Stefano tiene todo lo que Ky jamás se imaginó: dinero, poder y tatuajes.
Ella siempre supo que algo no andaba bien con él y está dispuesta a todo con tal de desenmascarar los misterios de ese hombre inmenso, de mirada oscura como la noche y hoyuelos...
Otra vez suena su despertador de mañanas. Otra vez le arroja un almohadazo para que éste caiga sobre la alfombra rosa de su cuarto. Otra vez su padre golpea a su puerta y la llama desde el otro lado:
-Cielo, ¡arriba! ¡Llegarás tarde!
-Yaaaaaaaa-se queja con el rostro pegado a sus sábanas de seda.
¿Con qué derecho se digna a entrometerse de ese modo entre sus mojados sueños con sus youtubers favoritos?
Ha estado considerando seriamente la idea de dejar la escuela de una vez y dedicarse de tiempo completo a las cámaras o quién dice, mejor una pasarela.
Sin embargo, sería mucho mejor que le pagasen por aparecer en los desfiles y no a la inversa como tiene que realizar actualmente: entregar honorarios mensuales a una agencia de modelos de medio pelo (no se puede pedir más en un pueblo de mala muerte tal cual ella juzga a Iconic).
Sueña con poder vestir importantes marcas, ser el rostro de una prestigiosa empresa o aparecer en la cartelera de alguna película de moda o serie de Netflix.
Expectativas que se esfuman cada vez que tiene que poner los pies sobre el suelo y meterse a la ducha. Es joven, cumplirá dieciséis el sábado próximo pero se guía bajo la premisa de que a su edad ya hay chicas que reciben millones en las cuentas bancarias de sus padres o representantes sólo por tomarse algunas fotos y aparecer en las portadas de populares revistas.
Ella, mientras tanto, no puede figurar siquiera en el periódico escolar...
-Maldito sistema retrógrado-masculla entre dientes tras sentarse a orillas de la cama y espabilarse.
Busca con sus pies sus pantuflas acolchonadas con forma de conejitas rosas hasta encontrarlas pero se las coloca al revés. Ni siquiera lo nota. Sólo se dedica a arrastrarlas hasta su cuarto de baño y se lleva consigo una tolla cual lleva bordadas las siglas de su nombre y apellido: K. M.♥
Tras cerrar la puerta de su baño, se planta delante del espejo atornillado encima del lavatorio y se cepilla los dientes evitando ver su rostro sin maquillaje al espejo. Es un horror una cara tan perfecta con ojeras, pecas e imperfecciones que han de ser eliminadas sólo con un poco de mascarilla facial a base de pepinillos y polvo de exfoliar.
-Aquí vamos de nuevo-murmura entre largos suspiros.
Kylie se da un baño renovador en su tina mientras su madre aparece a cada rato para aporrear la puerta de su habitación gritando que llegará tarde, que debe apresurarse, que no tendrá tiempo de desayunar.
Pero son palabras dichas al vacío ya que la chica tiene su Ipad a todo volumen descansando sobre la funda que recubre la tapa del retrete al tiempo que suena 1975, Rihanna y otros artistas de su playlistmix que los canta a todo dar sin ningún pudor.
Ser una cantante pop e ídola del rock también es otro de sus sueños frustrados.
-¡Kylie, apresúrate que tu padre te llevará a la escuela!
-¡I'll give you oneee moreee timeeeee!
-¡¿Qué?!
-¡Work, work, work, work!
-¡Tendrás que irte a pie si no sales en cinco minutos!
-¡Into cold, cold water for youuuuuu!
-¡¿Qué?! ¡¿El agua está fría?! ¡Revisaré el termostato pero apresúrate!
Tras terminar su inmersión en sales y jabones florares, Kylie sale de la tina, se enjuaga con la ducha y tras culminar se seca para encontrarse con su armario. Escoge una falda turquesa que apenas le baja los muslos, zapatos de charol y una camiseta blanca con cuello del mismo tono que la falda.
Se seca el cabello frente al espejo, lo cepilla y lo cierra en una cola alta que sujeta con un moño de cinta aterciopelada.
-Querido destino, espero que tengas preparado un buen día-le pide al reflejo de su espejo-y caiga una estrella para mí.
Acto seguido Kylie sale de su habitación para enfrentar los desafíos que depara la cotidianidad.
Una perfecta escuela vieja, con perfectas malas notas, con perfectas amigas perras que se dedican a hacerles la vida imposible a un buen puñado de mojigatas que sólo son un cero a la izquierda para la vida social misma.
Lo que Kylie no sabe, es que el deseo que le pide todos los días al destino, puede que en algún momento se le cumpla...
Puede que algún día caiga para ella una luminosa estrella.
Y puede que ese día sea hoy.
¿Realmente se espera lo que está por venir?
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Gracias por el amor hacia esta historia! En ig hay sorteo de libros en físico: @luisavilaok
Besos!
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