Haciendo caso de Hagrid, los chicos fueron a los carruajes que les llevaron al castillo. Cogieron sitio en la mesa de Gryffindor, donde todos charlaban animados los unos con los otros.
-¿Ves, Peter? Nadie se acuerda de los puntos que perdimos. -dijo Sirius.
El aludido sonrió.
Cogieron sitio y empezaron a charlar. James sacó el tema del Quidditch y su repentina ambición con ser buscador. Por desgracia para él, Peter y Remus le dijeron exactamente lo mismo que Sirius.
-No quiero quitarte la ilusión, ni mucho menos... pero, James, no es un secreto que el buscador actual es una basura, ¿cómo crees que sigue en el equipo? O ¿cómo llegaron a ficharlo? Están enchufados. -comentó Remus. Tensó la boca formando una especie de sonrisa a medias. Una de las cicatrices se hizo casi invisible de la presión que ejercían sus labios.
-James, vas a necesitar un poco más que suerte para que te cojan. -concordó el regordete.
-Sirius me dijo lo mismo este verano. Ya veréis, cuando esté volando en mi escoba detrás de la snitch con la túnica de Quidditch del equipo de Gryffindor me reiré de vosotros.
-Me apuesto tres sickles a que no te cogen. -le dijo Black desafiante.
-Trato hecho.
De repente, la puerta del gran comedor se abrió dejando paso a la, como siempre elegante, profesora McGonagall y unas decenas de agobiados niños de primer curso. Sirius distinguió a su hermano entre la multitud, pero no dijo nada.
A continuación pasaron, después de que el sombrero seleccionador cantara su hermosa canción, a la selección de casas.
Regulus fue el cuarto. Sólo transcurrieron unos cinco segundos para que el sombrero lo mandara a Slytherin. Sirius no sabía de donde había sacado la esperanza de que su hermano fuera distinto, fuera bueno, fuera como él. Pero no. Eran todos iguales en su familia.
-Se ve que eres especial, Sirius. -gritó James para hacerse oír entre el alboroto de las serpientes.
El aludido asintió y sonrió con satisfacción.
(...)
Remus casi no había hablado desde que se reencontraron, y habló mucho menos en Hogwarts. Los otros tres lo notaron extraño. Pero más extraño les pareció que aquella noche faltara en la habitación para dormir.
-No hace falta que le deis tantas vueltas, igual está con su madre. ¿Os acordáis que está mala? -dijo Peter inocentemente. Miró a los dos amigos, que se miraron y negaron con la cabeza.
-Ni siquiera la viruela de dragón se cura tan despacio, Peter. -dijo socarronamente James.
-Y no podría tratarse de una maldición porque hoy en día no hay gente que vaya atacando porque sí a mujeres. -dedujo Sirius.
-Pero su madre es muggle, ¿recordáis? No puede tener viruela de dragón y es casi imposible que le alcance una maldición. Yo he oído hablar de una enfermedad muggle muy dura... el cáncer, creo. Igual lo tiene.
Pero a pesar de eso, ni James ni Sirius quedaron convencidos.
-Mejor nos acostamos ya, que mañana hay que levantarse pronto. Duelo, ¿Verdad?
-Sí, Sirius. -aclaró James, quitándose las gafas- ¿Podrías, por favor, empezar a memorizarte el horario? Así no estas preguntando a todas horas.
-Isi ni istiris prigintindi i tidis hiris.
-Infantil.
-Lo que tú digas.
(...)
La nueva asignatura de duelo la impartía la señora Burbage, la antigua profesora de defensa contra las artes oscuras. Se ve que algo fue mal y la cambiaron de puesto. Llevaba, como siempre, su chaquetón amarillo chillón. Por lo menos había adelgazado un poco esas vacaciones y ya no le quedaba tan embutido.
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UNDER PRESSURE ● Marauders.
Fanfiction❝ La presión me está aplastando. La locura ríe bajo presión.❞ Todos los años escolares de nuestros merodeadores narrado por nuestro apuesto y célebre Sirius Black. La única que contiene todos los años escolares, escrita con ca...