Me desperté por el ruido de mi alarma que no paraba de sonar, no tenía ganas de levantarme, no tenía ganas de nada, pero tenía que ir al colegio, me senté en la cama y me puse mis pantuflas de pingüinos, lo sé, ridículo, pero son cómodas y calientitas así que no importa. Camine hasta el baño y aliste todo para darme una ducha, no me demore más de 15 minutos, cuando salí me coloqué dos toallas, una grande para mi cuerpo y otra más chica en mi cabello, termine de secarme me vestí con unos jeans claros, un enorme suéter rosa y unos tenis, no tengo un estilo definido
, aveces puedo estar vestida como una gótica o parecer un pastelito, depende de lo que encuentre y las ganas que tenga de arreglarme. Baje las escaleras y encontré a mi mamá en la cocina, la salude y le di un beso en la mejilla, en la mesa estaba mi plato de waffles y un vaso de leche, en la otra silla se hallaba mi hermana Nori, se llama Nora pero le digo Nori de cariño, estaba con la cara manchada de chocolate pero con esa enorme y hermosa sonrisa que traía todos los días, me senté a comer mi desayuno y tomé mi mochila para irme al instituto.-Bueno mamá, me tengo que ir si quiero llegar temprano al instituto- dije y me despedí de ella con un beso.
-Adiós enana- dije despeinando la cabeza de Nori
-Ve con cuidado-
-Si mamá-Me fui caminando, ya que el instituto quedaba a unas pocas calles de mi casa, claro que detrás de mi iba siguiéndome un guardaespaldas de papá, ya que a el no le gusta que me vaya caminando, prefiere que me vaya en auto, pero como soy un poco terca accedió a irme caminando en la mañana pero con guardaespaldas, y de regreso venirme en auto, no gane precisamente la guerra, pero si una batalla, saque mi ipod y le puse en aleatorio a la música, todo el camino me la pase tarareando, hasta llegar al instituto, en la entrada encontré a mi mejor amiga Olivia , Liv para todos, ya que su nombre no le gustaba, corrí hacia ella y la abrase, ella me correspondió el abrazo y caminamos hasta el aula para tomar la primera clase, Física, no era mi materia favorita, pero de perdido era de las pocas personas que se podían quedar despiertas en ella; al fin acabo la clase, seguida por Literatura, Ciencias Sociales, y Economia; era la hora del receso, bendito, sagrado y necesario receso, Liv y yo salimos hacia la cafetería para formarnos a comprar nuestro almuerzo.
-Oye, ¿Cómo te fue con Erick ayer?- le pregunté haciendo que ella se pusiera nerviosa.
-Ay Sara, no tienes idea de lo lindo que es, creo que me gusta, pero no sé si el siente lo mismo por mi-
-¿Como no podría estar enamorado de ti?, eres hermosa y además súper simpática, lo traes loco - y no mentía, Liv en verdad era linda, tenía el pelo negro hasta la cintura, lacio con las puntas onduladas, ojos azules, y una tez impecable, era alta y delgada, además de ser demasiado divertida y buena amiga, era perfecta.
-Gracias Sara, pero no sé, a mi de verdad me gusta, y hemos tenido siete citas y todavía no me pide ser su novia, estoy confundida- dijo mi amiga un poco triste mientras terminaba el último bocado de su almuerzo.
-Liv tu solo......- no pude terminar de decir mi oración por que en eso sonó la campana que indicaba la hora de entrar a clases.
-Al rato te cuento- dije despidiéndome de ella y corriendo hacia la clase de Historia Universal, ya que en esa clase había llegado tarde cuatro veces y el profesor me había dicho que si llegaba tarde una vez mas no me dejaría entrar.
Llegué justo a tiempo, ya que segundos de que yo llegara a el aula entro el profesor Carlson .
-Señorita Black, me alegra ver que llegó temprano esta vez- me dijo el profesor haciendo que todos voltearan a verme, lo cual no me gustó por qué por lo regular no me gusta ser el centro de atención, y es irónico, porque siendo hija de unos empresarios tan reconocidos es difícil no ser el centro de atención.
En fin, saqué mis libros de historia y me puse a anotar lo que el profesor escribía, las demás clases se pasaron demasiado aburridas para mi gusto, hasta que sonó la campana de salida, recogí mis cosas y salí al patio para esperar el auto que por lo regular pasa por mi a la salida.
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La promesa que cambio mi vida
Teen FictionSara Blake una chica de 18 años, hija de exitosos empresarios y con el corazón roto, se entera que su padre hizo una promesa hace 17 años con un amigo que le cambiará la vida por completo. Buscas una novela con humor?, amor? Y una que otra decepción...