25. La masacre de esta noche

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Un niño se ha perdido en el bosque.

Tiene el cabello desprolijo, corto, las manos cerradas en dos puños y viste completamente de negro.

Pero no parece estar asustado.

Kylie se acerca a él pero se esconde tras un árbol. Ese niño tiene los ojos negros como la noche y un semblante de horror, temible; por algún deambula solo en plena noche, evidenciando furia en su gesto, sin despertar necesidad de protección precisamente. En la rubia despierta un ansia por querer esconderse de él en lugar de sacarlo de ahí.

El niño avanza y se funde entre la maleza.

Ky hace un gran esfuerzo por seguirle el rastro pero el chico se ha perdido en la profundidad de los árboles.

¿Dónde ha ido? Parecía con prisa.

Quizá...huía de ella.

Ky avanza intentando buscarle, no obstante, un ruido a sus espaldas la espabila. Son pisadas sobre la maleza que crujen con cada movimiento al andar.

Ella se detiene y se vuelve para corroborar que en efecto no está sola...

...de golpe se encuentra con la mirada enfurecida de un puma inmenso y hambriento observándola con ojos ávidos de carne.

Y tras él, el niño. Quien se acerca con un cuchillo inmenso en su mano izquierda, chorreando sangre desde el filo.

—No deberías estar aquí—sentencia el muchacho.

Y la rubia se horroriza al distinguir que es el puma quien ha proferido la amenaza.

Cuando abre sus fauces, Ky cae de espaldas y despierta de un sobresalto en la cama.




Stefano no puede pegar un ojo.

Ky ha quedado dormida luego de la jornada de sexo agotador, sin embargo en él rondan los recuerdos como pantallazos con imágenes de películas de terror que no son ficción sino su vida misma.

Bajo tierra, piensa él, bajo tierra está el infierno. Apenas unos metros por debajo de nuestros pies...

Y lo puede corroborar más que nadie en el mundo.

Ha estado ahí. Ha vivido lo peor.

Si es que "lo peor" podría definirse de esa manera. Aún no sabe lo que está por venir.

Stef cierra los ojos y un montón de pasillos de piedra se figuran en sus recuerdos.

Más el olor a sangre.

Ese fétido olor a óxido y podrido que lo persigue.

Cierra los ojos y aparece su madre.

Cierra los ojos y aparece su padre.

Cierra los ojos y aparece su hermanito. Santo cielo, ¡Chace! ¡Cuatro años...! ¡Tan pequeño, demonios, TAN PEQUEÑO!

Stef no lo soporta más y da un salto de la cama. Se aleja de Kylie. Duerme como un ángel... ¿inocente? ¿Sabe ella con la clase de demonios que se está metiendo?

Chace, Stefano, recuerda a Chace.

La mirada pidiendo clemencia del pequeño, sus ojos grandes y azules, sus manitos levantadas cubriéndose el rostro... Tiene que haber sido todo una puta pesadilla, ¿verdad? Tiene que haberlo sido.

Stef trastabilla hasta la puerta y la podredumbre en su nariz se incrementa. ¿Es que acaso Kylie no lo siente? ¿Habrá deducido que detrás de la puerta puede que esté eso? ¿Y si en verdad fue una pesadilla?

#MALOS El Origen | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora