De repente la falta de aire ya no es tan importante, su mano arde en mi cuello y mi garganta se cierra más y más.
Deseo tener a Stephan aquí, poder hablar con él y saber si esto es de verdad ¿Serán ciertas las palabras de este tipo? ¿Qué clase de locura es esta? Stephan no es capaz de hacerme algo así por semejante tontería.
<<Conocí a tu hermano niña, y puedo asegurarte que es la clase de sujeto al que no le importa nada mas allá de sus intereses>> Las palabras de Lorian resuenan en mi cabeza.
Intento analizar esta situación pero mi mente está bloqueada, mi pecho endurecido y mis pulmones achicharrados. Los irises cenizas del sujeto se ven contentos, no lo culpo, es muy satisfactorio hacer sufrir al enemigo.
Me pierdo en su mirada y en mi mente solo repercuten sus palabras <<Stephan te quiere muerta>> acompañadas por un eco interminable. La asfixia me hace alucinar, su cicatriz desaparece, el gris de sus ojos cambian a café, su cabello se torna moreno y el rostro de Stephan se plasma frente a mí.
La intensidad de mi Athmen se disminuye como si casi no la sintiera más, mi corazón bombea lento y mi rostro parece estar en llamas. No quiero defenderme, ya no quiero luchar por mi vida, me siento muy agotada no me encuentro con las fuerzas necesarias. Mis manos están frías al igual que mis pies, tirito como si me estuviera congelando. Cierro mis ojos y espero mi final mientras imagino el rostro de Lorian para que sea la última imagen que recuerde antes de morir.
Al instante un sonido abominable ensordece mis oídos junto con un grito ahogado de mi enemigo. Abro los ojos y me encuentro con el rostro desesperado del sujeto: sus ojos desorbitados posicionados en mi pero a la vez mirando a la nada, como perdidos; su boca a medio abrir con un dejo de sangre asomándose en la comisura y deslizándose lentamente.
Logro dar una bocanada grande de aire al sentir menos presión de sus manos en mi cuello que aunque sigue sosteniéndome, ahora lo hace casi sin fuerzas y con un notable temblor en su brazo. Sigo sin tocar el suelo, suspendida a centímetros de él; ahora soy yo la que se sostiene para no caer de golpe, pero aun estoy débil por la falta de oxigeno.
El sujeto está completamente paralizado y su respiración es entrecortada como si le doliera hacerlo.
Bajo apenas la vista observando su cuerpo y, me encuentro con el extremo de una katana empapada de sangre sobresaliendo desde su abdomen.
¿Qué es lo que acaba de pasar? Estoy realmente confundida. Vuelvo la vista a su rostro y me doy cuenta que su mirada cada vez se apaga más, el rojo de su boca abunda su mentón y su cuello.
Ya sin fuerzas afloja por completo su brazo y su mano dejándome caer al suelo. Quedo sentada en el suelo a sus pies, las piernas medio flexionadas y mi torso hacia atrás apoyándome con mis brazos.
El sonido pesado de unos zapatos se hacen escuchar detrás del tipo de la cicatriz, que sigue agonizando de pié; por mi posición solo logro ver un par de botas detrás de él. De un fuerte y único tirón la hoja afilada de la katana retrocede como si este nuevo desconocido la estuviera retirando. El tipo de la cicatriz termina por derrumbarse hacia un costado ya sin vida.
Sigo con la mirada como el cuerpo se desploma, sus ojos siguen abiertos, su mentón, su cuello y su pecho completamente rojos y la expresión desesperada de su rostro aun sigue en él pero poco a poco se va relajando hasta quedar sin ninguna expresión con una mirada completamente apagada. No puedo sacar la vista de él, de su asquerosa cicatriz mientras vuelvo a repasar sus palabras acerca de mi hermano.
Entonces reacciono: ¿Quién es aquel desconocido de la katana? Vuelvo la vista hacia donde se supone que estaba pero no lo encuentro; recorro la calle con la mirada para divisar algún rostro pero no hay nadie.

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Athmen
FantasíaVisitar la casa de un viejo conocido de su familia es solo el primer paso que Emma debe tomar para poder entrenar un don increíblemente peligroso que le fue otorgado. Llena de odio ella y su hermano están tramando su venganza sobre aquellos que no...