Adoptada Por Los Demon MC

VII

Llevaba un par de semanas sin saber nada de Jason porque nunca estaba en casa o al menos hasta ahora nunca lo habia visto o escuchado cuando yo estaba alli, había estado durmiendo en el club, por lo visto allí había más de una habitación en la que la gente podía dormir si lo necesitaban.

Al día siguiente de aquella noche, me desperté y Nancy no estaba, se había ido dejando una nota diciendo que pasaría por el club ha hablar con Jason y que la esperase para comer. Fuimos a un pequeño restaurante donde me comento que Jason aun estaba de mal humor y que aun necesitaba algo de tiempo para digerir lo que había pasado en la noche y que todo con Blake estaba arreglado, los dos habían hablado por la mañana y Jason entendió el motivo por el que me encontraba allí y no en casa aunque eso no significara que le gustara encontrarme alli. Quise ir a hablar con él sobre nuestro pequeño altercado porque yo tenía parte de culpa pero Nancy me dijo que era mejor que dejara que las aguas se calmasen antes de hablarlo con él y que sería mejor hacerlo en casa, ya que alli el podría llegar a ser más comprensivo y no tendríamos a todos los chicos que se encontraran allí mirando e intentando cotillear que pasaba en la familia.

Desde esa noche, Blake se había alejado de mí, había dejado de contestar a mis mensajes y mis llamadas iban directas al contestador, al principio pensaba que sería porque necesitaba algo de tiempo y no quería tener más problemas con Jason, pero con el tiempo deje de intentar llegar a él, deje de preguntarle a Nancy que tal se encontraba ya que tampoco venía a casa, tampoco era él quien se encargaba de ir conmigo las pocas veces que había salido de casa y es que con la llegada del verano y el calor significaba tener que llevar a la calle pantalones largos si no quería que la gente me mirase e hiciera preguntas que todavía no estaba dispuesta a responder.

Había empezado a trabajar en una pequeña cafetería en el pueblo como medida de distracción y la única que lo sabía era Nancy, que entendió que necesitaba algo con lo que distraerme y pasar el día a día si no tenía otra cosa más que hacer que pasarmela sentada en mi habitación buscando a Marco en el ordenador, del que aún no había encontrado, si al menos supiera el nombre del club al que pertenecía, podría indagar por ahí y sabía que algo de información lograria pero tampoco queria preguntarle a Nancy si sabia el nombre porque seguramente me diria que eso era tema del club y que era mejor dejarlo como estaba y no queria tener problemas con ella.

Me encontraba al final de mi turno cuando escuche el sonido de la campana de la puerta y me giré y justo estaba frente a mí, el hombre que llevaba buscando desde hacía meses, él estaba hablando con otros dos tipos que al igual que él llevaban el chaleco del club al que pertenecian y recordé aquella vez que lo vimos en el centro comercial y después de que los chicos le comentaran a Jason sobre él, dijo que era un club rival con el que no se llevaban bien, y Marco al segundo que me viera lo sabría, sabría que yo estaba sola en aquel momento con ellos y nadie del club estaba conmigo porque nadie lo sabía. Le pregunté a una de las dos chicas que se encontraban trabajando conmigo si me podían hacer el favor de atender la mesa que se suponía me tocaba a mí y ya que en el poco tiempo que llevaba había estado siempre dispuesta a ayudar o a quedarme un poco más si hacía falta y una de las chicas acepto atender las mesa viendo que llevaban chalecos y sabia lo que podria significar para mi estando en otro diferente y saque todo el aire que no sabía estaba reteniendo al sentirme aliviada de no tener que tratar con aquellas personas.

No pasaron ni quince minutos desde que llegaron, cuando escuche que una voz masculina me llamaba y me gire viendo a Marco y a los dos otros tipos mirándome con una sonrisa en la cara diciendo que me acercara. No podía negarme si un cliente me llamaba aunque no fuera mi mesa asique me acerqué intentando que no se notara mi nerviosismo.

- Alexa cuánto tiempo, qué tal todo?- preguntó Marco.

Sabía que  no podía estar diciéndolo en serio porque después de lo que me había hecho, no podía simplemente sonreír e intentar hacerme creer que todo había pasado.