Capítulo 13 ¿Que paso aqui?

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Me desperté gracias a los rayos del sol que entraban por la ventana, me giré en la cama al lado contrario pero no sentí a Daniel, abrí los ojos y mire a mi alrededor, esta no era nuestra habilitación, sigo en el departamento de Peter, frote mis ojos y me senté en la cama, di un pequeño bostezo y busque con la vista algún baño, no lo encontré, me puse de pie y salí por la puerta de la mini habitación
-¿Quieres Hot Cakes?- me pregunto Peter desde la cocina
-Dos por favor-
-Salen dos Hot Cakes de la casa en seguida- dijo imitando a un cocinero de un restaurante
-Yo quiero dos, buenos días bella durmiente, almuerza para que después te acompañemos a tu casa- me dijo Liv serena
-No es necesario que me acompañen, puedo regresar yo sola- dije con mucho cuidado cada palabra para que no fueran a mal interpretarme
-No es ninguna molestia, además quiero ver que estés segura con ese tipo ahí en la casa-
-Olivia cállate y siéntate, deja de marear a Sara con tus paranoias y come- dijo Peter cansado al mismo tiempo que ponía frente a cada una su respectivo plato de Hot Cakes
-Peter..... son como los que hacía mi abuela- le dije al mismo tiempo que mis ojos comenzaban a aguarse
-Si, desayuno especial- dijo sonriendo, mi abuela era una mujer mexicana, a los diecinueve se enamoro cuando fue a un intercambio a París, de un joven de Estados Unidos, mi abuelo; Ellos se mudaron a Francia antes de que yo naciera, y de niños mis padres nos llevaban a Peter, Olivia y a mi a su casa y mi abuela nos preparaba su "desayuno especial" que consistía de Hot Cakes, con crema batida encima, decorados con fresas y algunas chispas de chocolate,  y finalmente miel encima de todo, eran nuestros favoritos, y a la abuela le encantaba hacerlos, mi abuela falleció hace 4 años, cuando yo tenía quince, fue lo más doloroso que he pasado en mi vida, y se que a Peter y Liv les movió el mundo igual
-Esto va por ti abuela- dijo Peter mirando al techo mientras sonaba mi brazo, ellos le decían abuela a mi abuela, y ella los quería también como a sus nietos
-Va por ti- dijo Liv con los ojos aguosos mientras igual miraba hacia arriba
-Va por ti abuela- dije igual y después empezamos a comer, el almuerzo fue callado, pero no era un silencio incómodo, sabíamos que cada quien necesitaba pensar, así que decidimos no hablar.

-¿Aquí vives?- preguntó Peter sorprendido por el tamaño de la casa
-Bienvenidos a la mansión Evans- dije sin importancia
-Y ¿tú vives en la casa que está a un lado?-
-Así es, era un invernadero, pero la remodelación y ahora es como un departamento grande de dos pisos- dije
-Una casa- dijo Peter obvio
-Me da igual-
-Oye, ¿se supone que la puerta este abierta?- preguntó Liv preocupada
-Daniel...- su nombre salió como un susurro de mis labios, algo estaba mal, entre corriendo a la casa, había una lámpara rota en el piso, uno se los sofás de la sala estaba en otro lugar, las luces estaban apagadas, rápidamente la sangre se me bajó hasta los pies, solo podía pensar en cosas terribles y una sola pregunta inundaba mi mente ¿Donde esta Daniel?
-¿Sara?- me pregunto Peter al mismo tiempo que hacía un ademán para que saliera de la casa
-¡Daniel!, ¡Daniel!, ¡Daniel!- comencé a gritar desesperada, y unas lágrimas amenazaban con salir de mis ojos
-No grites, si hay alguien malo en la casa va a saber que estamos aquí- me trató de callar Olivia, pero no me importó y avance más adentro en la casa, fui a La Cocina y me pasee por la sala, hasta la puerta trasera mientras seguía gritando su nombre, hasta que unos pasos rápidos bajando por la escalera llamaron la atención de los tres, y ahí, al pie de las escaleras estaba el, con sus rizos por sin ningún lado, sus ojos rojos, parecía que había estado llorando, sus ojeras eran enormes, sus labios estaban pálidos, vestía una playera lisa con un pantalón de mezclilla oscuro, no traía zapatos y sus nudillos estaban rojos y algunos sangraban, me miró como si fuera un fantasma y después dejó salir el suspiro más largo y desgarrador que he escuchado en toda mi vida
-¿Sara?- preguntó bajo para el mismo en un tono de incredulidad, rápidamente sus ojos se comenzaron a aguar y yo no resistí más y corrí a abrazarlo, solo quería abrazarlo, quería cuidar de él, se veía tan frágil, casi roto y me partía el alma, me partía el alma verlo tan pálido, con sus ojos rojos de tanto llorar, tan vulnerable, apenas sintió el contacto de mis brazos alrededor de su torso se estremeció y seguido me devolvió el abrazo, fue el abrazo más sincero que jamás me han dado, me abrazó fuertemente como si nunca quisiera que nos separáramos, como si tratara de decirme algo
-¿Estas bien?- preguntamos los dos al mismo tiempo, lo que hizo que una sonrisita saliera de nuestros labios
-¿Que te pasó? ¿Que pasó aquí?- pregunte preocupada tratando de que su mirada se cruzará con la mía
-Yo lo...-
-Sara, creo que es mejor que vengas con nosotros- dijo Liv lentamente mientras su mirada estaba fija en Daniel, el solo me apretó aún más contra el, era obvio que no quería que me fuera
-No, gracias Liv, pero voy a quedarme aquí- le dije en voz baja
-Sara..- me contestó Peter arrastrando la palabra
-Oigan es enserio, voy a quedarme aquí- les conteste firme
-¿Al menos podemos hablar a solas?- me preguntó Liverpool en voz baja
-Claro- le respondí, intente separarme y Daniel me apretó más a él
-Solo voy a hablar con ellos, no me iré, siéntate en el sofá, te traeré un té- me miró dudoso. -Te prometo que no me iré- le dije mirándolo a los ojos una vez mas, me soltó poco a poco y se sentó en el sofá, camine con Liv y Peter hasta la cocina y empecé a sacar las cosas para hacer el té
-No quiero dejarte sola- dijo Liv con tono de preocupación
-Voy a estar bien Liv, es más si quieres vengan mañana a cenar para que veas que todo está bien- le dije relajada
-Prométeme que todo está bien- me pidió
-Todo está bien Olivia, deja de ser tan paranoica- le dije divertida
-No estoy bromeando, estoy preocupada, creo en ti, así que me iré, pero cualquier cosa que intente hacer, o que te quiera golpear o te hable mal, me hablas y vengo por ti rápidamente-
-Olivia, Daniel no es un monstruo, es una persona, no tengo idea que le pasó, pero apenas se vayan ustedes lo voy a averiguar, no lo conoces así que por favor no hables así de el- conteste irritada
-De acuerdo mamá- dijo divertida. -Pero enserio, cualquier cosa llama- continuó en tono serio
-Voy a estar bien, los acompaño a la puerta-
-No me voy, me corren- dijo Peter divertido
-No los corro, solo estoy cansada, los espero mañana para cenar- les dije mientras apoyaba mi cabeza en el marco de la puerta
-¿A las 9 te parece bien?- preguntó Peter
-Perfecto, aquí los espero, adiós, descansen- termine de decir y cerré la puerta, camine hasta la cocina sin antes dar un vistazo rápido a la sala donde vi que Daniel seguía sentado con la mirada perdida, continúe mi camino y serví él té en las dos tazas y fui hacia el
-Aquí tienes- le dije mientras le tendía una de las tazas
-Gracias- me contestó para después acercarla  a sus labios y beber un sorbo
-¿Que pasó Daniel? La verdad- le dije sería, quería que me contara porque la casa estaba en este estado, ¿Porque él estaba en este estado?
-Termine con Naomi- dijo serio
-Claro- dije y me levante, pero antes de que lograra dar un paso él me sujetó del brazo y me regreso al sofá
-Termine con ella porque no es para mi, después de que te fuiste me sentí la peor persona de este mundo otra vez, explote, no se porque te dije eso, enserio quiero que sepas que no creo que seas una zorra, lo siento mucho, mi mente no me dejaba en paz por haberte llamado de esa manera, cuando te fuiste no supe qué hacer, te llame cientos de veces pero no contestaste y creí lo peor, ni siquiera me pasó por la mente que no me quisieras contestar, le dije a Naomi que se quedará aquí por si tu volvías y así yo podía salir a buscarte, pero empezó a tomar una actitud muy infantil, me dijo que no valías nada y que era mejor que te dejara sola en la calle, así que me harté y termine con ella, le pedí que se fuera de mi casa y que no volviera, te deje una nota en la mesa y salí a buscarte, camine por horas pero no te encontré y cuando volví estaba tan molesto conmigo mismo y comencé a golpear cosas, no podía dormir de lo preocupado que estaba, acababas de salir del hospital y luego lo que te dije, tu cabeza, solo pensé lo peor, te esperé despierto pero de vez en cuando me quedaba dormido y tenía pesadillas otra vez, no te vayas.

La promesa que cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora