21

385 28 1
                                    

—Papá...

—Becca, ¿Puedo pasar? —pregunto con aquella voz que hace mucho tiempo no escuchaba.

—¿Crees que te haré pasar como si nada? No eres bienvenido aquí —dije tratando de contener las lágrimas, lo único que me provocaba era llorar de enojo al mirarlo.

Al parecer había rehecho su vida, ya no andaba tan descuidado como antes, vestía un abrigo negro, traía en su muñeca uno de esos relojes carisimos, tan elegante, lo que me hacia enojar aún más.

—¿Que haces aquí? —pregunto mamá apareciendo detrás mío.

Ella me hizo para atrás, estando ahora, enfrentándose a papá, cosa que nunca la había visto capaz de hacer.

—¿Que ocurre? —me pregunto Ben, al ver tanta tensión.

—Es mi papá, debes hacer algo, Ben, por favor, no lo quiero aquí —mi sollozó se hizo notar, tanto cómo para que papá se percatarse​ de aquél desconocido para sus ojos.

Y entonces entró, viéndolo de pies a cabeza, con esa expresión dura que nadie podría quitar, su visión estaba totalmente en Ben.

—¿Quien es él? —pregunto, señalándolo y observándolo con el ceño fruncido.

—Es Ben, esposo de mamá —menti acerca de ello, pero sabia que no tendría peso alguno si hubiera declarado que solo era su pareja.

—Creo que tu hija ya dijo lo que quiere, es mejor que se vaya —hablo Ben.

—Tú no me vas a decir lo que tengo que hacer, y tienes razón, es mía.

Papá se acerco a Ben, con muchas intenciones de golpearlo.

—Ya no soy una niña, papá, no soy la misma de hace seis años, creeme que quiero que te vayas, ¡Ahora!

—¡Tu me robaste a mi familia! —exclamo papá, dándole un fuerte empujón a Ben.

—¡Will, vete! Nadie aquí te robo nada, tú nos perdiste. —hablo mamá, al borde de la desesperación.

—Te dijeron que te vayas —susurro Ben, colmando la paciencia de papá.

Y es cuándo lo observé golpear el rostro de Ben, entrando el pánico en mí, de repente es cómo si volviera a vivir ese pasado tan desastroso, todo se vino a mí de golpe.

—¡Papá! ¡Lárgate! —exclame, caminando hacía él, para detenerlo.

Lo cosa se puso mucho peor, papá perdió la cordura, empujandome hacía el suelo, pero caí en aquella mesa de vidrio, rasguñando por completo una parte de mis piernas y brazos.

Gemi a aquél dolor, pero era soportable, lo podía soportar, no iba a quedarme ahí nuevamente sin hacer nada, no iba a permitirme ver cómo ese hombre hacía daño de nuevo a los que quiero.

Observe como Ben se enfureció aún más al verme tirada en el piso, devolviendo el golpe a papá. Mamá se fue hasta mí, ayudándome a levantarme.

Cogí mi celular, y al único que se me vino a la mente fue Jared, no tenía a nadie más en mi cabeza en este instante.

Becca...

—Por favor llama a la policía, ahora.

Fue lo único que pude decirle, no tenía demasiado tiempo, y mamá trataba de que aquello parará pero era imposible.

Trate de sostener sus brazos pero nuevamente caí, y esta vez me di cuenta que tenía una parte del vidrio incrustado en mi muslo, que al caer de nuevo, se hundió mucho más, causando un dolor insoportable.

—Mamá... Duele... —dije, ya no sabía que hacer, sentía impotencia al no poder pararme de nuevo, la pelea seguía y mis nervios no me ayudaban en nada.

Oí la sirenas, y al parecer Ben y papá se percataron de eso, quedándose a una distancia corta, papá me observo y de repente su expresión cambio, dándose cuenta al último momento de lo que provocó.

La policía entró, deteniendo a papá y a Ben, luego de aquello observe a Jared venir, lo vio, visualizo a mi padre, y su rostro detonaba enojo, tal vez haciéndose la idea de lo que ocurrió.

Sin embargo, cuándo me vio tirada en el piso, con mi muslo sangrante, se horrorizó.

—Becca... Tengo que llevarte al hospital —aseguro él.

—Pero...

—Ve con él, Becca, tengo que ir con ellos, estarás bien —me dijo mi madre, tomando su abrigo y saliendo de la casa.

—Duele... —me quejé, observando mi herida.

—Lo se, lo se, te ayudaré.

Él me elevó en sus brazos, llevándome hacía su auto y inmediatamente me puse a pensar en todo lo que pasaría.

—¿Que fue lo que paso? ¿Que hacía él ahí? —me pregunto, manejando con un poco de rapidez.

—No lo se, llegó de repente, no quiero hablar sobre él —agache la cabeza, sintiendo impotencia, derramando una lágrima.

—Tranquila... Haré lo que sea para mantener a ese hombre lejos de ti y tu madre —él cogió mi mano, tratando de calmarme.

Al llegar al hospital, hicieron que pasara a una habitación, dónde sacaron los pequeños trozos de vidrio, y hicieron una pequeña sutura en el muslo, al menos el dolor ya era menor que antes.

Al llegar a casa, las cosas estaban cómo las dejamos, me produjo de repente un dolor de cabeza, de hecho, estaba estresada y era de esperarse.

No sabía cómo estaba Ben, ni mi madre, o que es lo que estaba pasando en este momento y el miedo recorrió todo mi cuerpo.

—Tengo que ir con mamá —le dije, cogiendo mi cosas nuevamente pero Jared me detuvo repentinamente.

—No te dejaré ir allá, Becca, ha sido muchas emociones por hoy, tu madre ya no esta sola en esto, creeme que se va a poder solucionar.

Mirarlo a los ojos, era mi única salida a mis problemas, pero al saber que necesitaba de él, me rendí en sus brazos que me recibieron con ese típico apretón, tengo miedo, miedo a que ahora él se me vaya de las manos, cuándo es mi única paz.

—Siento que te vas a ir —mi voz se rompió, escondiendo mis sollozos en su pecho y abrazándolo mucho más fuerte.

—No digas eso... Estoy aquí, ahora contigo, no me iré.

Sus palabras me calmaron del todo, él decidió quedarse conmigo está noche, dormir junto a él se había vuelto uno de mis momentos favoritos y cada vez que sucedía, intentaba quedarme despierta lo más que podía para poder sentir su aroma, escuchar el latido de su corazón, su respiración, no me cansaba de adorar esos pequeños detalles.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora