-Eres un tonto- le dije, o más bien le grite mientras estallaba a carcajadas, Ed era de las pocas personas que podían conseguir que me riera a carcajadas, me gustaba pasar tiempo con el, pero al parecer por la cara de fastidio que traían nuestros dos acompañantes a ellos no tanto.
-¿Que te parece si nos vamos de aquí? Es un poco aburrido ¿no crees?- me susurró en el oido, habíamos terminado de cenar y solo estábamos sentados viéndonos el uno al otro, en completo silencio, lo cual no había sido nada incómodo
-De acuerdo, vamos- dije para que después el se levantara e hiciera para atrás mi silla para ayudarme a salir, y seguido ofrecerme su mano, empezamos a caminar hasta la puerta, pero antes de llegar alguien me detuvo
-Sara, ¿a donde vas?- me preguntó Daniel con una mirada desconcertada
-Ya me voy, te veo en casa- dije soltándome de su agarre
-No, quédate- replicó volviéndome a sostener en brazo
-Suéltame, me quiero ir-
-¿Sara?- me miró fijamente Ed mientras me tendía nuevamente su mano, estuve a punto de tomarla pero un impulso me hizo voltear a ver a Daniel, tenía también su mano tendida hacia mi, y no me sujetaba, ahora esperaba que yo lo hiciera por voluntad propia
-Daniel que haces, vuelve aquí- gritó algo bajo y con tono molesto Naomi, estábamos haciendo una escena, literal mente era yo en medio de dos hombres que me tendían la mano para que fuera con ellos, uno dentro del restaurante y otro afuera
-Daniel, ahora- dijo más fuerte Naomi, cosa que hizo a Daniel voltear y retroceder unos pasos, y ahora con su mano aún tendida hacia mi pero más abajo, y eso fue suficiente para que tomara una decisión.Tome la mano de Ed y salimos corriendo de ahí, como siempre no fui la primera opción de Daniel, fue ella, y como siempre el volvió con ella, no iba a hacer nada más que estorbar si me quedaba ahí, Ed me seguía jalando de la mano mientras corría y reía hasta que nos detuvimos en un auto negro muy elegante
-¿Y esta reliquia?-
-Búrlate lo que quieras, iremos a mi casa a cambiar nuestro modo de transporte, sube- dijo abriéndome la puerta del copiloto para que entrara
Conducimos al rededor de 10 minutos hasta que llegamos a su casa, era una casa grande y bonita, no tan grande como la de los Evans pero si era grande, estacionó su auto y entramos a la casa, era de color beige y con muchos cuadros de pinturas abstractas en las paredes
-Toma asiento, me iré a cambiar y te traeré algo de ropa para que estés más cómoda, te ves realmente hermosa con ese vestido pero no creo que tengas mucha movilidad para el lugar a el que vamos- dijo mientras subía las escaleras y después desaparecía por un pasillo
Me quede sentada en el sillón de la sala, observando todo a mi alrededor y luego no supe nada más.Desperté gracias a un suave toque en mis labios, abrí mis ojos y note a Ed arrodillado frente a mi mientras con su pulgar delineaba mi labio inferior, este al darse cuenta de que lo observaba se alejó rápidamente y se tornó de un color rojo
-Ten, te traje una playera mía, y unos pantalones de mi hermana, espero que te queden, voy a la cocina ¿quieres algo?- dijo rápido y nervioso mientras caminaba hasta la entrada de La Cocina, ¿que había sido todo eso?
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La promesa que cambio mi vida
Novela JuvenilSara Blake una chica de 18 años, hija de exitosos empresarios y con el corazón roto, se entera que su padre hizo una promesa hace 17 años con un amigo que le cambiará la vida por completo. Buscas una novela con humor?, amor? Y una que otra decepción...