#MALOS El Origen | COMPLETA

22. Yo soy El Diablo, Ky.

Aunque juntes todos tus pedazos, siempre estarás roto.

Stefano está seguro de ello. Más que nadie.

Las últimas experiencias de su vida fueron una peligrosa mezcla de adrenalina y una cuota por demás satisfactoria de amenazas de muerte.

Además, su peor amenaza lleva nombre de mujer y ha dejado una herida sangrante en su corazón.

Su corazón de piedra. Él, que siempre se creyó de hielo, un hombre rudo, un ser imposible de dominar.

Alguien que no conocía de amor sino de tormento.

Ky era su oportunidad de revivir.

Se sentirse vivo, más que nunca.

Pero el destino siempre nos tiene preparado su mejor puñetazo así que no conviene bajar la guardia...

Mientras sale del bosque en compañía de su padre junto a dos mastodontes guardias de seguridad, conserva un agrio sabor en su boca. Será por la tierra que tragó o la sangre o ambas cosas. Quizá tuvo que ver la billis que le volvió a la garganta con cada golpe que le propinaron al cazarlo. Al cazarlo por error.

Se pregunta qué había de valioso en "La Base de Datos" que robaron y qué tenía que ver con ello la amiga de Kylie.

Pero el intento salió fallido.

Los atraparon.

Al menos, al acompañante de la chica: Ethan.

Stefano sabe que en alguna ocasión escuchó ese nombre pero no lo puede vincular a un rostro en particular.

Quizá su padre sabría más sobre él.

Pero no le conviene preguntar. No ahora. Nada quiere tener que ver con Bad Boys más que destruirlo sin piedad. No obstante, está al tanto de que el bando es mucho más grande de lo que un sujeto normal se podría imaginar, al igual que sus prácticas secretas y aberrantes. En alguna ocasión escuchó hablar de ellas, incluso fue amenazado con someterlo si no fuese que su padre le salvó el pellejo al defenderlo e irlo a buscar.

Por otro lado está la rubia: su aparición ha puesto en jaque, cada una de las palabras que atraviesan la vida del muchacho.

La chica puso en duda cada parte de su ser. Cada parte que lo hace vivir en tanto Stefano Guilty.

Es como si ya no fuese él mismo.

Como si odiase todo lo que es.

Como si quisiese ser otro tipo de persona por ella.

Pero esa es la esencia del amor: loco, enfermo y provoca un terremoto en tu mundo.

Oh, Stef, lo siento tanto...

—El amor es una puta.

—¿Perdona?

—Stefano se muerde la lengua al captar que acaba de dejar salir las palabras más intrusas que han podido invadir su cabeza alguna vez.

—Nada, olvídalo—dice Stef.

Su padre lo mira de reojo con preocupación.

Pero el muchacho avanza por el bosque camino a la carretera que linda con la fábrica abandonada y su vecindario.

El amor es una puta. Sí, Stef, lo es. Pero una puta de esas que te vuelven loco.

* * *

—¿Cielo?

Todos los días despiertas y sabes que empezará un nuevo día. Que tienes que hacer frente a una nueva rutina, que deberás arreglártelas para soportar de nuevo a tus insoportables profesores, a tus falsos compañeros, a las falsas de tus amigas y la indiferencia del chico que te gusta.