7

749 47 7
                                    

Luego de aquél domingo, hoy era día de volver a los atareados trabajos.

Baje del auto junto a Ivy, quién no dejaba de hablar de lo emocionada que estaba, pues Jared nos obsequio dos entradas en primera fila en su próximo concierto. No podía opacar mi felicidad ante ello ya que aparte de que Ivy este maravillada con todo esto, me estaba dando una oportunidad de conocer más de él, de lo que ama hacer.

Anoche volvieron aparecer algunos hombres con cámaras en sus manos, apenas y agradecí que tomarán muy pocas fotos desde bastante lejos. No entendía porque su necesidad de hacerlo, pero no era algo del que tenía que tomarle importancia.

Las miradas de pronto se enfocaron en mí, me sentí pequeña en aquél momento, yo que recuerde no había hecho algo malo en el instituto o si quiera fuera de él.

—¿Cómo es que lo conoces? —me preguntó pasando de largo un chico con el cuál nunca había tenido algún tipo de conversación y solo lo ignore.

Todos susurraban entre sí cuándo me veían llegar, la única vez que paso algo cómo esto es cuándo el director me menciono cómo entre sus estudiantes más destacados, nunca había sobresalido en algo más para que haya nuevamente atención sobre mí.

Ivy se había ido a su clase respectiva, cómo yo a la mía, ahí después de muchos días sin verlo, Dylan apareció, sentado en una de las carpetas individuales al costado mío.

Él es uno de mis grandes amigos, al igual que Ivy lo conozco desde hace mucho tiempo, lo considero cómo el hermano que nunca tuve, él siempre es quién hace todo lo que puede para protegerme, es especial.

—Me desaparezco por cuatro días y ya te veo salir con un chico estúpidamente famoso, ¿Puedes explicarme? —me exigió en el instante al sentarme en la carpeta mientras este jugaba con su lápiz.

—No estoy saliendo con él, sólo es un amigo —respondí.

—¿Cómo así? —me dijo interesado frunciendo el ceño y observándome detenidamente.

Él pareció entenderlo en cuánto le explique aquella pequeña anécdota, pero aún así seguía algo extrañado.

—¿Sabes porque todo el mundo te estaba observando hoy, verdad? —murmuró haciendo que prestará nuevamente atención a aquello.

—La verdad es que no, solo espero no haber hecho nada malo —me encogí de hombros.

—Tus fotos salieron esta mañana en un programa de chismes, y con un título absurdo diciendo que quién era esa chica que salía del hotel de un famoso cantante. ¿Te gusta esto? —me preguntó rascándose la nuca.

—No, pero solo soy su amiga, en unos días supongo que se olvidarán de todo, solo son fotos.

—Bueno, esperemos que ahora presten atención a la clase y sus ojos no se distorsionen contigo —me dijo con una sonrisa mientras reíamos.

Al finalizar la clase, yo y Dylan fuimos hacía mi casa ya que los Lunes para nosotros era uno de los días más amargos de la semana y para suavizar un poco aquél día, hacíamos una pequeña reunión junto con Ivy, pero esta vez le toco a ella quedarse en el Instituto por algunas tareas.

—Así que, ¿Aún te gusta la lasaña? —le pregunté indirectamente.

—Si, solo no olvides ponerle queso parmesano —me dijo tratando de molestarme.

Le tiré una almohada en la cara.

—Que chistoso, algún día de estos no cocinare nada para ti —le amenace entre risas.

—Mi estómago extraña tu comida Becca, además sabes qué siempre te pagaré con unos cinco brownies —revolotee los ojos, saliendo de mi habitación a hacer mi gran hazaña.

Minutos luego. Aquél celular del escritorio sonó, Dylan se levantó, contestando la llamada.

—¿Hola? —dijo Dylan.

—Hola... ¿Con quién hablo? ¿Becca se encuentra? —pregunto él chico desconocido para Dylan.

—¿Usted?

—Soy Jared. ¿Podría por favor pasarme con ella?

—No está disponible ahora, lo siento.

Colgó.

Aveces me ponía a pensar en todo lo que hubiera obtenido si mi familia hubiera sido cómo siempre lo soñé, tal vez ahora mi abuela estaría preparando café para todos nosotros, contando anécdotas, historias infinitas, sin que en un día falte las sonrisas. Con papá era todo lo contrario.

Ahora que Jared se cruzó en mi camino, de alguna manera siento cómo si aquél sueño estuviera mucho más cerca de lo que creí, pero no lograba entenderlo, ya que ahora mismo todo esta perdido y aunque duela, no quisiera a mi padre de vuelta.

—¡Volví! Aquí tienes  —dije sonriente mientras dejaba el plato de comida en la pequeña mesa de noche. —Tendrás que invitarme un poco.

—¿Y eso porque? —me preguntó indignado.

—Por que es mi comida, y estoy muriendo de hambre —reí.

Él cogió el tenedor, enrollando la pasta y guiándolo hasta mi boca.

—Me gusta que ahora seas mi sirviente —sonreí mientras abría mi boca, recibiendo la comida.

—No puedo creer que te he dado el primer bocado de esta comida —me dijo esbozando una sonrisa.

—¿Crees que Nina siga atrás de ti? —Nina había sido una ex novia de Dylan, quienes no están juntos desde hace más de tres años pero ella parece no olvidarlo.

—No me interesa ella —me respondió haciendo un gesto, desinteresado.

—¿Entonces quién? Ya llevas mucho tiempo solo, no quiero verte con gatos a los ochenta —reí.

Él no habló, quedándose callado y comiendo.

—¡Oh! Tienes a alguien, solo que no quieres decirme, Dylan Anthony Stewart, ¡Dímelo! —emocionada quite el plato de sus piernas, sujetando su rostro para que declarará.

—No hay nadie... Sería complicado —explicó mirándome tristemente.

—¿Porque? ¿Ella no te presta atención?

—Algo así, Becca, ¿Por que estamos hablando de esto? —bufo.

—No lo sé, quiero enseñarte algo.

Salí de mi cama, caminando hasta mi closet dónde tenía en una pequeña caja la pulsera que Jared me obsequio.

—¿Qué te parece? —pregunte en cuánto tenia la pulsera en sus manos.

—Lindo, ¿Te lo compraste?

—No, Jared me lo regalo, lo hubiera usado hoy pero no quiero perderlo —eleve las comisuras de mis labios, sonriendo, recordando su sorpresa.

—Ya veo —me dijo, poniendo la pulsera en mis manos —¿Becca?

—¿Si?

—¿No me olvidarás, verdad? —pregunto inesperadamente, Fruncí el ceño ante su rara pregunta.

—¿Por que lo dices? No seas dramático Dylan, no te dejare, ¿Qué es lo que pasa? —sonreí.

—Nada, no haber comido en todo el día me esta afectando —rió.

—Sabes que siempre estaremos juntos, no pasa nada —lo abrase, mientras él me apegaba más a su pecho.


No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora