Capitulo 18 (1/2)

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Es más difícil de lo me había imaginado. Ahora que lo cuento todo en voz alta hasta me resulta más macabro de lo que pensaba o mejor dicho de lo que nunca pensé. Siento mis manos sudar al frotarlas entre sí y hasta puedo distinguir mi vos temblorosa al hablar pero así y todo no me detengo. He decidió contarle todo a Agnes desde el principio al final aunque esto me pese, simplemente no podía aguantar más; creo que es lo correcto y de alguna manera también es una especie de escusa, ahora ya no puedo echarme atrás... ya solo queda ir donde Lorian y contárselo a él también.

Siento la mirada de Agnes casi petrificada del asombro clavada fija en mi, dándome toda su atención, nunca antes la había visto tan seria y sorprendida; yo, por mi parte no dejo de hablar ni un instante, no dejo ni un hueco de silencio en mis relatos quizás para no darle pié a que preguntara algo o me dijera nada pero también creo que es porque tengo miedo de que mi genio me juegue en contra y termine por callarme y ocultar lo que queda de la historia o modificarla completamente y seguir mintiendo. Trato de no mirarla tanto, me pone aun más tensa hacerlo y ver las expresiones de su rostro. Al terminar de contárselo solo me quedo en silencio con la boca casi seca de tanto hablar y, ahora si me interesa verla a los ojos, me interesa saber que piensa, si me odia, si quiere golpearme, si no le interesa nada de esto; pero solo puedo ver que baja lentamente la mirada hacia sus pies y se toma un largo tiempo allí como si la alfombra debajo nuestro tuviera alguna respuesta.

Sé que necesita asimilar todo lo que le he contado, tanta información en poco tiempo es un tanto abrumador asique espero en silencio mientras miro a mi alrededor tratando de buscar alguna otra cosa con la que entretenerme y contener mi ansiedad. Focalizo mi atención a un rincón del salón, más específicamente donde están todos aquellos escombros que mi amiga ha limpiado del desastre de anoche, las maderas astilladas de un mueble roto, los cristales y el marco de lo que habría sido un portarretratos hecho trizas, a su vez todo eso envuelto en manchas rojas ya secas e impregnadas en la madera. Todo me hace sentir más culpable aun, saber que esos manchones de sangre podrían ser de las heridas de Lorian y que aquello que antes era un mueble ahora es basura, me causa más remordimiento y a su vez me da más seguridad de haber contado la verdad.

Mientras sigo inmersa en los pensamientos que aquella pila de escombros me hace tener distingo por el rabillo del ojo a Agnes poniéndose de pie, volteo hacia ella de inmediato con el entrecejo fruncido. Ella pasa entre los sillones y sale del juego de living, por un momento pienso que irá a subir las escaleras y a hablar con Lorian pero en realidad la veo dirigirse decidida a la barra de tragos, allí está su mochila con las correas colgando.

-¿Agnes? - tanteo al verla reaccionar de esa manera inesperada. Me levanto de mi asiento y paso por entre los sillones azules también, para acercarme a ella.

Toma las correas de su mochila y se las carga en un solo hombro como acostumbra a llevar. No entiendo muy bien qué está pasando, no es la reacción que esperaba de ella, me había imaginado que iba a sacarse todas sus dudas luego de que le haya vomitado tanta información junta o hasta que se enfadaría y me engañaría. Pero este silencio que lleva me confunde, no sé qué piensa o que es lo que siente ahora mismo. Agnes arregla su cabello que ha quedado atrapado entre la mochila y su espalda suelta un largo suspiro y va hacia la salida

¿Qué hace? ¿Eso es todo? ¿Acaso no va a decirme nada al respecto?

-¿Agnes? –Insisto con más énfasis, levantando un poco más el tono de voz.

Pero al ver que me ignora por completo, la sigo acelerando le paso y logro ponerme entre ella y la puerta. Lejos de querer cruzar miradas conmigo, Agnes gira la cabeza hacia un costado y resopla en protesta.

-¿Acaso no vas a decir nada? –Pregunto increpándola.

-Y... ¿Qué se supone que debo decirte? –Replica apática y hace que yo haga una mueca rara entre mi confusión y mi asombro.

AthmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora