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Los días transcurrieron, la presión de la gente contra mí no pude controlarlo, hasta que se lo dije a Jared, esos mensajes que no paraban de llegar, los insultos, las preguntas constantes. Esto no habría pasado por la cabeza de él ya que nunca había ocurrido algo cómo esto en sus anteriores relaciones, qué fueron muy pocas, llegué a la conclusión que tal vez la atención se trataba por que yo no era alguien del medio social, o sobre lo que dijo Daisy aquél día... La edad.

Eso nunca habría sido un problema, si es que me pongo a pensar en ello, ni siquiera fue tema de conversación entre los dos o nuestras familias, todo lo estaba creando los medios que desde luego influye mucho en los demás.

—Becca, puedo proponerte una cosa si esto sigue así —me dijo poniéndose de cuclillas, observándome mientras seguía sentada en aquél mueble.

—¿Qué cosa? —susurré.

—Puedo hacer que Anne y tú vivan en otro lugar que no sea en la misma ciudad, sólo si tú estás acuerdo, al menos hasta cuándo te gradúes —él acarició mis manos, observé sus ojos mirando en ellos un sentimiento de culpa.

—No, no voy a aceptar que hagas eso, es demasiado... Puedo superarlo, esperemos a que hagas esa entrevista y ver que pasa —suspire.

—Esta bien, hablé con mi madre sobre esto y quiere conocerte, podrías distraerte un poco si la ves —sonrió de lado.

Devolví la sonrisa, soltando una pequeña risa nerviosa.

—Claro, quiero conocerla, espero caerle bien —le dije.

Él rió, dándome un pequeño abrazo, levantándome del mueble. 

—De hecho ya hasta sin conocerte le agradas —él pegó una carcajada contagiándome su risa.

—¿Shannon tiene novia? —pregunté curiosa.

—Si, se llama Alexa, llevan más de seis años juntos, mamá le está pidiendo que siente cabeza con ella pero ya sabes... Con todo esto a veces ni siquiera hay tiempo —me dijo algo aturdido.

—Si él quiere una familia no creo que esto sea un impedimento, Shannon puede planearlo y todo saldría bien. —murmuré, sonriendole de lado.

—Él no tiene tantos problemas, podría hacerlo.

—¿Entonces porque esto te agobia? —lo observé, tratando de entender que era lo que le pasaba.

—Por que yo no tengo tanta esperanza en que eso me suceda a mí.

—Lo vas a conseguir —coloque mi dedo índice en su barbilla haciendo que levantará su mirada —No eres el único que tuvo este tipo de problemas, puedes hacerlo...

Él me sonrió, plantando un beso en mis labios, por consiguiente abrazandome con tal fuerza, mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

Era un pequeño rato de silencio entre los dos, lleno de sentimiento, ya no deseaba que mi pasado hubiera sido distinto ya que todo por lo que pasé, me llevó hasta él, es mi presente y mi futuro, no hay nada más que quisiera obtener, es mi mayor regalo.

No me importa si ahora tengo que pasar por grandes escalones o enfrentarme al mundo entero, al fin y al cabo acabaría siempre en sus brazos, en sus caricias y sus besos, eso compensaba todo.

Lo amó con cada latido que da mi corazón.

—¿Crees que pueda quedarme contigo? —le pregunté.

Él sin decirme una palabra, puso su mano derecha en mis piernas, elevando mi cuerpo del suelo.

—No era necesario hacer esto... Eso es un ¿Si? —sonreí de lado a lado.

—¿Tú que crees?

Reímos, mientras él me llevaba a lo que sería su habitación, Jared me bajó de sus brazos, dejándome ver lo que había ahí, las paredes eran de un tono celeste muy suave, había una pequeña repisa llena de discos, una luz tenue de un color naranja combinado con el amarillo, aquello me relajaba bastante.

Él me dio una de sus tantas camisetas, que con mucha razón me quedaban mucho más cómo un camisón.

Luego ahí estábamos los dos, acostados en aquella cama, nunca había hecho algo así, lo he reconsiderado en algún momento de mi vida pero siempre pensé que sería muy incómodo, sin embargo, ahora era todo lo opuesto, me encontraba tan cómoda junto a él.

—¿Crees que pasé algo con nosotros? —le pregunté.

—¿Cómo que? —murmuró, sin dejar de tocar mi cabello.

—Si es que la gente logré separarnos, tengo miedo...

—Eso no pasará —me dijo con seguridad, al parecer confiaba mucho en aquello —Todo estará bien, lo prometo.

Sonreí.

—Soy feliz... Contigo —susurré, haciéndole saber que aquella misión que tenía para hacerme feliz lo había logrado.

Escuché su respiración, él sonrió, dándome un beso en la frente.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora