Capitulo 3 La incomoda cena

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-Bueno que les parece si pasamos al comedor a cenar- dijo la señora Evans señalando el comedor y terminando con el momento incomodo
Todos la seguimos hasta llegar a el comedor, mis ojos casi se salen al ver toda la comida que había en la meza, y claro que con el apetito de oso grizzli  que tengo ya era de esperarse que me sintiera en el paraíso por tanta comida, era una mesa enorme, medía como siete metros, y parecía que estaba tapizada de pura comida, el comedor tenia decoraciones de madera muy modernas, pero a la vez clásicas, las sillas de madera oscura tapizadas con tela azul rey con pequeñas salpicaduras doradas, y en el techo arriba de la mesa había dos candelabros hermosos, realmente era un comedor muy bello, todos tomamos asiento, y me toco sentarme a un lado de la señora Evans y en frente de Andrew.
-Así que Sara, linda, cuéntanos de ti- dijo la señora Evans esbozando una amplia sonrisa
-Huy si, estamos ansiosos por saber sobre tu maravillosa vida- dijo Daniel con sarcasmo, parece que nadie lo noto más que Andrew y yo, ya que note como fulminaba con la mirada a Daniel.
-Bueno, tengo 18 años, vivo en Portland siempre he querido ir a Italia, mi mejor amiga se llama Olivia, siempre he querido un perrito, me gusta el color verde, no me gusta el chocolate y creo que eso es todo-. Pero si que eres tonta te estas presentando a tus futuros suegros no a tus compañeros de escuela, a ellos que les importa que quieras un perro, me señalo mi conciencia.
-Italia es muy hermosa, tal vez algún día Daniel pueda llevarte, a lo mejor de luna de miel- dijo el señor Evans
-Claro, ¿Qué más quiere la princesa, que te lleve de caballito de aquí a suiza?- dijo Daniel burlándose
-Sara si quieres yo podría llevarte, de hecho en un mes tengo que ir por la fiesta de un amigo, y no sería ningún problema llevarte- dijo amablemente Andrew
-Por mi te la puedes secuestrar y llevártela ahora mismo a Italia, y no se preocupen por mí, no creo extrañarla- dijo Daniel siendo un completo grosero, ni siquiera se notaba que venía de una familia con clase, no es que a mi se me notara verdad, pero yo no le he dado motivos para que me hable asi.
-Quisieras ser un poco mas amable, ya me canse de ti y de todas tus estupideces, ni siquiera a ella, que va a ser tu futura esposa la respetas, ya ni porque es mujer- dijo Andrew enfadado
-No le he faltado al respeto, solo he dicho que te doy permiso de llevártela a Italia-
-Niños, por favor no podemos tener de perdido una sola cena sin que se estén peleando-dijo un poco enojada la señora Evans
Después de eso la cena siguió tranquila, nadie hablo, solo nos dedicamos a terminar de cenar y después la señora Evans nos guio a cada quien a sus habitaciones, primero fuimos a la de mis papas y Nori, ya que le daba miedo quedarse en otra habitación, y al final pasamos a la mía.

La promesa que cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora