Capitulo 13

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No he visto a este sujeto en mi vida, su peculiar cicatriz no es algo que pueda olvidar fácilmente.

Lorian antepone su brazo haciendo que yo de unos pasos hacia atrás, rápidamente en sus manos aparece el agarre de su arma y colgando de él sus cadenas y las cuchillas afiladas.

-¿Quién demonios eres? – Pregunta al sujeto de la cicatriz. El tipo mira fijamente el arma de Lorian y sonríe bulón.

- Tengo órdenes que cumplir Diedrich, solo ven aquí y terminemos con esto.

Este tipo viene de parte de Stephan, ya no me quedan dudas. Avanzo hasta ponerme delante de Lorian, comienzo a bajar las escaleras sin sacar en ningún momento los ojos de encima al hombre, en cuanto decida atacar a Lorian debo ser más rápida y frenarlo antes de que le haga daño.

- ¡Emma que haces! – exclama Lorian pero yo solo sigo descendiendo.

El hombre retrocede y terminamos los dos en el salón.

- Dile a tu jefe – comento con seguridad – que la orden se cancela.

En el salón me encuentro con dos tipos más, ambos iguales de robustos que el de la cicatriz. Uno de ellos lleva un parche en el ojo izquierdo y un piercing en el labio y el otro tiene el cabello largo hasta la cintura, peinado hacia un lado dejando ver un trozo rapado por encima de la oreja. Los tres llevan la misma vestimenta y también el logo.

La presencia de estas personas es realmente amenazante.

- Toma a tus hombres y lárguense de aquí – murmuro para que Lorian no pueda escucharme –Dile a Stephan que él no es el único que toma decisiones.

- Tu hermano ya se ha cansado de tus caprichos – replica mientras camina a mí alrededor.

Inmediatamente Lorian baja las escaleras dando largas zancadas dirigiéndose directamente hacia el hombre de la cicatriz, pero antes de que llegue a pisar el suelo del salón, el tipo de cabello largo aparece de repente detrás de él, lo toma del cuello con una sola mano y lo lanza hacia un lado con tal fuerza que Lorian termina por estamparse contra la mesa de los portarretratos.

Al verlo allí tirado entre las maderas astilladas y los cristales rotos mi respiración se acelera, sin pensar me abalanzo contra el hombre y lo empujo con fuerzas para alejarlo más de Lorian. Ahora mismo estoy en el medio de los dos.

-¡Déjalo en paz! – Exclamo – no tienen nada que hacer en este lugar.

Lentamente Lorian se pone de pié, apartando las maderas y los cristales.

-Emma, sal del camino –ordena moviendo las cadenas en forma circular. Puedo sentir en sus palabras que su voz tiene un tono al que no estoy acostumbrada a escuchar de él, lo noto amenazante.

Yo no hago caso, quedo allí de pié frente a él. Al ver que no tengo intenciones de correrme, Lorian lanza sus cadenas atacando a su enemigo; estas pasan velozmente al lado mío, puedo ver las cuchillas rosar mi brazo y seguir de largo hasta el tipo de cabello largo, quien las esquiva y se aferra a ellas dando un tirón para desestabilizar a Lorian.

El hombre del parche se une a la pelea dando un fuerte golpe en las costillas de Lorian.

Quedo completamente paralizada viendo como se defiende de los ataques de esos hombres, escucho el tintinear de sus cadenas y el sonido de los puños contra su cuerpo. Lorian ataca con dos armas iguales, una en cada mano, ha podido hacer varios cortes a sus enemigos pero ellos son fuertes y no dan importancia a sus heridas.

Inconscientemente voy hacia ellos, si no puedo hacer que se detengan al menos quiero ayudar a Lorian; pero el sujeto de la cicatriz se abalanza contra mi impidiéndome el paso. Me empuja de tal manera que termino en el suelo asique aprovecho para desajustar mi brazalete con velocidad; el tipo se acerca y me toma del cabello, yo manoteo tratando de que me suelte. Me levanta con un tirón dolorosamente insoportable; entre muecas de dolor logro ponerme de pie frente a él.

AthmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora