6

842 51 2
                                    

—Ivy, quiero que te quedes por un momento aquí, y trata de calmarte.

—Bueno. —suspiró con la respiración demasiado agitada.

La deje justo al frente del ascensor, caminando por el largo pasillo, llena de habitaciones, hasta que llegué a la de él.

Toque la puerta, unas dos veces, hasta que Jared salió.

—Hola —sonrió, mientras daba un mordisco a la manzana que traía en sus manos.

—Hola, vine con Ivy, la deje por el ascensor, ¿Estás seguro que sea buena idea? —pregunté, viendo de reojo a Ivy quién no dejaba de caminar de un lado a otro.

—Me ha tocado conocer muchos tipos de personas, no creo que ella dañe mi perspectiva —rió —. También están aquí Shannon y Tomo.

—Es un tres por uno, ella si que tiene suerte —me encogí de hombros mientras reía.

—Tú también tienes suerte —me dio un golpecito en el hombro — solo que aún no te das cuenta.

—Cómo no, las vacaciones se acercan, tienes razón —dije, sabiendo que no se refería a aquello, riendo conmigo —bueno, llego la hora.

Le hice una seña de que viniera hasta mí, ella paro en seco, haciendo señas con qué si Jared estaba justo ahí, la entendía perfectamente.

Asentí, volviendo a llamarla, ella camino lentamente, hasta llegar a la puerta de espaldas, sin siquiera voltear a verlo.

—Becca... —me dijo con la voz temblorosa.

—Ivy... —puse los ojos en blanco mientras Jared reía al ver aquella escena.

—¿Está ahí? —preguntó.

—Detrás tuyo, si.

—Hola, Ivy —saludó.

Ella giró lentamente, hasta que lo observo, tapándose la boca con sus manos, tratando de no gritar.

—Hola... Eres tú... —dijo sin poder creerlo, dándole un pequeño abrazo que el correspondió con mucho gusto.
—Me agrada conocerte Ivy, pasen, aún te falta conocer a los demás.

Ella asintió sin poder decir una palabra, mientras entramos al lugar.

Entonces aparecieron los dos, con algunos globos y gritando el nombre de Ivy. Esto si que le ha hecho feliz.

—¡Ivy!

—¡Ustedes! —reímos, al verla tan alterada.

—Ven con nosotros Ivy, es un gusto conocerte —dijo Shannon, llevando a Ivy a alguna parte de la suite.

—Gracias por hacer esto a Ivy, me imaginó cómo estará ahora —reí mientras Jared y yo nos sentamos en el mueble.

—No creas que solo hubo sorpresas para Ivy, tengo algo para ti —me dijo, sacando de su bolsillo una cajita de color negro.

Me acerqué a él, viendo con exactitud aquella gran pulsera con un pequeño diamante cómo un dije.

Él tomo mi mano, fijándose detenidamente en ella, sus manos eran muy suaves, él sujeto la pulsera, poniéndola alrededor de mi muñeca.

Sonreí, mirando aquél detalle.

—Es hermoso, gracias... No debiste gastar en esto —susurré —Se supone que yo tendría que hacer algo por ti.

—No es nada, Becca, no hay nada que pagar, no quiero que sientas esa necesidad, ya basto. —asentí, mientras él me envolvía en un cálido abrazo.

Su aroma quedó impregnado en mí, cerré los ojos, disfrutando aquél momento, miles de cosas fluían de mí y no sabía con exactitud que es lo que estaba sintiendo en ese preciso momento. Era ridículo que estuviera eufórica por que alguien me abrazará. Pero así están las cosas.

—Sobre las fotos, lamento por eso —se disculpó.

—No importa, solo son fotos y ya, pero admito que me dio algo de miedo cuándo los vi ahí parados, mirándome, literal... Salí corriendo —sonreí mientras escuchaba su plácida risa —. Así que... ¿Cómo empezó todo esto?

Jared empezó contándome acerca de su familia, de cómo todo aquello influenció a que él y su hermano se integrarán al mundo de la música.

Su padre los había abandonado cuándo apenas Jared era un bebé, su madre tuvo que trabajar en muchos oficios, tanto así que viajaban a distintos lugares y era muy poco el tiempo que se quedaban. En cuánto él creció, ayudo a su madre, ya sea trabajando en algún restaurante o cómo camarero. Hasta que sin darse cuenta, él y su hermano empezaban a formar una banda, dónde se unió Tomo al último momento ya que necesitaban un guitarrista, llegando a dónde están ahora.

—Nuestras madres son unos ángeles —sonreí —Al menos tuvimos a ellas a nuestro lado.

—La amo por todo lo que tuvo que hacer para que yo y Shannon salgamos adelante —me dijo sonriendo de lado.

—Aún no logro entender porqué papá hizo todo esto, supongo que nunca nos amo a mí y a mi madre —baje la mirada, pensando en todo lo que tuve que enfrentarme para poder estar en paz.

—Yo me preguntaba lo mismo, pero ahora ya no tiene sentido que sigas con esa duda, ahora eres feliz, ¿No es así?

Su dedo índice fue hacía mi mejilla, haciendo que lo mirara nuevamente, él parecía estar preocupado al no escuchar mi respuesta. Entonces fue hacía mí, provocando que me acostara en su hombro mientras él se apoyaba en mi cabeza a la vez que jugaba con mi cabello.

—Prometo que todo irá bien a partir de ahora, Becca, no mereces seguir pasando por esto —murmuró, dando un pequeño beso en mi frente.

—¿Tan importante soy para ti?

—Por alguna extraña razón, si, eres importante para mi —sonreí, escuchando nuestras pequeñas risas.

—Tú también para mí —susurré, centrándome más en él, sin poder observarlo sabía que ahora estaría sonriendo.

—¡Becca! ¡Si tienen sala de cine y... —exclamó Ivy a lo alto, callándose en cuánto me vio a mí y a Jared juntos.

—Creo que entramos en un mal momento —dijo Tomo detrás de Ivy, llenó de brillantina en su cabello.

—No me digas, sabía que esto pasaría, fue culpa de ustedes —se excusó Shannon.

—Oigan, no pasa nada —les dije mientras caminaba hacia ellos.

Ellos tres se quedaron callados, haciendo miradas extrañas, exacto, no creían ni un poco en lo que había dicho.

—¿Celebraron? —les preguntó Jared a ellos.

—Ivy es muy buena en Twister —dijo Tomo chocando los puños con ella.

—Estuve apunto de romperme el cuello —dijo Shannon.

—No seas nenita. —reclamó Tomo.

—¿Quieren jugar? —Preguntó Ivy a mi y Jared.

—Yo pasó, girare la rueda.

—Oh no, no harás eso, jugaras y punto —exigió Ivy.

—Vamos a jugar y tú también —me dijo Jared, sujetándome de mis piernas, para luego recargarme en su hombro, llevando hasta la sala.

—¡Bajame! ¡La última vez casi término cómo Shannon!

—No la sueltes, Jared. —advirtió Ivy.

—Mañana no tendrás galletas Ivy. —bufé.

—No importa, hoy te divertirás.



No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora