20. Pesadillas

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-Únete a Glorious, Kylie Moore. Sé de los nuestros.

Ky tiembla.

Observa y no entiende lo que está sucediendo, se exaspera y percibe la imperiosa necesidad de tener que salir corriendo.

Pero no lo hace: está con su familia, ¿qué daño le podrían hacer?

Todos reunidos alrededor de la mesa, en una especie de ritual diabólico, orientados por un desconocido con capa negra y un bebé llorando en brazos.

¿Es que acaso no se despertó y es esto un terrible sueño?

Intenta salir del entumecimiento pero no lo logra, lo cual no hace más que constatar que todo es real.

Los gritos del bebé hieren sus oídos.

¿Qué harán con esa criatura? ¿Qué harán con ella misma?

El sujeto se mueve lo cual hace que su corazón palpite con mayor fuerza aún. Éste se inclina aún más hacia la luz naranja de las velas provocando que éstas iluminen su rostro...

Es Evans. El amigo de su padre.

-Cariño-su madre le habla desde un costado con un tono acaramelado-, extiende tu brazo por favor.

Ella tiembla. Quiere preguntarles a todos qué clase de broma de mal gusto planean hacerle o qué les pasa que se comportan de manera tan extraña.

Ky mira a su padre en busca de aprobación, en gesto "¿tengo que hacerle caso a esto que la loca de tu mujer dice?".

-Hazlo-accede su padre en un vano intento de inspirar confianza-, es tu madre. Somos tu familia. ¿Desconfías de nosotros?

El corazón se le sube a la garganta frente a semejante disyuntiva.

-¿Qué es Glorious?-pregunta Ky dejando reposar su brazo sobre la mesa. "Únete de Glorious, Kylie Moore..."

Patrick y Sam se mantienen en silencio.

-Ahora lo sabrás-responde Evans.

-¡Ay!

La aguja la pilla por sorpresa.

-¡¿Qué estás haciendo?!-intenta quitar el brazo apenas descubre la máquina con la que tratan de tatuarla contra su voluntad-. ¿Qué diablos están intentando hacer todos ustedes?

Su padre la sujeta del brazo logrando dejarla aún más sorprendida mientras la tinta continúa hiriéndole. Mientras más se opone, más duele.

-No, Ky. No. -Stan se mantiene serio.

-¿Qué está ocurriendo, papá?

La rubia tiene lágrimas en los ojos y ya se siente como la criatura que llora. No hay nadie que la proteja, nadie la puede salvar. Es otro desvalido bebé.

Acto seguido agacha la mirada y se encuentra con que su brazo está derramando gotitas de sangre sobre un paño absorbente.

-Ya casi estamos-anuncia su madre.

Ky distingue la figura tatuada: un triángulo hacia arriba.

Evans quita el paño con sangre y tinta para acercarlo hasta el rostro enrojecido del bebé, de tanto forzar el llanto.

-Este acto es sublime-dice Evans y la veneración se deja entrever en su voz-. Algo que merece ser recordado a través de los tiempos.

Y ensucia la frente del bebé con el paño.

-¿Qué mierda haces?-Ky se sobresalta lo cual no logra más que acentuar el ardor en su antebrazo.

Esta vez se ha puesto de pie, dispuesta a lo que haga falta con tal de que no le hagan nada al bebé.

-Cariño, por favor...-empieza su padre.

-Siéntate, Ky. Lo entenderás-ahora su madre.

-¡NO!

La chica camina hasta Stan.

-¡Deja a ese niño en paz!-lo enfrenta como si fuese la única cuerda en el lugar y lo único que obtiene es sacarlos a todos de quicio.

-Lo entenderás Ky, sólo no compliques las cosas-le contesta Elijah Evans. Ella insiste:

-Llamaré a la policía si todos ustedes no terminan con ese juego de mierda. ¡No hace ninguna gracia la clase de broma que de repente se les haya antojado hacer!

-No, Ky-las palabras de su hermana son tajantes.

-¿Y tú, Sam?-la provoca-. ¿Por qué te prestas para todo esto? ¿No que siempre fuiste la mosca muerta, la más bondadosa en toda la familia?

-Ky, lo entenderás pero no te comportes como una chiquilla-es el turno de su hermano, Patrick.

-¡BASTA!-grita directamente a Evans quien tiene su mano cubriéndole la boca al bebé quien llora con enorme desesperación-. ¡¿De dónde mierda han sacado a ese niño?! ¡Deja de hacerle eso!

-Lo mismo que hicieron alguna vez contigo-le contesta Stan.

-¿Qué?

La rubia se siente más sola que nunca.

Sale corriendo en busca del teléfono fijo en la pared. Toma el tubo y antes de marcar al 911, un pinchazo hace ingresar el fuego en las venas de su cuello.

-¡AYY!

Ahoga el grito y de pronto, el mundo se alza en una masa oscura y densa.

Hasta no quedar nada.

Las sombras se la han tragado.

-¡KYLIEEE!

El frío.

-¡KY!

La humedad.

-¡KY, ¿DÓNDE ESTÁS?!

El lodo.

-¡KYLIE, CIELO! ¡¿ESTÁS AHÍ?!

El dolor.

-¡KY!

Las sensaciones llegan en fragmentos a su conciencia. Poco a poco puede permitirse sentir frío y miedo, una mezcla que la captura, que la envuelve en garras enormes y filosas.

Horror que retorna en cuanto cae en la cuenta de que se han llevado a Stef, se lo arrancaron como a una parte de su propio cuerpo. Él es la única persona en quien puede confiar.

Y dicha sensación de desamparo, se acentúa al distinguir que una de las voces llamándola en medio de la densidad del bosque, es la de su padre.

También su madre.

Están ahí.

La están buscando.

Como en su sueño.

Eso... Eso no fue una pesadilla.

Fue un recuerdo.


#MALOS El Origen | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora