No te vayas. Esas palabras fueron como una bomba atómica en mi mente y mi corazón, por fin, después de todo ahora me pedía que me quedara
-Yo...- iba a responder, pero entonces sentí sus labios contra los míos, esto es raro, me gusta, pero es raro, es la primera vez que Daniel y yo nos besamos, es más bien un beso lento, me besa tan delicadamente como si sintiera que me voy a romper en cualquier momento, no sé cuánto tiempo duramos así, solo sé que nos separamos por falta de respiración, si no, créanme que seguiría así con el. Nos separamos y nos vimos directamente a los ojos, y por primera vez en mucho tiempo me inundo una tranquilidad que hace mucho no sentía, sus ojos seguían rojos y un poco hinchados, su iris ahora se veía aún más verde gracias al rojo que los rodeaba, creo que tengo una nueva obsesión, sus ojos.
-Wow- dijo
-Si, wow- conteste, nos quedamos en la misma posición aún mirándonos por unos cuantos minutos hasta que él rompió el silencio
-Tal vez no quieras pero... ¿podrías acompañarme a dormir?- me preguntó cabizbajo y con la mirada cansada. -No he dormido nada- me dijo dando un suspiro pesado, recuerdo que mencionó algo de unas pesadillas, ¿Que tan frecuente le ha pasado eso?
-Claro, vamos- le dije y tome su mano para después subir las escaleras, entramos y el cuarto era todo un desastre, las cortinas estaban rotas y tiradas en el suelo, la cama estaba des tendida y las sabanas estaban enredadas, el espejo del baño estaba roto, y los pedazos se encontraban por todas partes tirados, llegamos a la cama y nos acostamos uno frente al otro
-Daniel, ¿Que pasó aquí?- pregunte curiosa
-Lo siento, te prometo que limpiaré- dijo para después extender su brazo y colocar su mano en mi mejilla, después de eso dio un suspiro mientras en su rostro se formaba una pequeña sonrisa y cerró sus ojos para caer profundamente dormido. No sé cuántas horas han pasado desde que Daniel cayó rendido en brazos de Morfeo, pero sé que desde que lo hizo no he podido dejar de ver su rostro, y se que si alguien me viera parecería una completa psicopata, pero me gusta verlo así, tan relajado, tan tranquilo, pareciese que todo estuviera en paz. Me levante de la cama, no creo que Daniel despierte hasta mañana, ya son las nueve con veintiocho, tome un suéter y salí de la casa para cruzar el jardín y entrar en casa de los Evans, aunque parezca raro, llevo días sin platicar con mis padres ó mi hermana, abrí la puerta con la llave que me dieron, la casa estaba completamente callada, no creo que ya se hayan dormido, es muy temprano para la hora en que están acostumbrados dormir, camine a la cocina y me serví un vaso con leche cuando escuché unos pasos detrás de mi
-Hola linda- me dijo la señora Evans mientras entraba por la puerta
-Hola, disculpa ¿has visto a mis padres?-
-No están, se fueron a cenar todos, yo pase porque me siento un poco mal y no quería ir y echarles a perder la noche- dijo cansada
-Aah, está bien- dije cabizbaja
-¿Sucede algo?-
-No, no es nada, sólo estoy un poco cansada, eso es todo-
-Puedes contarme, te doy mi palabra de que no le diré a nadie- me dijo comprensiva, y no sé porque pero sonó tan sincera que decidí contarle
-Es Daniel-
-¿Que tiene mi bebe?- preguntó preocupada
-No, el está bien, creo-
-¿Entonces a que te refieres?-
-Ayer pase la noche fuera, con mi mejor amiga, y hoy que volví a la casa, todo estaba roto o desacomodado, pensé que alguien había entrado a robar pero Daniel me dio a entender que fue el y que luego lo limpiaría- dije en tono neutro, la señora Evans se quedó con la mirada perdida y tomó asiento. -No sé qué hacer- le dije después de unos minutos
-Por favor no le tengas miedo- me suplicó
-¿Miedo? No, nada que ver, es solo que me extraña su comportamiento- dije preocupada
-Mira linda, voy a contarte un secreto, Daniel necesita tomar medicamentos- me soltó de golpe, a lo que no supe qué responder
-¿Pero?...-
-Tiene ataques de ira, de niño le daban muy seguido, y conforme fue creciendo le daban cada vez menos, pero hace unos meses sus ataques volvieron, desde que llegaron ustedes no ha ido a sus citas con el doctor y supongo que tampoco ha tomado sus medicamentos, los primeros días de tu llegada le pedí que por favor se los tomará, pero dijo que estaba harto de que lo trataran como enfermo y ya no los ha tomado más- dijo triste
-Pero puede ser peor si deja de tomárselos ¿no?-
-Así es, pero no me escucha, tampoco ha querido ir con el psicólogo, ya ha perdido 4 citas-
-¿Con el psicólogo?- pregunte
-Si, tiene terapias para ayudarlo a superar, pero tampoco ha querido ir-
-¿Superar que cosa?-
-Eso no me corresponde a mi decírtelo linda, se que mi hijo te lo dirá en algún momento- dijo cabizbaja. -Por cierto, quiero darte las gracias, no sé que hiciste pero desde que llegaste no ha tenido esas horribles..-
-Pesadillas- dijimos al unísono
-¿Como sabes de sus pesadillas?-
-Lo he visto una vez, hace poco- dije triste
-Pero yo creí..-
-Y hoy cuando llegue, Daniel se veía cansado, tenía los ojos rojos e hinchados por haber llorado, y unas grandes ojeras debajo de los ojos, me dijo que no pudo dormir, me pidió que lo acompañara y nos acostamos, desde entonces está dormido- le explique
-¿Entonces pudo dormir el solo?-
-¿Como solo?-
-Me refiero a si no uso ningún medicamento-
-Ah, no , solo nos acostamos y se durmió- dije y seguido sentí unos brazos rodearme
-Gracias, nunca podré agradecerte lo suficiente por lo que has hecho- me dijo mientras me apretaba más fuerte
-De nada, pero no sé que hice-
-Veras, hace unos meses, cuando empezaron sus pesadillas nada ni nadie podía hacerlo dormir, tenía que tomar un medicamento muy fuerte para poder conciliar el sueño, y saber que ahora ha podido dormir sin necesidad de tomarlos me hace muy feliz linda, y por eso te doy las gracias- me dijo mientas sus ojos se aguaban
-De nada, pero no creo haber tenido nada que ver con eso-
-Oh, yo sí que lo creo linda, ahora ve de regreso, tienes que descansar, te veré mañana-
-Okey, hasta mañana- tengo muchas cosas en las cuales pensar, Daniel, ataques de ira, medicamentos, pesadillas, doctores, psiquiatras, Liv y Peter vendrán a cenar mañana, la casa está hecha un desastre, necesito dormir.
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La promesa que cambio mi vida
Teen FictionSara Blake una chica de 18 años, hija de exitosos empresarios y con el corazón roto, se entera que su padre hizo una promesa hace 17 años con un amigo que le cambiará la vida por completo. Buscas una novela con humor?, amor? Y una que otra decepción...