón a la capa y dejó al descubierto a James y Sirius.
El último intentó agarrar la capa de nuevo, pero el muchacho la retiró de su alcance y cruzaron miradas.
-¿Sirius? ¿Que...? ¿Que hacéis aquí? ¡Es la sala común de Slytherin!
-¡Regulus! Qué suerte que seas tú. ¿Me das la capa? Nos estábamos encargando de unos asuntillos. Debemos irnos y si no llamamos la atención mejor...
Después de unos segundos de tensión el pequeño de los Black, con el semblante totalmente serio, le tendió el objeto.
-Pontela enseguida. -dijo duramente- No querrás que mamá se entere de esto.
-¿Que me va a hacer ella? -Sirius rió, aunque no le veía la gracia. La mirada de reproche de su pequeño hermano le dio la respuesta.
Su madre le haría daño, y no sería la primera vez.
Lo hacía cada vez que Sirius no pensaba, hacía o decía lo que la mujer no quería.
Haciéndose el tonto, Sirius tomó la capa y se la colocó por encima a él y a James. Salieron de la sala común sin ningún problema más. Subiendo a la torre de Gryffindor, James rompió el silencio que se había formado desde el encuentro con Regulus.
-Escucha, Sirius. No es por ser entrometido ni nada, lo que ha dicho tu hermano me ha hecho pensar. Mejor dicho, cómo ha reaccionado a tu pregunta. ¿A que se refiere?
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UNDER PRESSURE ● Marauders.
Fanfiction❝ La presión me está aplastando. La locura ríe bajo presión.❞ Todos los años escolares de nuestros merodeadores narrado por nuestro apuesto y célebre Sirius Black. La única que contiene todos los años escolares, escrita con ca...