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Becca.

Imaginaba estar junto a ella, mi mejor amiga, mi hermana, en aquél día de su boda, verla llegar con su velo blanco, o acompañarla a cada sesión de ultrasonido de su futuro bebé, tan si quiera ver su cara de felicidad el día en que se comprometa, verla cumplir sus deseos, eso era lo que añoraba, sin embargo su vida ya no desea continuar.

Avance hasta llegar a su camilla, donde me acosté a lado de ella, oyendo su terrible sollozó, envolviéndola con mi brazos que los apretó sin pensarlo y derramando gota por gota en mi piel, compartiendo su dolor.

Hoy, lo único que Ivy estaba necesitando eran fuerzas, su familia decoró tan solo con su presencia la habitación tan frívola que era el día de ayer, ahora se llenaba de sonrisas y aunque el dolor sea imposible de arrancar en estos momentos, Ivy era una persona sencilla de admirar, pudo destruirse como tal torre viniéndose abajo y levantarse tan ligeramente como un globo en el aire sabiendo que en algún momento, explotará, pero mientras tanto, disfrutando aquél paisaje que la vista le regalaba.

Ya no solo la enfermedad estaba invadiendo una parte de su cuerpo, era completamente todo, y ya no había como extraerlo de ella, lo único que queda es que Ivy sea tan feliz todo el incierto tiempo que le queda.

Mientras ella disfrutaba la visita de su familia, sin alguna que otra fuerza que quedaba en mí, deslice mi cuerpo contra la pared hasta llegar al frío suelo, las escasas personas que pasaban por el pasillo no dejaban de mirarme mientras pasaban por ahí, sin embargo eso no me importaba, porque mi mente me cegó de aquellos recuerdos, que además sabia que nunca volvería a repetir con la misma persona.

~∆~

-Hola -escuché decir a una niña mientras mordía un pedazo de mi sándwich -Soy Ivy.

-Hola... Soy Becca -sonreí.

-¿Quieres jugar? Todos estamos afuera, vamos. -me dijo con una agradable sonrisa mientras se sacudía su uniforme escolar que estaba con un poco de polvo.

-Mejor me quedo aquí -dije tímida.

-Oh vamos, solo esta vez, será divertido -me dijo, cogiendo de mi mano, muy segura de que aceptaría su oferta.

-Mmm... -lo pensé, pero aquella niña​hizo un puchero, rompiendo mi negación -Esta bien -reí.

Sin saber que comenzaría toda una travesía de momentos en los que no me atrevía a hacer ciertas cosas pero que Ivy logró cambiar, llevándome a tener experiencias que jamás olvidaría en toda mi vida.

Recordando como fue que empezó a gustarle aquella banda que hizo que mi vida cambiaría en tan solo un abrir y cerrar de ojos.

-¡Hola Becca! -exclamó Ivy entrando por mi ventana de mi habitación dándome un susto tremendo.

-Existe una puerta -le dije mientras le tiraba en la cabeza mi almohada de una tortuga de peluche.

-Y existen otras almohadas normales, ¡estamos entrando a la pubertad, Becca! Los chicos no querrán una novia con eso -me dijo mientras yo ponía los ojos en blanco concentrándome en mi trabajo de historia.

-¿Crees que tendremos novio a los catorce? -pregunte incrédula -Por lo menos yo no estoy lista y ¡deja a mi almohada!

-¡Esta bien! -se cruzó de brazos -Bueno, a lo que vine, ¡Saca eso de mi vista!

Entonces lanzo mis libros al piso y termino sentándose encima de mi escritorio.

-Supongo que me queda escuchar -me resigne.

-Escucha esto, es increíble -dijo, reproduciendo la música su grabadora.

-¿No tienes un disco?

-Estoy en eso, no me hagas sentir mas pobre de lo normal.

Entonces escuche la música, apenas empezando, Ivy sacó una sonrisa enorme, luego de eso cantando a todo pulmón sin dejarme oír la música pero riendo al ver sus expresiones tan notorias.

-Veras que algún día los conoceré y tu vendrás conmigo quieras o no.

-En tus sueños.

-¡Oye! -exclamo ella tirandome de la silla, mientras reímos.

~∆~

Mi destino tal vez siempre estuvo escrito, guiando mi camino que ya lo había previsto y que nunca pude darme cuenta.

Mis ojeras, mi cabello sin arreglar y sujeto a una coleta, mi apariencia destellaba nada mas que oscuridad, ocultando mi rostro entre mis piernas, era mi único escondite donde podía llorar, poco a poco comenzaba a creer que volvía a perderlo todo y aquel sentimiento daba en todo su esplendor porque ya esta sucediendo.

-Becca -oí decir mi nombre, de pronto sentir como si el aire volviera a mis pulmones.

Y mi sospechar de hace unos segundos no se equivocaba, era mi cielo, así es la forma en que mi mente lo llamó, sintiendo la tan pronta necesidad de envolverme en sus brazos.

Él estaba de cuclillas delante mío, lanzandome hacia él, quien sorprendido me sostuvo, ya ni si quiera recordaba lo que era mi corazón latiendo tan fuertemente, sin embargo, esta vez volví a apreciarlo.

Mis manos volvieron a su castaño cabello, y los de el a mi débil cuerpo, estando con él lo segundos eran totalmente lentos, cada respiración que daba era tan placentero, juntando nuestras frentes, mientras mis manos por si solas acariciaron el contorno de su rostro, mi corazón chocaba contra mis costillas, el palpitar se volvía intenso cuando mis ojos observaban el encanto que yo le producía, cerraba sus ojos a cada caricia que yo hacia, sabía con certeza que me extrañaba tanto cómo yo, aceptando en ese preciso instante que lo que necesitaba era él, pero al recordar aquél mal que nos separo no hace mas que quebrarme por dentro, sin dejarme avanzar.

-Becca -Escuche, mientras observe la expresión de Jared, un poco enojado, mientras me separaba de él, volviendo a mi terrible realidad.

-Dylan -dije, mientras él se acercaba a nosotros, dándome un beso en la frente.

-Ivy esta esperándote, preguntó por ti -dijo Dylan hacía Jared quien solo asintió, aún mirándome.

-¿Estarás bien? -me preguntó, y solo asentí pero la voz de Dylan se cruzó.

-Lo estará, creeme -dijo Dylan a regañadientes.

-Tú no hablas por ella -reclamó.

-Ahora mismo tengo todo el derecho de hacerlo, ya tuviste tu oportunidad.

Vi como ellos dos estaban acercándose, cada uno con el puño en tensión.

-Ella no es un objeto que te da derecho a obtener un poder en ella.

-Tú la trataste así, ¿O me equivocó?

Los dos se empujaron, provocando que las personas que pasaban por ahí se asustaran un poco, desesperada, me entrometí entre ellos dos.

-Por Favor.... -rogue, mirando a ellos dos quien entraron en razón -Vámonos ahora Dylan.

Él solo agacho la mirada, colocó su mano izquierda encima de mi hombro, llevándome lejos de ahí, mientras que Jared tan solo se limitaba a mirarme, me fui, observándolo con tanto dolor, aceptando que ahora mismo podría ir con él, pero este, no era el momento.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora