-Hola risitos- le dije y automáticamente una sonrisa se formó en mi rostro
-Hola B- dijo el sonriendo de la misma manera en que yo lo había hecho, se veía despeinado, y traía la respiración acelerada, estuvo corriendo, traía una chaqueta de cuero color café, una playera de color azul marino y unos jeans oscuros, igual de impecable como siempre. - Buenas tardes- dijo al inmutarse de que no éramos las únicas personas en la habitación
-Buenas tardes- contestaron al mismo tiempo la señora Evans y mis padres, excepto Daniel, este solo se quedó mirándolo serio con el cejo algo fruncido
-¿Que haces aquí?- preguntó cortante Daniel
-No te preocupes, no te vengo a ver a ti- le contestó Ed igual de cortante, okey, me gusto su contestación, Ed 1 / Idiota 0.
-Creo que deberías de irte antes de que las cosas se pongan feas- dijo Daniel aún más serio y con voz amenazante, la señora Evans y mis padres solo veían la escena de estos dos muchachos sin saber qué hacer
-¿Ponerse feo?, mira, voy a dejártelo así, la persona que me importa aquí es Sara, si ella quiere que me vaya me iré, y si no, lo siento mucho por ti porque estaré a su lado de ahora en adelante, ¿Entiendes?, ¿B?- termino de decirle a Daniel para después hacerme la última pregunta a mi, refiriéndose a si se quedaba o se iba, yo solo mordí mi labio y voltee a verlos a ambos
-Quédate- fue lo único que le dije para que instantáneamente se formara una sonrisa en su rostro y ver de espaldas como la cabeza de Daniel caía un poco ¿decepcionado?. Ed se acercó a la cama donde yo estaba y depósito un beso en mi frente, mientras dejaba en una mesita de a un lado un osito de peluche color beige y unos globos, no sé cómo no note antes que traía eso cargado, voltee y le sonreí sin ganas
-Bueno, me iré a la casa a bañar y me quedaré allá, aquí no me necesitan- dijo serio y en voz baja mientras caminaba hacia la puerta y salía por esta, era una tonta, ni siquiera lo detuve o le dije algo para que no se sintiera así, genial, ahora me sentía mal conmigo misma.Pasaron unas cuantas horas y Ed seguía a mi lado tal y como lo dijo, Daniel no se volvió a aparecer por el hospital, debo admitir que extrañaba al idiota, y aunque no fuera mucho tiempo el que no lo he visto, extraño oír sus tonterías, que las dice como si fueran la cosa más seria del mundo, o cuando el hoyuelo del lado izquierdo se forma en su mejilla cuando hago algo ridículo, wow, que cursi soy, el hombre se fue hace unas 4 horas y yo estoy aquí tirada en la cama del hospital pensando en el y en lo cruel que fui con su dignidad. Gracias al señor Evans me dejaron salir antes de tiempo, solo me dieron unos analgésicos y que guardara reposo lo que queda del día de hoy y mañana, nada fuera de lo normal, me subí al auto de Ed y me llevó a casa, me acompañó hasta la puerta, pero antes de entrar note que algo andaba mal, la puerta estaba abierta, por mi mente solo paso un nombre. Daniel. Alguien pudo haber entrado a robar, ¿dónde estaría el?, ¿Estará bien?, rápidamente entre gritando desesperada
-Daniel, Daniel, Daniel...- grite una y otra vez corriendo por la planta baja de la casa, no contestaba, y mi cabeza comenzaba a doler con el infierno,
-B, no puedes gritar ni correr, ¿Que te ocurre? Acabas de salir del hospital, tu cabeza no aguantará- me dijo Ed al mismo tiempo que sostenía mi cuerpo, ya que el dolor d mi cabeza hizo que me debilitará
-¿Sara? ¿Que pasó? ¿Que le hiciste?- llegó la persona por la que mi mente no había dejado de dar vueltas, Daniel, lo mataría por estar gritando, mi cabeza arde
-Yo no le estoy haciendo nada- gritó de vuelta Ed que se encontraba a un lado mío, pero rápidamente se arrepintió ya que vio como me doblaba ante el ruido, mi cabeza ya no podía seguir con esto, quería llorar del dolor, debí quedarme en el hospital.-Sara, ¿Estas bien?, ven te llevaré a la cama- me dijo Daniel en voz baja acercándose a mi con cuidado
-Mejor la llevaré a mi casa- dijo Ed deteniéndome el brazo para que no siguiera avanzando
-¿De que estas hablando hombre? Esta es su casa y se quedará aquí conmigo donde pertenece- dijo en voz baja pero firmemente
-Estando aquí solo le vas a causar más dolores de cabeza, y me preocupa su salud, creo que será mejor que hoy la pase en mi casa, dónde estará tranquila y bajo mi cuidado
-No sé quién te creas pero...- comenzó a defenderse Daniel pero lo interrumpí antes de que continuará con esta tonta discusión
-Ed, creo que Daniel tiene razón, esta es mi casa y enserio me gustaría dormir aquí- dije mirándolo apenada
-No pasa nada hermosa, es tu decisión, te mandaré mensajes para ver cómo estas y vendré a verte, descansa- me dijo para después dejar un beso sobre mi frente. -Cualquier cosa me llamas ¿De acuerdo?- agregó finalmente antes de irse.
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La promesa que cambio mi vida
Teen FictionSara Blake una chica de 18 años, hija de exitosos empresarios y con el corazón roto, se entera que su padre hizo una promesa hace 17 años con un amigo que le cambiará la vida por completo. Buscas una novela con humor?, amor? Y una que otra decepción...