Habían pasado un par de semanas desde que fui adoptada pero aun no conseguía incluirme dentro de la familia, no solo en la que consistían Jason y Nancy, sino en la gran familia que eran en el club, y tampoco ayudaba que aún no consiguiera encontrar a Marco en ninguna parte, como si se hubiera esfumado de la tierra haciendo que cada vez que me encontraba en casa llorara hasta no poder ni respirar y si alguien se encontraba en casa y sentía que todo se derrumbaba, recurría a darme una ducha demasiado larga para que el ruido del agua bloqueara el sonido de mi llanto. Mi apetito también se había esfumado y notaba las miradas de todos al ver que cada día comía menos, y por consecuencia mi cuerpo había perdido un gran peso. Apenas salía de mi habitación sino era estrictamente necesario y me tiraba todo el día en la cama tumbada mirando al techo por horas negándome a pisar el club, no quería que se me relacionara con ellos aun cuando el presidente fuera mi padre adoptivo.
Al despertar Jason me indico que hoy sería mi fiesta de bienvenida oficial al club que aunque debería haber sido hacía tiempo, nunca quise ir por aquel lugar, no quería que me vieran con ellos mas que cuando venían a la casa o salía a dar un paseo. Tener la fiesta aquella noche incluía según Jason que me fuera de compras con alguno de los chicos para que me protegieran y todo ese tipo de cosas aunque lo viese innecesario, aún así cuando fui a salir de casa tenía a Blake y Adam esperándome apoyados en un coche haciéndome maldecir en bajo y montarme de mala gana en el.
El viaje al centro comercial fue algo largo y muy silencioso por mi parte ya que los chicos hablaban entre ellos. Al llegar al centro comercial y bajarme todas las miradas parecían estar puestas en nosotros lo que me incomodaba pero sabía que era por el hecho de que los chicos llevasen sus chalecos del club, era imposible ver a uno de los miembros sin el. Yo me había negado rotundamente más de una vez cuando Jason me dijo que tenía que ponerme el chaleco o la chaqueta de cuero cuando salía a la calle, pero si no pisaba el club no me la pondría, me sentía como un objeto propiedad del club llevándolo.
Dimos un par de vueltas por el centro comercial hasta que encontré algo que podría ser del agrado tanto de Jason como mío aunque también sabía que la camiseta que llevaría no sería para nada de su agrado pero ya que se me estaba obligando a ir a una fiesta y a un lugar al que no quería ir tendría que aceptarme tal y como iría, así que lo compré rápidamente para que los chicos no se aburrieran demasiado y al ir a salir de la tienda y alzar mi mirada buscando una de las salidas, mis pies se pararon en seco al ver a una pareja justo frente a mi, y no era cualquier pareja sino que eran Marco y la que parecía ser la chica con quien se estaba besando justo cuando salí del orfanato. Quise ir a donde él para preguntarle por los papeles y Hope pero mis ojos empezaron a aguarse una vez más como lo hacían siempre que lo recordaba y al girarme para pedirle a los chicos si nos podíamos ir los vi con sus miradas fijas en Marco.
- Podemos irnos, por favor?- dije en voz baja mirando de nuevo hacia la pareja que ahora se encontraba de pie y mirando hacia nuestras dirección.
Al volver a poner mi mirada en ellos fue cuando me di cuenta de que el llevaba un chaleco como el de Blake y Adam pero a la vez era distinto y ahí fue cuando supe que teníamos que irnos para que ninguno tuviéramos problemas.
- Ese no es el tipo que estaba fuera del orfanato el día que te fuimos a buscar?- preguntó Adam.
No me gustaba su tono y tampoco las miradas que él y Blake estaban echándole a Marco, aunque este tampoco se quedaba corto.
- Vámonos, por favor, no quiero problemas.- dije agarrando a cada uno de ellos de un brazo.
Después de unos segundos de aguantarse la mirada los dos se giraron y rápidamente me dirigí hacia la salida más cercana, porque sentía como me faltaba el aire, sabiendo que los dos chicos me seguirían de cerca ya que si me perdían de vista Jason se pondría furioso.
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Adoptada Por Los Demon MC
RomanceDespués de una dura niñez, me encontraba en un orfanato cuando mi vida dio un cambio radical que me haría entender que una familia no tenía porque ser sangre y que unos completos extraños podrían amarme aún cuando su exterior dijera lo contrario.