Capitulo 25 (2/2)

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- Eres idéntica a Jenell – dice entonces dejándome sin aliento. Con la sensación de un puñal directo en el corazón.

Esta mujer conocía a mi madre.

Vuelvo a cerrar los puños, apretando lo más fuerte que puedo; aprieto la mandíbula pero aun así intento mantenerme calmada.

-Sí, lo sé –continua – es una lástima que haya terminado de esa manera. Es.... Triste.

-Cállate –balbuceo mientras cierro mis ojos e inhalo tanto aire como puedo.

-Ha defendido a tu hermano lo más que pudo –insiste -¿Cómo era su nombre?

Abro los ojos y me encuentro con esa estúpida sonrisa en su rastro otra vez.

-Yale ¿verdad?

Ha captado toda mi atención y está dándome donde más me duele ¿Porque sabe tanto de mí y mi familia? Por un momento me atrevo pensar que es alguna conocida de Lorian pero es imposible; es obvio que su intención es dañar y jugar conmigo.

-Qué guapo era Yale–comenta – Lo recuerdo como su fuera ayer. Estaba enojado con Jenell.

Cada vez que menciona sus nombres siento como si me diera un golpe en el pecho y no puedo evitar recordarlo. Recordar a Yale entrando a mi habitación y despedirse de mí; recordar a mis padres discutir con él. El rostro de mi madre se forma en mi cabeza, sus ojos, su cabello, su sonrisa.

Vuelvo a suspirar y trago saliva para contenerme.

-Lastima lo que pasó –sigue –fue todo tan rápido –habla como si se lamentara pero a la vez sus gestos son odiosos y burlones. No entiendo donde quiere llegar, que pretende – tu madre era una mujer fuerte y muy poderosa. Costó mucho terminar con ella.

¿Qué fue lo que dijo? Me niego a creer lo que estoy pensando, esto no puede ser posible. Siento como mi respiración se acentúa más y los latidos se aceleran.

-Pero no te preocupes... -se atreve a seguir hablando y entonces su rostro se transforma. Mantiene la sonrisa pero esta vez ya no intenta ser divertida, entorna sus ojos – me aseguré que no sufriera.

Sin pensarlo, ni siquiera por un segundo; como si mi cuerpo se moviera por impulso, corro hacia ella dejando salir un alarido lleno de rabia y odio que ella misma genero dentro de mí. Tengo delante a la asesina de mi madre y de mi hermano; vino hasta aquí solo a burlarse de mí y a refregarme en la cara lo que hizo aquella noche. Desde que decidí venir a este lugar, la idea de encontrarme con esta persona se me cruzó miles de veces por la cabeza, la idea de tenerla en frente y no saber cómo reaccionar ha estado en mi mente todo este tiempo; ahora solo quiero tener su cuello entre mis manos y hacerle sentir todo el dolor que ha causado en nosotros.

Mientras voy hacia ella, tomo el brazalete tan fuerte como puedo y lo arranco de un tirón que me deja la muñeca dolorida por un momento, lo arrojo a un costado. Otra vez, el poder fluye por todo mi cuerpo; se vuelve más pesado, más denso y se mezcla con la adrenalina de tener a este monstruo frente a mí.

Se siente bien, me siento fuerte, lo suficiente como para acabar con ella; me siento capaz de hacerlo y con la imagen de mi familia en la cabeza me resulta aun más fácil. Recuerdo que clase de seres asquerosos pueden llegar a ser los Hematsukis y de lo que son capaces.

Mis manos van directo a su cuello, decidida a estrujarlo hasta que quede sin aliento pero en el momento en que voy a llegar a él, la cretina se aparta agazapada lejos de mí con una velocidad inusual, casi imperceptible. Termina unos metros a mi derecha y yo volteo tan rápido como puedo.

AthmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora