Silencio, era lo único que estaba presente en el aire de la habitación, Daniel veía hacia el piso mientras yo lo miraba a él esperando a que dijera algo, pero como no salió nada decidí romper yo el silencio
-Hola- ¿Hola? Bien Sara, que inteligente respuesta ante esta situación
-Hola, ¿Quieres que te ayude a subir?- me respondió que en voz baja
-Si, gracias- Le respondí y después se colocó a un lado mío y me sujetó por la espalda y tomo mi mano, subimos las escaleras y me ayudó a acomodarme en la cama
-Estaré abajo, si necesitas algo solo mándame un mensaje- me dijo al mismo tiempo que señalaba mi celular con su mirada
-¿Porque no te quedas?-
-No puedo-
-¿Como que no puedes?- pregunte confundida
-Va a venir alguien-
-¿Quién?-
-Alguien- dijo cortante pero aún en voz baja para evitar que me doliera la cabeza
-¿Naomi?- pregunte, no contestó, pero su mirada fue más que suficiente para indicarme que estaba en lo cierto. -Bien, vete, ¿que esperas?- le dije exaltada
-No te pongas así, y por favor no grites, te va a explotar la cabeza, tranquilízate- me dijo haciendo un ademán con las manos que señalaba que me tranquilizara
-¿Que me tranquilice? ¿Estas idiota o te haces?-
-Pero..-
-¿Pero que Daniel? Estás comprometido conmigo, estoy recién salida del hospital, debo de guardar reposo, dijiste que me cuidarías ¿Y piensas que es buena idea traer a la zorra de Naomi?-
-¿Y eso en que te afecta?, estoy completamente consciente de que estamos comprometidos, pero no por gusto, Naomi es mi novia, y no quiero que le vuelvas a llamar zorra, además el hecho de estar comprometidos no te afecto en nada cuando te fuiste toda la noche con el tipo ese- me dijo gritando muy fuerte y con la cara completamente roja del coraje
-Yo..-
-Tu nada, aquí la zorra es otra- termino de decir para después recibir una abofeteada de parte mía con las últimas fuerzas que me quedaban, empezaron a salir lágrimas y a escurrirse por mis mejillas desconsoladamente, mi cabeza ardía más que nunca, mis ojos no me permitían ver por las lágrimas que brotaban de ellos enseguida de que otras caían, el pecho me dolía mientras subía y bajaba rápidamente
-Sara..., no quise, te lo juro, nunca quise- empezó a decir con cara de preocupación mientras lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, su respiración también empezaba a hacerse más fuerte a igual que el dolor en mi cabeza
-cállate, no me hables- lo interrumpí mientras me levantaba de la cama con las pocas fuerzas que me quedaban, salí del cuarto y por milésima vez no me detuvo.
Salí de la casa y empecé a caminar sin rumbo alguno, camine y camine hasta que de repente vi el cielo empezar a cambiar de color, trayendo la noche a la ciudad, estaba perdida, muy perdida, no había nada queme indicara en donde o por donde estaba, ni siquiera me fije que dirección tome saliendo de la casa, quiero llorar, llorar de frustración y enojo, Daniel y yo estamos comprometidos, pero no hay nada más entre nosotros, el prefiere a la chica alta, bronceada, de cabello negro y ojos obscuros, yo, todo lo contrario, soy baja, algo pálida, de cabello castaño claro y ojos avellana, nuestras personalidades son muy distintas, y no parece que el y yo seamos compatibles. ¡Tienes un mensaje nuevo!, me avisó mi celular Haciendo que dejara de pensar en DanielDesconocido:
¿A caso estas perdida?
Pdta. No me agradeciste por lo que deje en tu puerta
esta mañana.Mi corazón empezó a palpitar rápidamente, gire mi cabeza en varias direcciones, alguien estaba siguiéndome, si no como sabría que estoy perdida
-Boo- dijo alguien detrás de mí para seguido desmayarme sin poder ver la cara dela persona
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La promesa que cambio mi vida
Teen FictionSara Blake una chica de 18 años, hija de exitosos empresarios y con el corazón roto, se entera que su padre hizo una promesa hace 17 años con un amigo que le cambiará la vida por completo. Buscas una novela con humor?, amor? Y una que otra decepción...