#MALOS El Origen | COMPLETA

3. Bienvenido idiota (I)

Kylie 

Mi familia está integrada por un montón de aficionados al deporte.

Si estamos posicionados bien económicamente es porque mi padre tuvo sus años dorados de beisbolista y hace tiempo se retiró de las grandes ligas. Mi madre, por su parte, es una entrenadora profesional que se mantiene muy bien pese a que ha cumplido los 46 años hace poco. Su delgadez envidiable, los músculos firmes y la ensalada de todos los días, ayudan a que parezca de 30 (exceptuemos la arruguitas de su rostro, cuello y manos que la delatan).

Soy la menor de tres hijos. Empezaré por el más idiota de todos: Patrick. Un engreído de 23 años que abandonó la escuela hace seis ya que mi padre logró posicionarlo en Los Halcones, un equipo de béisbol profesional que se dedica a llevar de gira a todos sus jugadores estrella. Él es algo así como un super patán que sigue viviendo con nosotros ya que todo el dineral que gana lo gasta en autos de lujo y alquileres temporarios en departamentos de primera categoría las temporadas que tiene libre de partidos.

Y fiestas.

Fiestas sobre todo.

De no ser por el deporte, mi hermano seguiría sosteniendo el consumo desenfrenado por la cocaína y el hachís cuales eran el gran flagelo de mi familia antes de que este entrase a las grandes ligas. Por suerte, algo de talento tenía para el bate de béisbol cual lo lanzó al estrellato en cuestión de una búsqueda desesperada de mi padre por querer sacarlo del consumo de drogas y meterlo en algo que le asegure un poco de estabilidad a su desordenada vida.

Y lo logró...en parte.

Al día de hoy sigo teniendo mis sospechas de que, cada cierto tiempo, se da un par de gustitos en sus vacaciones al extranjero con fiestas periódicas (no asisto a ellas ni lo haría aunque me pagaran, si bien se oyen bastante bien, son las fotos en Internet aquello que lo ha delatado).

Y bueno, vamos a la del medio: Sam. En el instituto la conocen por Samantha La de Piernas Largas, pero sus amigos y familia le hemos otorgado otro sobrenombre en vistas a un diminutivo más cómodo de pronunciar.

Mi hermana también dio con dotes para el deporte, no se trata del fit de mi madre ni el bate de mi padre sino algo un tanto más original: el voley ball.

Empezó haciéndolo por gusto y ahora pertenece al equipo de Las Bipsie, esas altas chicas de metro ochenta, promedio, cuales compiten en las interestatales contra otros institutos y si bien, hacen sus intentos por destacar entre los primeros lugares, nunca resultan ser las mejores. Sam sí es una personalidad distinguida en la escuela y no sólo por su altura sino por su talento tras la red del campo.

En apariencia, cualquiera diría que Carter es su hermana de sangre pero lamento admitir que no es así: nuestro parecido en rasgos faciales es innegable.

Yo le robé título de "Princesa de la Familia" cual poco le duró. En cuanto resulté la menor, los ojos se posaron en mí y pasó a ser un cero a la izquierda. Si bien yo creo que nací destinada a vivir en un mundo de series de Internet y carteleras de Cine, ella no se preocupa por explotar sus potencialidades físicas ya que dice que sólo quiere ir a la Universidad y estudiar para no ser tan «arrogante y cabeza hueca como Patrick».

Como podrá notarse, ni las propias hermanas del niño bien lo soportamos demasiado. Sólo mis padres lo consideran la luz de sus ojos ya que creen haberlo salvado del estrago de las adicciones cual yo no estaría tan segura...

La cena está lista y cuando bajo, mi móvil suena en el bolsillo trasero de mi pantalón. Lo arrojo junto a mi plato y leo un mensaje de Jess:

Sammie de Piernas Cortas, tengo lo que me pediste.🙅💅