-¿A que se refiere?
-¿Que? Ah. Pues... no se, no es nada fácil de explicar. Básicamente que cada vez que hacemos algo que a mi madre no le gusta pues recibimos las "consecuencias". -trató de sonar despreocupado- Aunque yo no le llamaría así, sino "formas de desquitarse con alguien"
-Aguarda... ¿Tu madre te pega? -la cara de James no podía contener más odio. Se le habían colorado las mejillas y las orejas y en sus ojos había un brillo horrible.
-Nos pegaba. El año pasado no quería meterme en Hogwarts con alguna marca visible, entonces paró de ir a por lo físico y pues en vez de golpes me dejaba algunos días sin comer.
-Tu madre está enferma.
-Ya lo sé.
-¡Hey! -saludó Remus de repente bajando las escaleras de la torre- Iba a buscaros. Se está haciendo tarde y mañana, James, tienes entrenamiento por la mañana. Quizá debamos dormir pronto.
-¡Ostras es verdad! ¡El entrenamiento! Mierda, los deberes de transformaciones. Sirius, Rem, voy tirando. Ya nos vemos. ¡Adiós!
Y se marchó corriendo.
-En fin. ¿Qué genial plan habéis tenido para vengar al chaval?
-¿Qué? ¡Ah si, la venganza! -había olvidado el porqué de el encuentro con Regulus. Remus le miró extraño.- Le hemos llenado las zapatillas y el suelo de arena movediza.
-¿Y como saldrá de ahí?
-Ya se las apañará él solito.
-Muy bien. -comentó suspirando entrando en la sala común.
(...)
-¡Sirius!, devuélveme la capa asqueroso desgraciado.
-Yo no te he quitado nada pedazo de tonto. A ver si aprendemos a buscar mejor.
-¡De verdad, si esto es una broma que sepas que no tiene gracia, Black!
-¡Joder James que busques bien! ¡Mira, si la estoy viendo desde aquí! Es que eres inútil...
-¿Queréis calmaros? No hace falta... -intentó decir Remus.
-¡Dejad de gritar! -asomó la cabeza Marlene McKinnon- Las chicas no tenemos partido de Quidditch hoy y estamos intentando dormir.
-Pero vamos a ver, ¿Qué diablos está pasando aquí a estas horas de la mañana? ¿A qué vienen tantos gritos? -La profesora McGonagall también se había asomado.
¿Y ahora quien más? ¿Dumbledore? -pensó Sirius.
-Nada profesora. Sólo no encontraba la capa de Quidditch y los nervios me han jugado una mala pasada.
-¡Ni que fuera tu primer partido! Vamos, Potter, hoy menos que nunca tienes que estar nervioso. ¡Es el último partido! Ya has jugado otras veces contra Slytherin. No hay de que preocuparse. Eres más rápido que McLaren.
-No esperaba que fuera tan competitiva, profesora -soltó Sirius sin pensar.
La mujer dirigió su mirada a él.
-Quizá la palabra no sea competitiva, sino luchadora. Pero es un honor que diga eso, Black. En fin, a ver si nos calmamos, Potter y buena suerte.
La profesora McGonagall desapareció de la puerta, al igual que Marlene y unos niños de primero.
-¿Qué diablos acaba de pasar? -dijo Frank Longbottom frotándose los ojos.
-Buenos días Frankie. Nada, que al amigo Potter se le ha ocurrido ponerse nervioso justo a las siete de la mañana. -respondió Remus desordenandose el pelo.
-Y que se ha metido aquí medio Hogwarts preguntando por el ruido.
-No ha sido mi culpa. Y sólo han sido dos personas, Peter. Quizá deba ir a lavarme la cara o algo.
-Sí, a ver si así se te quita la cara esa que me llevas.
-Pathicus merdose*
Bajaron pronto a desayunar. No había demasiada gente, sólo algunos de los que jugaban ese día y sus amigos.
-¡Buenos días Potter! ¿Cómo ha amanecido nuestro mejor buscador? -saludó George Grey, el capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor.
-Muy bien, George. Un poco nervioso.
-Desayuna mucho. Necesito que estés rebosante de energía. Pero por favor no vomites, eso da mucho asco.
James rió para que el capitán le dejara en paz, y así lo hizo. Volvieron a quedarse los cuatro amigos en una mesa.
-Sirius, ¿desde cuándo bebes café para desayunar? -preguntó Remus.
-¿Y eso a que viene?
-A que me acabo de fijar.
-Desde principios de curso. Algún día te tengo que enseñar lo que pasa si no bebo de eso por las mañanas.
(...)
Media hora más tarde, James se encontraba listo para jugar y sus otros tres amigos en las gradas esperando a que diese comienzo el partido.
La señora Hooch salió al campo, al mismo tiempo que los jugadores. Lanzó las bludgers, La quaffle y, por último la Snitch. Todos entraron en movimiento. James ascendió mucho para ver si conseguía localizar la pequeña esfera dorada antes que nadie.
Para eso contaba con la ayuda de sus amigos, que si la veían tenían que hacer chispas rojas con la varita para que James fuera a por ella.
Así lo hicieron. Cuando el marcador estaba 260-100 a favor de Gryffindor, Peter avistó la snitch. Lanzó las chispas y James acudió, sin demasiado apuro, en búsqueda de la victoria definitiva, ya que ya llevaban 160 puntos de ventaja, y si Grey lograba defender bien, habían ganado pasara lo que pasara.
Desgraciadamente, McLaren, el buscador de Slytherin, también se percató de la localización de la bola y empezó a acelerar para intentar tirar a James.
Este último avanzó más deprisa y, justo cuando el Slytherin había conseguido embestir, James ya había cogido la snitch.
El estadio se sumió en un canto lleno de júbilo.
Pero Sirius no veía a James y McGonagall lucía muy agobiada mientras bajaba al estadio.
-Chicos, algo no va bien -informó Sirius.
Sin rechistar, bajaron los tres. Sólo vieron a Dumbledore y a McGonagall asomados al boquete que hay bajo las gradas. Corrieron hacía ahí.
-La enfermera no tardará en llegar. Tranquilo, McLaren, no hace falta que tengas esa culpabilidad encima. Se va a recuperar.
Los tres amigos se alarmaron al escuchar a Dumbledore decir aquello.
-¿Qué ha pasado? -preguntó Remus con calma.
Mark McLaren lucía muy agobiado.
- Yo... yo no quería... era una e-estrategia que había planeado el capitán... no pretendía hacer tanto daño... yo...
-No ha pasado nada grave, chicos. Tranquilo, Mark, no tomaremos medidas contra ti. Hablaremos con Horace la cuestión de los puntos. Sólo ha sido una contusión del golpe que se ha dado en la cabeza. Seguramente en una hora lo volváis a ver. De todos modos lo llevaremos a la enfermería.
* cabrón de mierda
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UNDER PRESSURE ● Marauders.
Fanfiction❝ La presión me está aplastando. La locura ríe bajo presión.❞ Todos los años escolares de nuestros merodeadores narrado por nuestro apuesto y célebre Sirius Black. La única que contiene todos los años escolares, escrita con ca...