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Becca

—Que hermoso es –susurro Alexa al tener a su bebé en brazos.

Recién al día siguiente tuvimos la oportunidad de verla ya que estuvo toda la noche en aquel doloroso trabajo, y aunque me doliera volver a este lugar cambio mi perspectiva al ver al pequeño Noah.

Shannon estaba tan encantado con su hijo que boto algunas lágrimas, Tania llegó a ver a su primer nieto con globos y peluches, ella era tan dulce.

Este día estaba comenzando bien, pero mas tarde sería el último día del juicio contra Damián y sus involucrados, tenía que estar ahí, era uno de los testigos de todo esto y sabia que me encontraría nuevamente con Campbell.

—¿Te sientes bien? –me pregunto Elena mientras que Jared estaba junto con Trina.

—¿Sabes donde hay un baño? –susurré, controlando mis deseos de devolver la comida.

—Te acompañaré... Vamos.

Narrador O.

Becca salio de la habitación con los pasos mas rápidos que podía hacer, pero no evito llamar la atención de los demás quienes estaba en el cuarto, aun más de Jared.

Llegaron al baño y fue cuando el estómago de la castaña no dio para más.

—Te sentirás mejor después, te dije que no comieras esas fresas, se veían un poco raras –dijo Elena, entregándole un pañuelo.

—No son las fresas –mas calmada, becca declaró, sus sospechas aumentaron con esto último que acaba de suceder y no podía evitar el miedo.

—Crees... –susurró Elena, tan nerviosa como Becca.

—La boda será la próxima semana, dejame aguantar hasta ese día, esto solo queda entre nosotras.

Elena asintió, ayudándola a ponerse de pie.

—Iré en un rato –le aviso, quedando ella sola en el baño.

Becca.

Cerré los ojos, llorando de repente, mi miedo se apodero de mí, no podía estar embarazada, no iba a perder a otro bebé, no sufriría de nuevo.

Mi estómago volvía a rugir del hambre, y lloré aun más, no había nada mas claro, nada mas que sospechar, estaba siendo tan notorio lo que me ocurría.

Con miedo, toque mi estómago, frente a aquel gran espejo del baño, de tan solo pensar que algo volvía a crecer dentro de mí me hacia estremecer, y perdoname.... a lo que sea que este ahí, quisiera no sentirme tan temerosa y tan débil al enterarme por primera vez de ti. 

—Becca... ¿Por que lloras? –escuche a Jared decirme, quien cerró la puerta del baño y entrando en mi algo de nervios.

Baje mi rostro, abriendo el lavamanos, remojando mi rostro con un poco de agua.

—No quiero que veas esto –dije, tratando de calmar a mis nervios.

—¿Me dirás lo que paso? –me preguntó, colocando su mano en mi mejilla.

—Solo que... Me dio algo de nostalgia, pero ya pasó –sonreí a medias, él me dio un beso, que me hizo dejar atrás todo por completo.

—¿Sabias que me encanta oír tu corazón? Así por lo menos se que aún te pongo nerviosa –reí, observando sus ojos que me tentaban a amarlo aun más —... Y que estas viva... Saber que respiras junto a mi y oír tu corazón latiendo es el mejor regalo que puedes darme.

Sus palabras me hacían sentir en el cielo mismo, tal vez se hacía una idea del porque de mi tristeza, y a la vez era cierto, siempre sentí haberle arrebatado la familia que él deseaba, sin embargo, vivir era suficiente para él.

~∆~

Horas mas tarde, fue cuando dio inicio al juicio, para Alexa fue difícil saber a lo que ahora su esposo y nosotros enfrentaríamos, además de que ella no podía estar ahí por obvias razones, es por eso que Tania se quedo con ella.

Y ahí estábamos, frente al juez, mientras veíamos pasar a Trina, los que estuvieron involucrados en aquel vídeo y Damián, quien me observo con odio y resentimiento, tuve miedo mientras me aferraba cada vez mas fuerte al brazo de Jared, él tan solo daba caricias en mis manos quienes estaban algo frías.

—A pesar del tan notorio destino de mis clientes quiero dar algunas referencias de ellos para que pueda tomarlo en cuenta, si es que se me es permitido señor juez –habló el abogado, preparándome para lo que podría venir.

—Adelante –Respondió, con aquella voz tan seria.

Trina fue la primera en subir al estrado, siendo tan soberbia y lucia tan segura de si misma, claro, su abogado solo le preguntaría lo que le conviene.

—Según usted, dijo que la señorita Steinfield fue quien estuvo de acuerdo con todo este plan ¿Es verdad?

—Así es –respondió de inmediato —No me importa que la justicia no sea capaz de creerme, pero recuerdo exactamente las palabras que me dijo ella después de firmar el contrato, como saben, Rebecca estaba tan efusiva por salir en los medios que aceptó de inmediato, obviamente, le beneficiaria, yo no quise hacerlo sin su permiso.

Sentí una gran impotencia, que palabras tan grandes podían salir de su boca, todo por completo era nada mas que una sucia mentira, sus ojos no dejaban de ver los míos con el peor de sus deseos, no es tan difícil averiguar lo que ella quisiera para mí.

Luego de ella, paso Damián, quien fue el único en provocarme un frío muy helado por la espalda cuando habló.

—¿Algo que tenga que decir por último? –le pregunto el juez.

Su rostro estaba tan tétrico, con ojeras muy grandes, y el cabello despeinado, se notaba lo tan mal que se encontraba.

—Todo lo que construí se fue al tacho, mi empresa, todo, de manera injusta, que bueno por ustedes dos –fue cuando nos miró, sin ninguna expresión en el rostro —Encantado de haberte conocido Becca... Ya me conocerás a mí.

Aquello fue tomado como una tal amenaza que el mismo juez dio por finalizada rápidamente el juicio, mandando a los policías de inmediato contra Damián que lo llevaron de forma grotesca, a la misma vez que Trina quien de alguna manera se zafo de aquel guardia tan solo para venir hasta mí.

—Esto no se va a quedar así –ella me sujeto de las muñecas de manera tan rápida, que termine por zafarme y gracias a los guardias, se la llevaron, esta vez de manera mucho mas violenta.

Anthony quien se encontraba en la sala, fue llamado por Jared, diciéndole que me sacará de aquí, Elena de igual manera, me acompaño hasta llegar al auto, quien aun se encontraba rodeado por periodistas. 

—No te preocupes Becca, ellos no podrán hacerte nada –Elena me abrazo, mientras trataba de tranquilizarme —Anthony, ve a un hospital lejos de aquí, por favor, mi hermano tiene en donde irse.

—Esta bien.

—¿Qué harás? –le pregunte.

—No esperaremos hasta el día de tu boda, tal vez se lo digas esa fecha pero necesitas saber como estas, y aun más luego de esto.

Yo asentí, ya no iba a esperar, era ahora o nunca.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora