Capitulo 10

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-He estado pensando – Dice Agnes cerrando el refrigerador con dos botellas de cerveza en las manos – no hemos salido a ningún lado hace semanas.

Lorian aparta su mirada del ordenador y la mira aburrido, yo suelto una pequeña carcajada hacia arriba.

-Bueno – añade – ahora que a Emma se le ha pasado ese mal de amores que llevaba podríamos salir a divertirnos.

Desde que estoy aquí no he ido ni siquiera a un bar a tomar unas copas con ellos, se podría decir que no es la clase de cosas por las que vine, pero una salida no hace mal a nadie.

Agnes había dado por hecho que mi repentina depresión era culpa de un mal de amores, me dio gracia al principio pero termine por dejar que lo creyera solo para que ambos estén más tranquilos, tanto ella como Lorian, al saber que era lo que supuestamente me pasaba.

La cuestión es que después de la pequeña charla que tuve con Lorian en mi cuarto, inexplicablemente me he sentido mejor, nuevamente la calidez de sus brazos hizo que me olvidara de todo o al menos lo dejara apartado.

Agnes extiende un brazo ofreciéndome una de las botellas y yo niego con la cabeza; no soy amante de la cerveza nunca me ha gustado, prefiero otras bebidas. Ella se encoje de hombros y ladea la cabeza hacia un costado. Se acerca a Lorian y se la ofrece, él si acepta.

-Aunque quiera salir – comento – no tengo ropa para una salida nocturna.

Ambos quedan mirándome, Agnes dibuja una sonrisa divertida y golpea en la mesa.

- Eso no es excusa Emm – Responde - ¿Tienes dinero?

Me sorprende la ilusión que le hace ir de fiesta, si no fuese por ella solo estaríamos en silencio cada uno haciendo lo suyo sin ni siquiera cruzar palabras pero Agnes tiene una personalidad que hace que uno reaccione y quiera conversar, algo que por la clara personalidad de Lorian y la mía no pasa muy a menudo si estamos solos, raras ocasiones son las que tenemos algunas charlas y muchas de esas son para discutir o sacarnos de quicio odiosamente. Sin duda estos momentos del día serían muy distintos sin su presencia.

Sonrío exhalando un poco de aire por la nariz y le asiento con la cabeza, ella le da un sorbo a su bebida, la apoya en la mesa con un fuerte golpe y extiende los brazos.

- ¡Bingo! – Exclama – hoy conocerás el centro comercial.

Lorian la mira entornando los ojos y toma del pico de la botella mientras niega con la cabeza. Evidentemente no irá con nosotras, es demasiado divertido para él.

No soy de ese tipo de mujeres que se vuelven locas por ir de compras y Agnes menos pero creo que sería bueno salir un poco y pasar tiempo con ella, como una cursi tarde de chicas.

- Esta tarde no faltaras al entrenamiento – comenta Lorian. Agnes lanza sobre él una mirada fulminante.

- Bueno pues... - replico – hoy descansaras de mí.

Se acomoda sus lentes con el dedo en el descanso de la nariz y me mira aburrido, yo dibujo una sonrisa burlona mientras apoyo los talones en el borde del asiento.

-Baja los pies – ordena.

- ¿O qué? – lo desafío.

-Bájalos ahora – repite apoyando las manos sobre la mesa.

-No quiero, deja de molestarme – muevo una mano como espantando moscas.

Se levante de golpe arrastrando su silla bruscamente para atrás, se acerca a mí, toma el respaldo de mi silla y lo retira con un único movimiento en seco. Bajo inmediatamente los pies por el movimiento y me sostengo del borde de la mesa. Lorian inclina sutilmente su torso asomándose a uno de mis lados.

AthmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora