Miro el techo, acostada en la cama. Pienso en que ya es hora de tomar algo de autoridad en el asunto. Stephan no es el jefe de todo esto, no sé en qué momento de le subieron los humos a la cabeza.
Me niego a hacer daño a Lorian y menos después de esa conversación, quiero saber que tan diferente fueron las cosas según él.
Extiendo mi brazo hasta la mesa de noche y tomo mi teléfono, tengo que hablar con mi hermano y decirle como seguirá el plan, decirle que no mataré a Lorian.
No puedo vengar a nuestra raza asesinando a uno de nosotros, no es lógico.
<<Tenemos que hablar, matar al hijo de René no es una opción>>
Luego de enviar el mensaje, tomo mi toalla que había tendido a los pies de mi cama y voy a darme un baño. He puesto el timbre del teléfono lo bastante alto como para oírlo desde la ducha.
El agua tibia me relaja, siento como si de repente mi cuerpo se aliviara, como si me hubiese sacado un pedo de encima.
Cierro la ducha y escurro mi cabello para sacar el agua, corro la cortina y busco la toalla rápidamente, el ambiente es frío aún después de darme un baño con agua tibia. Piso la alfombra y antes de envolverme la toalla por mi cuerpo, seco mi rostro con ella. Voy hacia el espejo y paso la mano para quitar el vapor; entonces quedo mirándome en su reflejo.
Estoy segura de lo que he decidido, de haberme impuesto ante el ridículo pedido de mi hermano. Conozco a Steph y sé que no es así, sin dudas algo pasó por su cabeza e hizo que me pidiera eso. Después de todo él es muy inestable y era yo quien lo controlaba cuando se desbordaba, en el momento que me pidió que matara a Lorian era tal mi asombro que no pude reaccionar y hacerle pensar un segundo en lo que estaba pidiendo, si tan solo lo hubiera cuestionado en ese momento habría ahorrado todo este mal trago.
En el tiempo en que he estado en el baño mi teléfono no ha sonado. Salgo de allí y voy a vestirme. No puedo sacar la vista de móvil.
Resignada a que Stephan no conteste, me dirijo hacia la puerta para salir de la habitación, tomo el picaporte y lo giro. Un segundo después mi teléfono emite un pitido, quedo un momento contra la puerta y suelto lentamente el picaporte.
A pesar de que mi decisión es la correcta temo por la reacción de Stephan.
Volteo y voy a buscar el teléfono, lo prendo y miro el mensaje.
<<Muy bien, espérame en tu cuarto>>
No creo que sea el mejor lugar para vernos pero eso ahora no me importa mucho. Abro la ventana y me aseguro de cerrar la puerta con llave.
Estoy nerviosa. Me siento en el borde de la cama para esperarlo, mientras tanto no puedo parar de temblar mi pierna por ansiedad.
Un ruido poco cuidadoso se escucha en la ventana, llevo la mirada hacia allí y lo veo entrar.
-¿Podrías hacer menos ruido? – Murmuro regañándolo.
-¿Por qué? – Pregunta seco - ¿Tienes miedo de que tu novio se dé cuenta de que eres una mentirosa?
Se lo nota más calmado, pero su apariencia sigue siendo diferente: lleva puesto un tapado de cuero bordo con bordes negros largo hasta la rodilla y con el cuello alto, pantalones negros y camisa negra con botones plateados. En el lado izquierdo, en el pecho del abrigo, lleva un escudo que me resulta familiar.
A pesar de que no se lo ve "tenebroso" como aquella noche aún me incomoda su presencia
- ¡Que dices! No es mi novio – Replico con una mueca de desagrado.
- No lo sé – dice irónico – es la única excusa "valida" que encuentro para que pongas en riesgo el plan – hace con sus manos el gesto de comilla.
-No pienso matar a uno de nosotros – respondo segura.
Stephan se acerca a mí algo amenazante, me toma brusco del brazo y me acerca a él. Sus ojos se clavan en los míos con ira, su mano está estrangulando mi antebrazo.
-Escúchame Emma – murmura con intensidad – que tenga nuestras habilidades no lo convierte en uno de los nuestros, ni a ese imbécil ni a su estúpido padre. Podrán ser sombras pero son una vergüenza para nuestra raza – sus ojos están llenos de enfado, su tono de voz es agresivo y cada vez toma más fuerte mi brazo – Si te mandé a que entrenaras con René, lo hice porque es el mejor manipulador de Athmen, pero ellos eligieron dar la espalda a su especie.
-¡Suéltame! – Exclamo con voz apagada - no voy a matarlo y tú tampoco lo harás, lo necesito vivo.
- Te has enamorado de él – Afirme entornando los ojos y arrugando la nariz con desprecio – No puedo creerlo, que patética eres Emma. Seguramente ya te llevó a la cama.
Inmediatamente llevo mi mano contra su mejilla y le doy una bofetada haciendo que suelte mi brazo de golpe, de la fuerza su cabeza da un movimiento en seco hacia un costado dejando frente a mí su mejilla enrojecida.
Vuele la mirada hacia mí lentamente con el mentón un poco inclinado hacia abajo. Su cabeza inclinada hace de sus ojos más amenazantes. Solo se dispone a mirar, o mejor dicho a matarme con la mirada.
Puedo percibir su enojo, su mandíbula se marca por su fuerte mordida, su respiración es pronunciada, sus manos están cerradas en puño. Trago saliva y trato de no mostrarle temor.
-¿Qué diablos te pasa Stephan? – Digo pronunciando cada palabra con intensidad – No voy a permitirte que me trates de esa manera ¡Soy tu hermana!
-Esta persona que tengo delante no es mi hermana- replica – te está controlando, para tener tu Athmen vigilado, y tu se lo estas dejando todo muy fácil Emma...
- ¡No! – Interrumpo – Steph. Él me dijo que las cosas no ocurrieron como papa nos contó. Me dijo que los hechos fueron diferentes.
-¡Mírate! – Lleva sus manos a mis hombros. Noto su desesperación por convencerme - ¿Acaso te escuchas? Parece una niña inocente esperando a Santa bajo el árbol de navidad.
Meses atrás hubiese creído en él ciegamente pero ahora mismo Stephan no me da confianza, en más diría que es temor lo que me produce al tenerlo cerca y me siento tonta al confiar más en Lorian que en mi propio hermano pero es que simplemente no puedo hacerlo.
-Déjame demostrarte que podemos confiar en él, es importante para mí – no logro dejar de actuar sumisa por miedo que me genera. Mi voz es suave y temerosa.
Lo miro a los ojos tratando de convencerlo, el también me mira pero lentamente sus ojos caen observándome despectivamente de cabeza a los pies. Da unos pasos hacia atrás mientras niega con la cabeza y apoya su mano en el reborde de la ventana.
-No te reconozco Emma, lamento haberte traído a este lugar – lentamente su rostro cambia a una mirada triste y decepcionada y hace que yo también me sienta triste, después de todo es mi hermano.
-Confía en mí – digo y él me interrumpe mostrándome su palma como para que ya no hable.
Agacho la mirada y sollozo. Por primera vez me he plantado frente a Stephan y me siento terrible, como si estoy haciendo mal en contradecir su orden.
Levanto la vista y me encuentro con la cortina de la ventana alborotada por el viento. Me encuentro con un cuarto vacio y yo en él. No termino de entender si me había dado la espalda o simplemente aceptó mi decisión de mala manera.
De todas formas tengo que mantener los ojos abiertos, es posible que Stephan planee ocuparse de Lorian el mismo.
~ * ~
No tengo nada que comentar, simplemente volver a agradecer por leer esta historia.
Muchas gracias por estar allí!!
Espero les haya gustado este capitulo, la historia cada vez se pone mas interesante.
Buen fin de semana!! Hasta el Lunes!
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Athmen
FantasyVisitar la casa de un viejo conocido de su familia es solo el primer paso que Emma debe tomar para poder entrenar un don increíblemente peligroso que le fue otorgado. Llena de odio ella y su hermano están tramando su venganza sobre aquellos que no...