Capitulo 2 Viaje a Londres

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Eran las seis de la mañana, yo había madrugado para meterme a bañar y terminar de empacar, me vestí y baje a desayunar, en la mesa estaban sentados mi mamá, mi papá y Nori, camine hacia ellos y los salude con un beso en la mejilla de cada uno
-Hija ¿Ya no estás molesta conmigo?-
-Claro que no papi, ¿sabes qué? Ya quiero llegar a Londres- Mi plan era perfecto, hacerle creer que no estaba enojada, viajar hasta Londres y causar muchos problemas en la casa de los Evans para que vean que han tomado una mala decisión al comprometer a su hijo conmigo, después, hacer que Daniel quede mal enfrente de mis padres para que ellos no lo acepten, claro que primero lo tengo que conocer para saber que puedo usar en su contra, pero claro todo a su tiempo, a veces hasta yo me sorprendo por mis ingeniosos planes.
-Bueno la verdad me alegra mucho que ya quieras conocer a Daniel-
- Si, a mi también me da gusto- me dijo mi mamá, en su cara se podía ver su expresión de ¿Qué estas tramando?, por suerte mi padre no se dio cuenta.

Estábamos en el aeropuerto, ya llevábamos una hora y no pasaba nada, hasta que una voz me saco de mis pensamientos
-Pasajeros con destino a Londres favor de pasar a la puerta número cuatro
-Hasta que por fin- dijo Nori con voz de fastidio, ya que se la había pasado sentada sin hacer nada.
-Ven, vamos-le dije y ella me tomo la mano para caminar juntas hasta la puerta, entregamos nuestros boletos y nos subimos a el avión, apenas me subí me acomode en el asiento con Nori a mi lado, prendí mi ipod, me puse los audífonos y puse en aleatorio la música, antes de darme cuenta ya estaba dormida.
-Sara, Sara, Sara......- Desperté gracias a unas pequeñas manos que me estaban moviendo de un lado a otro, abrí los ojos y era Nori
-Hola enana- la salude y ella sonrió
-Hola, ya llegamos, te quedaste súper dormida- dijo ella con su hermosa voz de niña de siete años
-Mmm......, tengo flojera-
-Vamos hija, Daniel te está esperando en la casa Evans, y no querrás hacerlo esperar- dijo mi papá alegre
-Wow que emoción- dije con sarcasmo
Bajamos del avión y nos encontramos con el chofer de la familia Evans, mi padre lo saludo amistosamente y nos dirigimos hacia la limusina que los Evans o mas bien "Mis suegros" habían enviado para nosotros, durante el recorrido de una hora hasta llegar a la casa de los Evans lo único que hice fue ver por la ventana, ni siquiera pude disfrutar el paisaje porque pensaba en todo mi plan para hacerlo lo antes posible.
Al fin llegamos a una mansión un poco más grande que la mía, debo admitir que es hermosa, lástima que vaya a tener que causar problemas en ella, entramos y pasamos por el vestíbulo, los Evans si que tienen buen gusto, era una habitación grande, con un gran candelabro hermoso en el techo, en las paredes había cuadros majestuosos, y en el centro de la pared un retrato de la familia Evans, la señora se veía muy linda y joven, supongo que esa es Alicia, a su lado estaba el señor Joseph Evans, con la sonrisa de siempre, y delante de ellos había tres niños, una bebe con el pelo castaño como el mío, y tenia unos ojos azules muy grandes, con una tez blanca, era hermosa, a su lado se hallaba un niño de pelo café y ojos verdes, era muy lindo, daba ternurita de solo verlo, y el otro era un muchacho rubio de ojos azules y cabello largo, debo admitir que se veía guapo.

-Joseph, Kate, vengan acá, que gusto de verlos- se escucho a lo lejos la voz del señor Evans
-William amigo- dijo mi papá corriendo a saludarlo
-Alicia ya llegaron - diciendo eso apareció en la sala la señora de la pintura que estaba en la sala, se veía igual de hermosa, claro que con un poco mas de años
-Buenas tardes, sean bienvenidos a mi humilde mansión, que también es su mansión- diciendo esto hizo una reverencia como en las películas de antes donde salían caballeros, dragones y princesas encerradas en torres, de hecho yo me sentía encerrada en una.
-Que amable es usted, permítame presentarme, soy Kate Black, un placer- y mi mamá parecía seguirle el juego, de repente las dos soltaron una carcajada y corrieron a abrazarse, yo no entendía lo que pasaba, parecía que se conocían de toda la vida
- Hay Alicia, hace cuanto tiempo- dijo mi mama riendo
-Lo se Kate. Hace unos veinte años desde que fuimos a ese viaje a Paris-
¿Mi mamá y la señora Evans habían ido a Paris? y nunca me lo había dicho, bueno no me extraña, ya que tampoco me dijo que conocía a la señora Evans.
-Alicia te ves muy bien, y ¿Cómo están tus hijos?-
-Bueno ya mejor, no se puede cambiar lo que pasó, todavía les duele pero lo superarán, bueno dejame los llamo para que los conozcas-
-Daniel, Andrew , Leia, bajen a saludar- dijo la señora Evans, en eso bajaron dos muchachos realmente guapos, uno rubio y otro castaño, creo que esos eran los niños de la foto, y después bajo una niña como de unos seis o siete años, era la de la foto que tenía el pelo café y los ojos azules, se veía muy linda con su vestidito rojo y sus zapatos brillantes negros.
-Buenas tardes, mi nombre es Andrew- dijo el rubio dirigiéndose a mi familia, luego volteo hacia mi.
-Buenas tardes señorita- dijo para luego besar mi mano, wow, esto si parecía una película antigua.
-Hola, soy Daniel- dijo el chico de ojos verdes y pelo castaño, ni siquiera se me acerco, solo me dirigió una mirada que me dejo helada, no podía descifrarla, tal vez era ¿odio?, pero es imposible, ni siquiera nos conocemos, rápidamente supe que era uno de esos chicos que se creen superior a todo el mundo y tienen el ego más arriba que su cabeza, obviamente me cayó mal, no era de mi tipo, ya que miraba a mi familia con superioridad.
-Hola, me llamo Leia, tu ¿Cómo te llamas?- pregunto la niñita que me miraba atentamente mientras yo me sentía como un bicho raro
-Hola, me llamo Sara, es un placer Leia - dije con una sonrisa un poco fingida, no es que ella me cayera mal, si no que yo me sentía un poco incomoda, ya que todos tenían su mirada puesta en mi.

La promesa que cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora