53

208 18 1
                                    

Becca

Transcurrieron dos semanas enteras en aquél estado, pero este avanzaba de a poco y el dolor con el que llegaba era insoportable, pero con cada día que pasaba trataba de verlo como algo insignificante, estaba más que segura de lo fuerte que tengo que ser.

Elena días después de mi llegada, me obligó a llamar a mamá, quién fue imposible controlar su preocupación, llegó hasta la casa junto a Ben y Dylan, por lo que se estarían quedando en un hotel cerca de por aquí, no quería abrumar a mamá estando aquí así que a duras penas accedí que viniera a verme, no quería verla sufrir por mi culpa.

Ya se cumplieron dos meses en este día, y mi amor por mi pequeño crecía de una manera descomunal, no existía ningún grado de peligro en mí mientras su pequeño corazón latía conmigo.

—¿Algo anda mal? –pregunto mamá hacia Will, mientras que su otra ayudante limpiaba aquél líquido de mi estómago luego de otra ecografía.

—Dicelo Will –dijo Jared, siguiendo de pie frente al ventanal, quisiera poder calmarlo pero era incapaz de hacerlo.

El castaño suspiró, caminando hasta a mí, observando con algo de miedo ante sus palabras al igual que todos los que se encontraban ahí.

—El bebé no se está nutriendo muy bien, haremos que Becca coma algo blando ya que la comida intravenosa no es de gran peso, pero no elimina la posibilidad de que haya más riesgos de los que ya existen, la madre está muy mal y a este paso para los nueve meses no tendrá suficiente fuerza para dar a luz, mientras esto siga así, se recurrirá a un aborto, pero solo si Becca está de acuerdo.

—No, no lo haré –fue mi respuesta inmediata, viendo el semblante de Will ante mi respuesta, era predecible lo que podría pasarme al tomar esta decisión.

—¿Qué? No... Becca, no puedes... Sácalo ahora –respondió Dylan en un ataque de furia. 

—Nadie decide por ella –defendió Elena.

—¿No hay otra manera? –pregunto mamá.

—Solo hacer lo necesario para que se mantenga fuerte –dijo Will.

—No puedes hacer esto –hablo Jared al borde de las lágrimas, al igual que los demás.

—¡Tú tienes la culpa! –exclamo Dylan, caminando hacia él.

—Si es necesario sacar al feto, es mejor que lo hagan, Becca tu no puedes irte, te está dañando –dijo Alexa, entrando en u debate con todos.

—¡El bebé no tiene la culpa! Vivirá –dijo Elena hacia ella.

—¡Estás peleas absurdas dañan a Becca! Ella tomó su decisión –dijo Tania, quien se levantó de su asiento —Ellos necesitan hablar.

Todos en la sala de will se fueron, exceptuando a Jared.

Mi dolor era inexplicable, mis sentimientos se dividían, mis opciones de vivir o morir estaban igual, y podía ver lo tanto que a él le afectaba.

Me observó, saliendo de sus ojos unas cuantas lágrimas.

—Estaré bien, puedo hacerlo... Verás que estaré bien, yo y el bebé, pero si no es así... Prometeme que lo amarás tanto como yo... –dije acariciando su rostro, buscando transmitirle la poca fuerza que tenía –porfavor...

—Te lo prometo...

Fue lo único que me dijo, alejando mi mano de su rostro y caminando hacia la salida, apesar de llamar su nombre, él no decidió voltear, y fue ahí cuando me hice la idea de que de alguna manera tenía mis días contados, sin embargo, lo veía como algo que valdría la pena, estoy en esto yo sola.

Los días pasaban, y en la casa solo ponía notar tensión, todos pensando en alguna que otra solución, mientras que yo seguía cargando todo, mi visión ya no era la misma de antes, a menudo podía visualizar algo borroso, destellos que no me dejaban ver muy bien, mis fuerzas no eran demasiadas, y Elena me ayudaba casi con todo lo que antes podía hacer, como bañarme, o tan si quiera ponerme una blusa que al estirar mis brazos estos me dolían demasiado, todo lo tenía que hacer lento.

En mis sueños podía verme junto a mi bebé, los demás, tan felices como yo, solo esperaba con ansias llegar a ese día, se que puedo hacerlo.

—Al parecer todos siguen preguntándose por ustedes –dijo Dylan, señalando hacia la televisión, donde lo que dijo era verdad, y me sentí aliviada.

—Es mejor que siga así que tenerlos rodando por aquí –dijo Elena refiriéndose a la prensa.

—Aqui estarás segura –me dijo Jared, dandome una leve sonrisa.

Por un momento me había olvidado que la prensa aún seguía enfocado a nuestra vida, así que saber que no saben nada de nosotros fue una menor preocupación.

Mi mente la llamó de nuevo, y esa era Ivy, mi alma, todo de mi la extrañaba más que a nada, de seguro ella debe estar en tranquilidad ahora, sólo le pido que me dé un poco de esa paz para seguir luchando.

Sé que debe estar escuchandome, confíe en ella en vida y confiaré para siempre, a pesar de que ella no esté aquí.

—¿Recuerdas tus palabras de intentar llevarme bien con Jared? –me preguntó Dylan quien se encontraba a mi lado y tan solo me limité a cerrar los labios con fuerza —Pues digamos que ahora lo odio de nuevo.

Puse los ojos en blanco.

—Se ve que te aguantaste mucho mantenerte callado para decir esto.

—Él ya lo sabe –dijo seguro —Solo agradezco que se haya ido con Will y los demás sólo para hacer que hablé contigo.

—¿Conmigo?

—De alguna manera, piensa que cambiarás de opinión con respecto a... Ya sabes –dijo, señalando mi barriga —... Me lo pide aún sabiendo que eres muy testaruda.

—Y tienes razón, no voy a matarle, lo amo –susurre con sinceridad.

—¿Así que será un niño? –me dijo sarcástico.

—Aún es muy temprano para saberlo pero, no sé, siento que es así, ya veremos.

—¿Estás tan segura de eso?

—Eres francamente pesimista, ¿Como hacerles entender que saldré bien? Todo irá bien. 

—¿No oíste lo que dijo Will? Se obediente y sigue sus instrucciones, Becca... No hagas que todo se desmorone, Porfavor –me rogó, sonriendo ante aquello pensando que no era necesario, para nada.

—Shh, todo irá bien.

—Si amas tanto a Jared y quieres darle una familia, esta no es la única manera, digo... Hay mucho niños sin hogar, serías feliz de todos modos.

—¿Desde cuándo ahora estás de lado de Jared? ¿No lo odiabas?

—Lo hago, pero los dos amamos a la misma persona.

—Dylan... Confía en mí, podré salir de esto.

Él se levantó del sofá, dispuesto a irse.

—No te vayas... Dylan, porfavor –dije, viendo cómo ni de esta manera podía entregar algo de paz ante mis promesas.

—No puedo hacer mas para intentar salvarte... Te veré mañana, Becca.

Entonces ya no lo vi más en mi campo visual, nuevamente sin saber que hacer para detener este dolor.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora